A mi familia le encantan las películas de “Star Wars”. Es la clásica saga del bien contra el mal.
Entre mis temas favoritos está que las personas pueden cambiar, incluso los que son sumamente malos, como Darth Vader y Kylo Ren. Es una perspectiva refrescante en un mundo que ansía la venganza, la oscuridad y ver a las personas recibir su merecido por las cosas que han hecho mal.
“Star Wars” nos muestra que incluso las almas más perdidas todavía tienen bondad en ellas. Pueden elegir un camino diferente y sus errores no tienen por qué definirlos para siempre.
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En el mundo real, la capacidad de elegir un camino diferente y no ser definidos por nuestros errores es posible gracias al arrepentimiento mediante la expiación de Jesucristo.
Y la batalla que se libra es por las almas de los hombres, no por el control de la galaxia.
Pero podemos aprender algunas lecciones de Darth Vader, Kylo Ren y otros en el universo de “Star Wars” sobre el valor que se necesita para elegir un camino diferente, la seguridad de que no estamos demasiado perdidos y el poder de nuestra fe en la bondad de otro.
En lugar de ansiar venganza, podemos aprender a aceptar el poder del cambio. Y esto es a lo que me refiero.
¿Qué es el arrepentimiento?
El arrepentimiento, a falta de una palabra mejor, en la saga de “Star Wars” es a menudo dramático y seguido por la muerte del personaje, al menos lo es en el caso de Darth Vader y Kylo Ren.
Este cambio no se produjo en un solo momento en el calor de la batalla, Sino que hubo acontecimientos anteriores que los llevaron a reflexionar sobre el camino que habían tomado. A menudo pasamos por lo mismo.
Rara vez pasamos por un gran momento en el que nuestros corazones cambian de manera repentina. Con mayor frecuencia, es un reconocimiento sutil y repetitivo de que necesitamos cambiar. El manual “Para la Fortaleza de la Juventud” dice:
“El arrepentimiento es más que el simplemente reconocer que se ha obrado mal. Es un cambio de la mente y del corazón; implica apartarse del pecado y volverse a Dios en busca del perdón. Está motivado por el amor de Dios y el deseo sincero de obedecer Sus mandamientos”.
Y comienza con el reconocimiento de la necesidad de cambiar. Esto puede venir como un sentimiento de culpa, una impresión o un consejo amoroso por parte de otra persona.
Inherente a ello está el reconocimiento de que estos mandamientos provienen de Dios. Y eso, en el mundo de hoy, es a menudo un punto de fricción.
Los mandamientos de Dios
En las Escrituras vemos una y otra vez que cuando las personas cometen iniquidad, en el mejor de los casos ignoran el llamado de los profetas al arrepentimiento, y en el peor, las personas echan fuera y matan a los siervos del Señor.
El élder D. Todd Christofferson explicó:
“… El mensaje del arrepentimiento con frecuencia no es bien recibido. Algunos profesan que si hay un Dios, Él no nos impone exigencias reales (véase Alma 18:5). Otros sostienen que un Dios amoroso perdona todo pecado en base a una simple confesión; o que si realmente hay un castigo por pecar, “Dios nos dará algunos azotes, y al fin nos salvaremos en el reino de Dios” (2 Nefi 28:8).
Otras personas, al igual que Korihor, niegan la existencia misma de Cristo y del pecado. Su doctrina es que los valores, las normas e incluso la verdad son relativos; por tanto, lo que sea que uno considere correcto para sí mismo, los demás no pueden juzgarlo erróneo ni pecaminoso”.
En la superficie, como señala el élder Christofferson, estas filosofías parecen atractivas porque nos brindan la oportunidad de hacer lo que queramos sin preocuparnos por las consecuencias.
Pero Dios no nos dio mandamientos por un simple capricho. Nos dio mandamientos porque sabía que obedecerlos nos ayudaría a encontrar felicidad. No la del tipo fugaz, sino eterna.
“Seducidos” por el lado oscuro
Las escrituras nos enseñan que debe haber oposición en todas las cosas. Luz y oscuridad. Dulce y amargo. Felicidad y tristeza. Correcto e incorrecto. Sin los dos, no existirían las opciones.
Y es por eso que vinimos a la tierra, para aprender cómo seguir el plan de Dios para nosotros sin importar qué.
Sin tentación ni pecado, bien o mal, no habría probación. Para pasar una prueba se requieren conocimientos. Una de las frases más descriptivas de “Star Wars” es cuando Obi-Wan Kenobi le dijo a Luke Skywalker que su padre “fue seducido por el Lado Oscuro de la Fuerza”.
