“El ayuno, combinado con la oración fervorosa, tiene gran poder; puede llenar nuestra mente con revelaciones del Espíritu y fortalecernos contra los momentos de tentación.”
Vean cuántos errores pueden detectar de mi experiencia personal:
Es el primer domingo del mes, y uno de los miembros de mi familia me recordó que era domingo de ayuno mientras me estaba sirviendo mi cereal.
Algo molesto, pienso: “Bien, no desayunaré y comenzaré mi ayuno ahora mismo.”
Guardo el cereal, termino de prepararme para ir a la iglesia mientras me quejo todo el tiempo. Para cuando llego a mi casa, me estoy muriendo de hambre, así que me voy directamente a la cocina. Mientras me como mi sándwich, me felicito por haber sobrevivido en la Iglesia.
¿Cuántos encontraste? Puedo contar al menos cinco problemas en lo que alguna vez fue mi rutina para el “ayuno”.
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Entonces, ¿qué fue exactamente lo que estaba mal y cómo se puede ayunar correctamente? Me alegra que hayas preguntado.
1. 24 horas, 2 comidas, sin agua
El primer problema en mi historia llegó antes de que empezara, ¿te diste cuenta? En lugar de pensar en ayunar el domingo por la mañana, debería haberlo tenido en mente el sábado por la noche.
El manual de Principios del Evangelio nos recuerda que el ayuno es de 24 horas e incluye dos comidas consecutivas y también significa abstenerse de beber agua. Si hubiera tenido la intención de participar en un ayuno adecuado, debería haber planificado con anticipación la noche anterior para no comer ningún bocadillo ni beber agua después de la cena.
El Elder Carl B. Pratt, del Primer Quórum de los Setenta, también señala un segundo problema con mi ayuno en un discurso de conferencia en el 2004.
“Si estamos cayendo en el hábito de ayunar sin pensar en el porqué lo hacemos o si simplemente ayunamos el domingo por la mañana en vez de hacerlo durante dos comidas, o sea, veinticuatro horas, nos estamos privando a nosotros mismos y a nuestros familiares de maravillosas experiencias espirituales y de bendiciones que se reciben mediante el verdadero ayuno.”
Consejo: Si recuerdas el domingo de ayuno cuando ya es muy tarde, puedes desayunar y luego ayunar (almuerzo y la cena) hasta el lunes por la mañana para completar tus 24 horas. De hecho, en muchos países, el desayuno es la comida más grande del día, esta distribución de dos comidas tiene más sentido que el ayuno de cena a cena.
2. No te olvides de orar
Además de olvidarme del día de ayuno, otro problema en mi experiencia vino cuando me olvidé de otra cosa. Me olvidé de orar.
El Elder Joseph B. Wirthlin enseñó:
“Sin la oración, el ayuno no es en realidad un ayuno completo; es simplemente pasar hambre. Si deseamos que nuestro ayuno sea algo más que simplemente el abstenernos de comer, debemos elevar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras voces en comunión con nuestro Padre Celestial. El ayuno, combinado con la oración fervorosa, tiene gran poder; puede llenar nuestra mente con revelaciones del Espíritu y fortalecernos contra los momentos de tentación.”
Debes comenzar tu ayuno con una oración, inmediatamente después de comer y antes de comenzar el ayuno, y también cerrarlo con la oración.
En su discurso, el Elder Pratt también compartió este consejo:
“Comencemos nuestros ayunos con oración. Esto puede hacerse si nos arrodillamos alrededor de la mesa al acabar la comida, después de la cual iniciaremos el ayuno. Esa oración debe ser una plegaria natural al dirigirnos a nuestro Padre Celestial con respecto al propósito de nuestro ayuno y pedirle que nos ayude a lograr nuestras metas.
Del mismo modo, terminemos nuestros ayunos con una oración. Sería muy apropiado que nos hincásemos alrededor de la mesa antes de sentarnos a tomar los alimentos con los cuales terminaremos nuestro ayuno. Agradezcamos al Señor la ayuda que nos haya brindado durante el ayuno y lo que hayamos sentido y aprendido de ello.”
3. Con un propósito
Cuando un ayuno me agarra por sorpresa, a menudo simplemente no como para no tener problemas con los miembros de la familia que sí lo están haciendo. No tengo un propósito para mi ayuno que no sea el “ser visto por los hombres”.
El Elder Pratt lo dijo de esta manera:
“Si todo lo que hacemos es abstenernos de alimentos y de agua durante veinticuatro horas y pagar nuestras ofrendas de ayuno, nos hemos perdido una magnífica oportunidad de progreso espiritual.”
