A lo largo de la historia de la Iglesia, ha habido diferentes recomendaciones y consejos apostólicos sobre cómo preparar a nuestra familia para cualquier tipo de emergencias.
En “El milagro del perdón”, el presidente Spencer W. Kimball enseñó:
“[Debemos] estar anhelosamente consagrados en un plan efectivo de preparación… El Señor no convertirá las buenas esperanzas, deseos o intenciones de una persona en obras. Cada persona debe hacer esto por sí mismo”.
En resumen, el presidente Kimball aconsejó que no basta con esperar que lo mejor suceda, sino que debemos prepararnos activamente para ello.
Según Deseret News, el énfasis de los líderes Santos de los Últimos Días en la autosuficiencia se remonta a mediados del siglo XIX, cuando el almacenamiento de alimentos comenzó como una forma práctica de garantizar que los miembros de la Iglesia que recorrían el país sobrevivieran.
En aquel entonces, la preparación se volvió tan específica que los líderes de la Iglesia daban a los miembros listas de lo que debían llevar y luego almacenaban los alimentos en depósitos a medida que los pueblos del oeste comenzaban a asentarse.
A mediados del siglo XX, especialmente durante la Guerra Fría, los líderes de la Iglesia estaban preocupados de que hubiera una guerra nuclear por lo que alentaron a los Santos de los Últimos Días a tener suministros de emergencia para dos años.
En la actualidad, la Iglesia recomienda tener provisiones y almacenamiento de alimentos en cantidades más pequeñas y otros consejos importantes de preparación para emergencias más allá de solo almacenar legumbres y agua.
Esto es lo que dice actualmente la página de la Iglesia sobre el almacenamiento de alimentos.
¿Qué se supone que debo tener en mi almacenamiento de alimentos?
Hay tres componentes principales del almacenamiento de alimentos:
– Suministro de alimentos (tres meses y largo plazo)
– Suministro de agua
– Reserva financiera
Almacene alimentos que sean parte de su dieta diaria normal en una provisión para tres meses. Al conformar el almacenamiento a largo plazo, concéntrese en alimentos básicos tales como trigo, arroz, pastas, avena, frijoles [porotos o judías] y patatas [papas], los cuales pueden conservarse durante treinta años o más.
¿Cuánto almacenamiento de alimentos necesito?
Calcule la cantidad de alimentos que tendría que comprar para el consumo diario de la familia y multiplíquelo por siete. Esa es la cantidad de alimentos que necesitarán para una provisión de una semana.
Una vez que tenga el suministro de una semana, se puede ampliar gradualmente a un mes y, con el tiempo, a tres meses.
Para las necesidades a largo plazo, donde se permita hacerlo, adquiera gradualmente una provisión de alimentos que dure mucho tiempo y que pueda usar para la supervivencia, tales como trigo, arroz blanco y frijoles.
Se puede rotar una porción de estos artículos en el almacenamiento de tres meses.
Más allá de tener un suministro de alimentos, la Iglesia recomienda también tener “otros suministros” como preparación para emergencias. Esto incluye:
1. Ropa y ropa de cama
2. Agua potable
3. Reservas de dinero
4. Documentos importantes
5. Medicina y suministros de primeros auxilios
6. Medios de comunicación con la familia después de un desastre
Además, el folleto “Preparad todo lo que fuere”, publicado por la Iglesia en 2007, dice:
“Instamos a los miembros de la Iglesia en todo el mundo a prepararse para la adversidad de la vida con una provisión básica de alimentos y agua y algún dinero en ahorros.
Les pedimos que sean prudentes… No vayan a los extremos… Con una planificación prudente pueden, con el tiempo, establecer un almacenamiento en el hogar y una reserva de recursos económicos”.
Contar con una mochila de emergencia con provisiones y suministros para 72 horas para cada miembro de tu familia también es una excelente manera de garantizar que tienen suficientes alimentos, agua y suministros para todos.
Junto con los alimentos, cada mochila puede incluir ropa y artículos de emergencia como artículos básicos de primeros auxilios, cargadores de teléfonos celulares, linternas, baterías, mapas del lugar y walkie-talkies.
Los documentos más importantes también se pueden guardar en una bolsa impermeable.
También es una buena práctica cambiar lo necesario de las mochilas de emergencia cada 6 meses: alimentos vencidos, botellas de agua, baterías vencidas o la ropa que ya no les queda (especialmente si tienen hijos pequeños).
“Así como es importante estar preparados espiritualmente, también lo es prepararnos para nuestras necesidades temporales”. – L. Tom Perry
Fuente: Ldsliving