Durante el estudio de esta semana en “Ven, Sígueme”, leemos sobre ponernos la “Armadura de Dios”. En Efesios 6: 10-18, Pablo nombra cada pieza de la armadura, recordándonos que debemos estar “ceñidos con los lomos con la verdad” y llevar dentro de nuestros corazones el “evangelio de paz”.
El mensaje de Pablo tiene un mayor significado en nuestros días, ya que a menudo tenemos que prepararnos para enfrentar el día a día.
Vivimos en un tiempo maravilloso y bendecido, con muchas oportunidades para hacer el bien tan pronto como salimos por la puerta de nuestra casa. Sin embargo, es importante que recordemos que hay muchas influencias que están tratando de distraernos o desanimarnos de lo que sabemos debemos hacer.
Ahora más que nunca, cuando nos levantamos por la mañana, debemos sentir la necesidad de seguir el consejo de Pablo y ponernos toda la armadura de Dios. Aquí hay algunas ideas y acciones que pueden ayudarte a usar esta armadura día tras día en estos tiempos modernos.
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“Ceñid vuestros lomos con la verdad”
Vivimos en tiempos de confusión, donde la idea de encontrar la verdadera verdad puede parecer increíblemente difícil. Sin embargo, tenemos acceso a la verdad más pura de esta Tierra, y se encuentra en las Escrituras.
Aunque nuestros días pueden parecer increíblemente agitados, asegurarnos de agregar nuestro estudio personal de las Escrituras a nuestro día puede ayudar drásticamente a nuestra salud espiritual. El presidente Russell M. Nelson dijo una vez:
“Les prometo que si estudian el Libro de Mormón todos los días, tomarán mejores decisiones todos los días.”
“Calza tus pies con la preparación del evangelio de paz”
El Evangelio de Jesucristo es verdaderamente un mensaje de paz. Es un mensaje de simplicidad, compasión y nos pide que nos demos cuenta del bien que se encuentra dentro de nosotros. En el mundo de hoy, a todos nos vendría bien un poco más de paz.
Tomarnos un tiempo, especialmente cuando nos despertamos por la mañana, para recordar el mensaje de paz que se encuentra en el Evangelio, puede prepararnos mejor para enfrentar lo que nos depara el día.
Podemos encontrar gozo en las pequeñas cosas que resultan ser verdaderas bendiciones cuando centramos nuestra perspectiva en las cosas que son de naturaleza eterna.
El Salvador realizó el acto de la Expiación para que podamos vivir una vida donde la felicidad y la paz se puedan encontrar incluso en los momentos más oscuros de nuestra vida.
“Toma el escudo de la fe”
Cuando todo en la vida parece estar tratando de llevarnos a las profundidades del desánimo, nuestra fe en Dios verdaderamente puede sentirse como un escudo, protegiéndonos y manteniéndonos fuertes ante la adversidad. Cuando salimos listos para afrontar el día, nuestra fe es una de las cosas más importantes que llevamos con nosotros.
Cuando recordamos y defendemos nuestra fe, a menudo encontramos una mayor confianza en nosotros mismos y en lo que realmente somos capaces de hacer. El presidente Thomas S. Monson dijo:
“Al hacer de Cristo el centro de nuestra vida, el valor que nace de nuestras convicciones reemplazará al temor.”
“El yelmo de la salvación”
Estudios recientes han demostrado que los jóvenes adultos que están siendo diagnosticados con ansiedad y depresión se han duplicado desde el 2009. Vivimos en un mundo donde la salud mental es algo de lo que, afortunadamente, nos hemos vuelto mucho más conscientes que en años pasados.
Estamos teniendo discusiones maravillosas en las escuelas, iglesias, hogares e incluso en la Conferencia General sobre la necesidad de reconocer el poder de nuestras mentes cuando se trata de la salud mental.
A veces podemos sentir como si nuestra cabeza estuviera completamente agitada. Podemos sentirnos completamente exhaustos mentalmente y preguntarnos a quién podemos recurrir para tener algún tipo de protección.
El Plan de Salvación, como el Evangelio de Jesucristo, es un mensaje de paz. Nos recuerda que esta vida fue creada por amorosos Padres celestiales, que se preocupan profundamente por nuestra felicidad.
Recordar que son reales y que Su plan para nosotros es de felicidad puede ser muy parecido a un yelmo que nos protege de los días difíciles en los que nuestra salud mental parece estar bajo ataque.
“La espada del Espíritu”
Nuestro mayor don y herramienta a nuestra disposición al ponernos la Armadura de Dios es el don del Espíritu. Todos necesitamos de la presencia tranquilizante y la guía del Espíritu en nuestros ocupados días.
Cuando comenzamos nuestro día con oración, agregándole nuestro estudio personal de las Escrituras y lo que pudimos aprender sobre el Evangelio de Jesucristo, nos es posible llevar ese Espíritu con nosotros a medida que avanzamos con nuestro día.
Así como Pablo le enseñó en Efesios, todos tenemos la necesidad de ponernos toda la armadura de Dios, especialmente en nuestros días. Cuando decidimos poner al Señor primero en nuestras ocupadas vidas, invitamos a Su amor y Espíritu a entrar más plenamente en nuestros corazones e influir en muchas de nuestras decisiones para bien.
Reflexionar sobre las formas en que puedes ponerte más completamente esa Armadura a diario, puede ser una forma maravillosa de invitar más plenamente las influencias de paz que el Espíritu brinda a nuestra vida.
Este artículo fue escrito originalmente por David Justesen y fue publicado originalmente por ldsdaily.com bajo el título “Putting on the Whole Armor of God”