El diccionario en línea de Merriam-Webster define “seducidir” como:
– Persuadir a alguien con argucias para algo, frecuentemente malo.
– Cautivar o atraer a alguien con falsas promesas.
A Anakin Skywalker se le enseñó a usar la Fuerza para el bien, pero fue al estar consumido por su amor por Padmé y su miedo a perderla, que el Canciller Supremo Palpatine usó esas emociones para seducir a Anakin al Lado Oscuro con promesas vacías.
Las consecuencias de las decisiones de Anakin le costaron todo lo que amaba.
El élder Christofferson dijo:
“Sin el arrepentimiento no hay verdadero progreso ni mejoramiento en la vida. Pretender que no hay pecado no disminuye la carga y sufrimiento que produce. En sí mismo, sufrir a causa del pecado no cambia nada para mejor. Únicamente el arrepentimiento conduce a las soleadas elevaciones de una vida mejor”.
Satanás sabe esto y busca alejarnos con distracciones pasajeras para que no podamos arrepentirnos. A veces incluso nos hace sentir que es demasiado tarde para volver, que estamos completamente perdidos. El presidente Henry B. Eyring enseñó:
“Satanás quiere que seamos tan desdichados como lo es él, y sabe que sólo tendremos la verdadera felicidad si somos purificados mediante la fe en el Señor Jesucristo, mediante el arrepentimiento profundo y continuo”.
El arrepentimiento mediante la expiación de Cristo
El arrepentimiento viene a través de Jesucristo y Su máximo sacrificio por nosotros. El élder Christofferson enseñó:
“El arrepentimiento existe como una opción únicamente debido a la expiación de Jesucristo. Es Su sacrificio infinito que “[provee] a los hombres la manera de tener fe para arrepentimiento” (Alma 34:15).
El arrepentimiento es la condición necesaria, y la gracia de Cristo es el poder por el que “la misericordia satisface las exigencias de la justicia (Alma 34:16)”.
El arrepentimiento requiere fe en el Señor Jesucristo, reconocer nuestros pecados y sentir pesar por ellos, confesarlos, restituir a aquellos a quienes hemos agraviado y no repetir lo malo que hemos hecho. Asimismo, el élder Christofferson también aconseja:
“Tratar de crear una lista de pasos específicos para el arrepentimiento puede ser útil para algunos, pero también puede conducir a cumplir esos pasos de forma mecánica para eliminarlos de la lista, sin que haya verdadero sentimiento ni se produzca un cambio; el arrepentimiento sincero no es superficial”.
Las Escrituras enseñan que aquellos que están verdaderamente arrepentidos confesarán y abandonarán sus pecados (Doctrina y Convenios 58:43).
Ver lo bueno en los demás
El verdadero arrepentimiento nos ayuda a ablandar nuestro corazón y a ver no solo lo bueno en los demás, sino también en verlos como el Salvador los ve: con amor y compasión.
Padmé y Luke vieron lo bueno de Anakin Skywalker escondido en las profundidades de Darth Vader. Han Solo, la princesa Leia y Rey vieron la bondad de Ben Solo a pesar de las malas acciones de Kylo Ren. Y nunca perdieron la esperanza de que un día regresaría al camino correcto.
Cuando Darth Vader y Kylo Ren tomaron la decisión de luchar contra el mal en lugar de aferrarse a él, sus seres queridos se alegraron por el cambio. Perdonaron el pasado y acogieron el futuro. Debemos hacer lo mismo.
El élder Dieter F.Uchtdorf dijo:
“El amor puro de Cristo elimina las escamas del resentimiento y la ira de nuestros ojos, dejándonos ver a los demás en la forma en que nuestro Padre Celestial nos ve: como seres mortales imperfectos y con fallas, que tienen potencial y valía más allá de lo que nos es posible imaginar. En virtud de que Dios nos ama tanto, nosotros también debemos amarnos y perdonarnos los unos a los otros”.
Si la saga de “Star Wars” nos enseña algo, es que nunca se sabe cuándo alguien encontrará el valor para cambiar su camino y abrazar el lado luminoso de la Fuerza, y que nunca es demasiado tarde para volver a empezar. El élder Uchtdorf dijo:
“Recuerden que el cielo está lleno de aquellos que tienen esto en común: Han sido perdonados y perdonan”.
Ambos requieren que nos arrepintamos y que demos a otros la oportunidad de hacer lo mismo. Y “Star Wars” nos muestra que ambas son posibles.
Este artículo fue escrito originalmente por Lisa Montague y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “Repentance, Atonement, and a Galaxy Far, Far Away”