Siempre hay algo por lo que podemos ayunar. Puedes ayunar para obtener orientación en tu vida, por un ser querido que está pasando desafíos, por las personas de tu barrio, por los líderes de la Iglesia como tu Obispo o los Hermanos, por los misioneros, por la paz, por cualquier deseo justo que puedas tener. También puedes preguntarle a alguien que sabe por qué está ayunando y ayunar junto con ellos.
4. Sé de buen ánimo
Este problema común en el ayuno podría haber pasado desapercibido en mi historia, tuve una mala actitud.
Se nos recuerda en 3 Nefi 13:16-18 que debemos ayunar con un rostro alegre:
“Además, cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas, de semblante triste, porque desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya tienen su galardón.
Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro; para que no muestres a los hombres que ayunas, sino a tu Padre, que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.”
Quejarse o hacer comentarios sobre el ayuno, incluso si son sólo para nosotros mismos, nos acortan las posibles bendiciones que podríamos haber recibido por nuestros esfuerzos.
5. Otras cosas que podrían estar faltando en tu ayuno
Mi historia definitivamente no contiene todos los problemas potenciales que uno podría encontrar al tratar de participar en un ayuno adecuado.
Aquí hay algunos otros elementos que podemos recordar cuando se trata de participar en un buen ayuno:
· Ofrendas de ayuno. No olvides que parte del ayuno incluye donar el dinero que habrías gastado en alimentos en las ofrendas de ayuno de la Iglesia. Este dinero se utiliza para “el cuidado de los pobres y necesitados.”
· Asistir a las reuniones. Una parte importante del ayuno incluye asistir a las reuniones de la Iglesia, especialmente las reuniones de ayuno y testimonios si estás ayunando en un domingo designado como domingo de ayuno.
· La moderación. El Presidente Joseph F. Smith nos aconsejó ser sabios en nuestro ayuno. “Se puede llegar a la exageración. Un hombre puede ayunar y orar hasta morir, pero no hay ninguna necesidad de ello ni hay prudencia en hacerlo.” (en Conference Report, octubre de 1912, 133-34).
Los beneficios de ayunar correctamente
Puede parecer que soy exigente con las reglas para el ayuno, pero un ayuno bien hecho es una ventana a las bendiciones del cielo.
El manual de Principios del Evangelio comparte sólo algunas bendiciones que podemos esperar cuando ayunamos adecuadamente.
· El ayuno nos ayuda a ganar fortaleza de carácter.
· Cuando ayunemos en forma apropiada, aprenderemos a controlar nuestros apetitos y nuestras pasiones.
· Cuando ayunamos sabiamente y en oración, desarrollamos nuestra fe.
· Con esa fe tendremos mayor fuerza espiritual.
· El Salvador ha dicho a los que ayunan correctamente: “Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.” (Mateo 6:18).
Los estudios incluso han demostrado que el ayuno bendice físicamente a los que lo practican.
Algunas excepciones
Como señaló el Presidente Joseph F. Smith, no todos pueden ayunar. Él explicó:
“Muchos padecen debilidades, otros están delicados de salud, y otros tienen bebés lactantes; de tales no se requiere que ayunen. Tampoco deben los padres obligar a los niños pequeños a ayunar.” (Doctrina del Evangelio, pág. 244).
Sin embargo, eso no significa que estas personas estén exentas de la oportunidad de ayunar. Por ejemplo, mi abuela no puede participar en un ayuno tradicional debido a un problema de salud. Aun así, eso no deja que eso le impida ayunar por completo. Por el contrario, ella adapta el ayuno a sus circunstancias. En lugar de renunciar a toda la comida, ella renunciará a una comida favorita durante un período de tiempo más largo. De esta manera, ella siente que todavía se está sacrificando y puede recibir las bendiciones de participar en un ayuno.
Hacerlo bien
El Elder Pratt expresó su preocupación por los miembros que no estaban ayunando correctamente. En un discurso de la Conferencia General, dijo:
“Me temo… que muchos de nosotros no estemos ayunando en los días de ayuno o que lo estemos haciendo de una manera descuidada.”
Nuestros ayunos deben ser cualquier cosa menos casual o sin importancia. Entonces, ¿cómo es mi experiencia con el ayuno en la actualidad?
El sábado por la noche después de la cena, hago una nota especial para recordar mi oración y empezar mi ayuno. Encuentro un propósito específico para meditar y orar en las próximas 24 horas mientras busco la guía divina. Hago todo lo posible por permanecer de buen ánimo y ser optimista el domingo en la Iglesia, incluso si tengo hambre. Hago una oración en mi corazón hasta que llegue la comida de la noche, donde cierro mi ayuno con una oración de agradecimiento.
Así se ayuna de manera correcta.
Este artículo fue escrito originalmente por Kelsey Berteaux y fue publicado por ldsliving.com bajo el título “5 Ways I Got Fasting Wrong (and How to Avoid the Same Mistakes)”