Mientras que algunas personas ansían algún tipo de interacción humana, otras están totalmente felices con tener la mínima de esta. Los servicios de adoración de la Iglesia se han retomado en algunos lugares del mundo, lo que ha permitido que algunos Santos se congreguen nuevamente.
Si bien esa es una buena noticia, ha pasado una gran cantidad de tiempo desde que hemos tenido que ser socialmente activos. Para las personas con ansiedad social, volver a la Iglesia puede ser algo desalentador.
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¿Qué es?
La ansiedad social, también conocida como ansiedad interpersonal, generalmente se describe como la incapacidad de un individuo para desarrollarse con normalidad en diversas situaciones sociales.
Esto generalmente se acompaña de sudoración, latidos acelerados del corazón, aturdimiento, sentir que la mente se pone en blanco, entre otras. Aunque la ansiedad social es en cierto grado diferente para todos, estos son los síntomas más comunes.
Según WebMD, es uno de los trastornos mentales más comunes que existen. Lo más probable es que haya alguien en tu barrio que tenga ansiedad social y que sea muy bueno ocultándolo.
Lidiando con la ansiedad social si es que la tienes
Realizar ejercicios de respiración es una forma maravillosa de relajarte. Puedes hacerlo en silencio cuando estás con personas a tu alrededor sin tener que llamar su atención. También puedes hacer esto en casa para prepararte para tu día.
El prepararte mentalmente para situaciones sociales puede ayudarte a mantenerte tranquilo durante la interacción real. Otra forma de prepararte es asegurarte de estar cuidando tu cuerpo. Tiene un efecto aún mayor en tu salud mental de lo que podrías imaginar.
El diálogo interno de forma negativa, si es que tienes problemas con ello, puede hacer que sientas que será imposible superar tu ansiedad. Replicar con firmeza lo que tus pensamientos negativos te dicen te fortalecerá y, cuanto más lo hagas, mejor te sentirás.
Finalmente, tómalo todo un día a la vez. Dando pequeños pasos es cómo puedes comenzar a mejorar tu vida y tu salud mental. Incluso si necesitas empezar tomándolo todo una hora a la vez, ese paso sigue siendo un paso hacia adelante.
Es difícil sentir que encajas cuando luchas con tu ansiedad social y mejorar requiere de valor. Un artículo de la Liahona comparte la experiencia personal de Lisa Barney, una mujer que lucha con este tipo de ansiedad:
“Aprendí que encajar requiere fe, fe en que eres digno de amar, fe en que eres necesario y fe en que puedes ser mejor estando con los demás”.
Ella continuó describiendo cómo aprendió a superar su enfermedad mental en el entorno de la Iglesia. Sus consejos para lidiar con la ansiedad en la Iglesia son servir de pequeñas maneras, salir de tu zona de confort y comenzar a fortalecer tu relación con Dios. Barney continúa:
“Tuve que empezar con mi relación con el Padre Celestial y el Salvador. Estudié la vida del Salvador. Oré al Padre Celestial e hice mi mejor esfuerzo para llenar mi vida con formas de acercarme a Él. Y porque hice un esfuerzo por llegar a Él, Él se acercó a mí”.
Lidiando con la ansiedad social si es que conoces a alguien que la tiene
Una ventaja del distanciamiento social es que hay una cantidad mínima de pequeñas conversaciones e interacción social. Para las personas con ansiedad social, un gran número de conversaciones puede ser estresante. Recuerda tener eso en cuenta cuando interactúes con aquellos con ansiedad social.
No lo tomes como algo personal cuando alguien no hable mucho. También es importante recordar que no debemos cambiarlos. Nadie quiere sentirse como un proyecto y una enfermedad mental no es una cosa de broma, vive con esa persona y ellos aprenden a lidiar con ella.
El hecho de que a alguien no le guste ir a la Iglesia por el aspecto social, no significa que no tenga un testimonio o que carezca de fe. El hecho de que a alguien le cueste reunirse con los demás, no significa que no ame el Evangelio.
Si tienes un llamamiento de liderazgo, piensa en las formas en que estos miembros pueden servir utilizando sus talentos de una manera más reservada. Esto puede darse al realizar volantes para eventos de la Iglesia o realizar el programa para los servicios dominicales.
A veces, aquellos que luchan con ansiedad social no son introvertidos ni tímidos. Es posible que compartan sus pensamientos en las clases de escuela dominical y que exteriormente se vean muy confiados, pero por dentro están luchando con lo que otros puedan pensar de ellos.
Asegúrate de que aquellos que se sienten de esta manera, y todos los demás, sientan que han sido escuchados y aceptados. Todos tienen algo que aportar y contribuir en la Iglesia. Es importante que los miembros de la Iglesia sepan que sus pensamientos e ideas son valoradas y que son amados y apoyados.
¿Cómo lidias con tu ansiedad social en la Iglesia? ¿Alguno de estos consejos te ayudó? Comparte con nosotros los comentarios.
Fuente: thirdhourg.org