Mi esposo y yo hemos vivido en tres barrios diferentes en nuestro corto año y medio de casados. Asistir a un nuevo barrio puede causar algo de temor. Al principio, pensé que los miembros vendrían a mí y que inmediatamente haría miles de nuevos mejores amigos. Bueno, eso definitivamente no fue así.
Con el tiempo, he aprendido que realmente uno tiene que esforzarse. Puede ser difícil al principio, pero vale la pena. Tener un barrio que se siente como si estuvieras en familia hace que sea más fácil vivir el evangelio.
Después de pedirle consejos a mis amigos y familiares, hice una lista de las cosas que podemos hacer para incorporarnos a un nuevo barrio.
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1. Asiste a la segunda hora
Es tentador regresar a casa y cambiarte de ropa después de la reunión sacramental, lo sé. Sin embargo, asistir a la segunda hora es una de las mejores maneras de hacer que tu nuevo barrio se sienta como en tu casa.
¡Intenta sentarte junto a alguien que no conoces! También puedes hacerle una pregunta a alguien sobre el barrio como una manera de iniciar una conversación. Estar presente en esta parte de la Iglesia es una manera fácil de integrarte al barrio.
2. Conoce al obispo
Sacar una cita con el obispo es una de mis formas favoritas de conocer al barrio. ¡Una simple reunión de diez minutos con él le muestra que estás emocionado de estar ahí! Él también puede presentarte a otros miembros.
Si eres introvertido, puedes aprovechar esta oportunidad para hacerle saber al obispo que estás nervioso con este cambio porque es un lugar nuevo. ¡Él estará más que feliz de ayudarte!
3. Magnifica tu llamamiento
Con suerte, recibirás un llamamiento poco después de mudarte a tu nuevo barrio. Esta es una manera fantástica de conocer gente y hacer amigos. Aprovecha esta oportunidad y encuentra gozo al servir a los demás.
Mi esposo y yo somos maestros de la primaria. Al principio, pensé que estaría excluida de los miembros del barrio, ¡pero he descubierto que pasa todo lo contrario!
Me ha encantado conocer a los padres, la presidencia de la primaria y a los niños. ¡Ha hecho que el barrio se sienta aún más como una familia para nosotros!
4. Únete al coro del barrio
No importa si puedes cantar o no, el coro del barrio estará feliz de tenerte. ¡Esta es una forma fantástica de crear amistades! Dar una hora de tu semana es un pequeño precio que viene de formar parte de la alegría que puede brindar el coro.
Si no puedes cantar o tocar el piano, está bien, sé que tienes otros talentos. ¡Encuentra formas de usarlos! Las posibilidades son infinitas.
5. Participa de la ministración
Ministrar es muy importante. Al igual que un llamamiento, recibirás una asignación para ministrar poco después de mudarte a tu nuevo barrio. Si no la recibes, ¡habla con la presidenta de la Sociedad de Socorro!
Comienza simplemente orando por aquellos a quienes ministras. Luego, envíales un mensaje de texto. Comienza con pequeñas acciones, estas personas pueden convertirse en increíbles bendiciones en tu vida. Algunas de las personas a las que he ministrado se han convertido en mis mejores amigas.
6. Presta servicio
Cuando servimos a otros, servimos a Dios. Cuando se pasen las hojas de inscripción para un servicio, escribe tu nombre. Ofrécete a llevar comida a una familia necesitada, sustituye a un maestro de clase que no asistió a la capilla o ayuda a alguien a mudarse.
He encontrado mucha felicidad al servir en mi nuevo barrio. He aprendido que mi sentido de pertenencia aumenta cuando encuentro formas de servir a mis hermanos.
7. Asiste a las actividades de barrio
Las actividades de barrio están ahí por una razón. ¡Estos eventos están designados para unir al barrio! Ve a todas las actividades que te sean posible. Tu esfuerzo valdrá la pena.
Puede ser realmente aterrador entrar solo en una actividad de barrio. Esa es otra razón por la cual ministrar es importante. ¡Invítalos!
Es posible que aún así tengas que ir solo. He pasado por eso y ¿adivina qué? ¡La pasé genial! Tú también lo harás.
8. Guarda tu teléfono
Esto puede sonar tonto, pero diría que este es el consejo más importante para integrarte en un nuevo barrio. Dejar tu teléfono de lado te ayudará a parecer receptivo a los miembros que desean conocerte.
Siéntate y mira a tu alrededor. Esto te brindará oportunidades para hablar con los miembros de tu nuevo barrio. ¡También te ayudará a sentir el espíritu!
Yo Intento llegar cinco minutos antes a la reunión sacramental para poder escuchar la música del preludio. Guardar mi teléfono durante las dos horas que estoy en la capilla me ayuda a disfrutar el día de reposo.
Es importante recordar que vamos a la Iglesia por el Señor, no por la gente. El evangelio es lo más importante.
Si no sientes ese “clic” de pertenencia en tu nuevo barrio, recuerda la razón por la cual asistimos a la capilla. El Salvador te ama y quiere que estés allí. ¡Vuélvete a Él y Él te levantará!
Y tú, ¿qué consejos tienes que puedan ayudar a los miembros que se han mudado a un nuevo barrio? ¡Háznoslo saber en los comentarios!
Este artículo fue escrito originalmente por Brooklyn Gittins y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “New Ward? No Problem. 8 Tips for Making a Ward Feel Like Home”