Hace un tiempo, tuve el privilegio de trabajar con una persona que no era de mi religión. De hecho, no era cristiano, era judío.
Se comportaba de manera muy distinta a la mayoría de personas de nuestro trabajo. Por eso, se diferenciaba de los demás con facilidad. Teníamos mucha afinidad mientras trabajábamos juntos. Incluso, ahora, nos enviamos mensajes.
Con él aprendí muchas cosas acerca de cómo ser amigo de alguien que no es cristiano y me gustaría compartir eso contigo:
1. No intentes hacer que tu amigo cambie de religión
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¡No quiero decir que esté mal compartir nuestras creencias con aquellos que no son miembros! De hecho, debemos hacerlo. Sin embargo, compartir es diferente a forzar. “No fuerces la amistad”, ¿entiendes?
Joseph tiene un ejemplar del Libro de Mormón, un libro de Principios del Evangelio y un folleto de “Para la Fortaleza de la Juventud”.
Siempre me escuchaba cuando le hablaba de algún discurso. Hacía preguntas. De igual modo, yo le hacía preguntas sobre sus creencias.
Joseph en ningún momento me dijo que debía dejar mis creencias así como yo tampoco se lo dije.
Una amistad es un vínculo agradable e intentar forzar a alguien a cambiar de religión no vuelve las cosas agradables, sino todo lo contrario.
2. No somos mejores porque seamos cristianos
Joseph me enseñó las diferencias que existen entre las creencias que nunca olvidaré.
En una de nuestras conversaciones sobre las diferencias religiosas, dijo: “Si tu religión te hace creer que eres mejor que los demás. Entonces, no entendiste nada”.
De manera errónea, muchos pueden pensar que por el simple hecho de ser cristianos, son mejores que los otros grupos que no son cristianos. ¡Eso no es verdad!
Todos tenemos cualidades loables.
Jesucristo, a quién profesamos seguir, en ningún momento se consideró mejor que los demás.
3. Podemos aprender unos de otros
Las diferencias nos hacen crecer. ¿Recuerdas la escritura de 2 Nefi 2:11 que dice que es necesario que haya oposición en todas las cosas? Esa escritura también nos enseña sobre las creencias religiosas diferentes.
Cuando nos topamos con creencias diferentes, podemos obtener un testimonio aún mayor de aquello en lo que creemos. O, mejor aún, ¡podemos reforzar la razón por la que creemos en ellos!
A medida que conocemos otro punto de vista, nuestra posición se hace evidente. Luego, reflexionamos profundamente en por qué creemos en tales cosas.
Además de eso, el Artículo de Fe N° 13 nos recuerda cuánto podemos aprender de las diferencias:
“Si hay algo virtuoso, o bello, o de buena reputación, o digno de alabanza, a esto aspiramos”.
4. Se un ejemplo
Cuando conocí a Joseph, me dijo que tenía una percepción totalmente diferente de los miembros de la Iglesia.
Me dijo que creía que “los mormones” eran un poco serios y muy fríos. Sin embargo, cuando me conoció, dijo: “Tú solo sabes sonreír”.
Es cierto que nuestros días no siempre serán buenos y que pasamos algunos días sin sonrisas (incluso si Joseph no lo notó). Sin embargo, grabé en su mente una imagen nueva y positiva sobre los miembros de la Iglesia.
Tal vez, nuestros amigos nunca se conviertan en miembros de la Iglesia ni se conviertan al cristianismo. No obstante, aun así, podemos ser un ejemplo para ellos. A menudo, el único contacto que tendrán con el cristianismo en general, será con nosotros.
5. Muestra respeto hacia las creencias de tu amigo
Recuerdo perfectamente el día en que le entregué un ejemplar del Libro de Mormón a Joseph. Me pidió que le diera un minuto y, cuando regresó, le pregunté a dónde se había ido. Se había ido a lavar las manos.
Le pregunté por qué había hecho eso y me respondió lo siguiente:
“Bueno, me dijiste que me ibas a dar un libro muy especial y sagrado para los miembros de tu Iglesia. Entonces, debo recibirlo con cuidado”.
He mostrado el Libro de Mormón a varias personas y ninguna de ellas hizo algo parecido. Joseph mostró un profundo respeto hacia algo que es muy sagrado y especial para mí.
Cuando Joseph me contaba sobre las festividades típicas de los judíos, me lo decía con calma para que entendiera muy bien. Si tenía dudas, no le importaba explicarme con paciencia.
Nunca se burló de mis creencias ni hizo bromas aunque para él muchas de mis creencias no tuvieran ningún sentido. De ese mismo modo, actué con él.
Mostrar respeto hacia las creencias de nuestros amigos es una de las muchas formas en que podemos valorar y aprender de las diferencias. Más allá de eso, cultivamos una relación sana y agradable con nuestros amigos que no son cristianos.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Inaê Leandro y fue publicado en maisfe.org con el título “Como ser amigo de alguém que não é cristão?”
