George Martínez es un joven Santo de los Últimos Días de origen mexicano que vive en Utah.
Hace poco terminó la escuela secundaria y no tenía muchas esperanzas de estudiar en la universidad debido a temas económicos. Sin embargo, BYU le dio una esperanza, a través de la beca “Utah Jazz”.
La beca Utah Jazz es una beca integral para estudiantes de Utah con problemas económicos, que cubre matrícula, libros, mensualidades, alojamiento y comida en una de las seis universidades del estado de Utah.
También te puede interesar: Surfista profesional renuncia a sus títulos para convertirse en obispo de la Iglesia de Jesucristo
Martínez soñaba con estudiar en BYU, así que envió una solicitud de admisión. Fue aceptado en BYU donde el 7% de los 33,000 estudiantes son hispanos, dijo la universidad.
“Fue una explosión de emoción en ese momento. Fue especialmente motivador ver que mis padres estuvieran felices y orgullosos”, dijo Martínez.
A pesar de las buenas noticias, hubo otro problema. Martínez no sabía cómo pagaría la universidad. Fue entonces cuando comenzó a solicitar varias becas.
Un día, encontró la beca Utah Jazz. Sintió que quizás podría ser posible conseguirla. Aún sin muchas esperanzas, decidió intentarlo.
Como parte de la solicitud, se le pidió que hiciera un video de un minuto exponiendo sus metas educativas sobre cómo podía servir a la comunidad.
Martínez habló sobre la inmigración de sus padres desde México y su deseo de formar parte de la primera generación de graduados de la universidad, con especial interés en el campo de la ingeniería informática.
Además, expresó su deseo por pagar las oportunidades educativas que se le brindaran.
Martínez dudó en enviar su solicitud para la beca Utah Jazz porque no creía que tuviera una oportunidad realista.
No obstante, finalmente, la envió unos días antes de la fecha límite de primavera.
Unas semanas después, Martínez recibió una videollamada de FaceTime del exdelantero de Utah Georges Niang, que lo felicitó por haber sido seleccionado.
Para Martínez, saber que no tendría el estrés adicional de tener varios trabajos de medio tiempo mientras asistía a BYU fue un gran alivio.
Su madre, que estaba cerca de él mientras atendía la llamada, lloró de emoción.
“Fue un momento conmovedor. Me alivió poder concentrarme en la universidad”, dijo.
Su plan es estudiar en BYU durante un año antes de servir su misión.
“Una beca de esta magnitud permite a los estudiantes de minorías concentrarse en su educación y no tener que preocuparse todos los días sobre cómo pagar el próximo semestre, el próximo mes de alquiler e incluso qué comer mañana.
Estudiantes como George Martínez solo necesitan una oportunidad.
Son trabajadores y tienen la capacidad para lograr grandes cosas.
Con esta beca, George podrá enfocarse en su educación y hacer una gran contribución, como estudiante universitario de primera generación, para enriquecer el ambiente en BYU”, dijo Moisés Aguirre, director de Servicios Estudiantiles Multiculturales de BYU, que se enfoca en ayudar a los estudiantes de minorías estadounidenses en la universidad.
Fuente: Deseret News