Todavía recuerdo el día que me llamaron para ser Patriarca. El Presidente de Estaca vino y se sentó en el estrado justo antes de comenzar la reunión sacramental. Después del himno de cierre, él nos preguntó si mi esposa y yo podíamos reunirnos con él.
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Después de reunirnos con él, nos sentó juntos y nos dijo: “El obispo Boyle, el Señor y el Presidente Packer lo han llamado para que sea el Patriarca de nuestra Estaca. Tengo en mi mano una carta firmada por el Presidente Packer que me autoriza a extender el llamamiento en base a esta entrevista.”
Cuando recuerdo esa conversación, todavía evoca emociones muy fuertes. El hecho de que el Señor y el Presidente Packer pensaran que era digno de tal llamamiento llenó mis ojos con lágrimas de asombro y gratitud.
Al mismo tiempo, me encontré incapaz de respirar. Mientras intentaba respirar, varios pensamientos pasaron por mi cabeza; después de todo, mi experiencia al recibir y usar mi bendición patriarcal no había sido muy ejemplar.
Ya había recibido mi llamamiento misional cuando programé una cita para visitar a mi Patriarca. Era como una tradición no escrita entre mis amigos Santos de los Últimos Días.
No aprecié el valor o el significado de la bendición, por lo que recibirla fue una obligación más que un deseo. Sabía poco del convenio de Abraham, los dones del espíritu o lo que esperaba encontrar en mi bendición.
Un par de declaraciones en mi bendición me conmovieron profundamente, pero muchas de las bendiciones parecían algo común en nuestra cultura, como encontrar una hija de Dios para llevarla al templo.
No fue hasta mucho más tarde que comprendí cuán pocas personas en el mundo tendrían ese privilegio, y comencé a apreciar su importancia en el plan de felicidad de Dios.
Aunque la leía de vez en cuando, no era con verdadera intención. Esto puede haber sido en parte porque sentía que hubo un error en mi bendición.
No fue hasta que, como Patriarca, tuve la tarea de dividir un flujo de revelación en oraciones y párrafos que me di cuenta de que no era un error en absoluto. Lo estaba interpretando mal debido al contexto del párrafo en el que se encontraba como la oración final.
Era una afirmación verdadera que debería haber sido parte de un nuevo párrafo, y lo hubiera aprendido si es que le hubiera pedido a Dios la interpretación.
Pensamientos como estos me hicieron preguntarme por qué el Señor me estaba llamando en ese momento.
Rápidamente reconocí que, más allá de trabajar en un par de dones espirituales subdesarrollados, necesitaba aumentar mi espiritualidad y mi conocimiento de las bendiciones patriarcales si es que aceptaba el llamamiento.
Mi esposa y yo elevamos los estándares de nuestro estilo de vida, incluyendo lo que leemos, miramos, escuchamos e incluso en el cómo decoramos nuestra casa. Aproveché mi experiencia profesional trabajando en un laboratorio de investigación al averiguar todo lo que podía sobre esta nueva asignación y su propósito.
A partir de estas experiencias, ofrezco las siguientes sugerencias sobre los beneficios que nos podemos estar perdiendo de este maravilloso consejo personal de Dios.
1. Lee tu bendición patriarcal a menudo
El estudio de tu bendición patriarcal trae a la mente tu conexión con Dios como Su hijo y tu intersección con Su gran plan de felicidad, deberes y recompensas prometidas. Leerlo a menudo te hará pensar de donde viniste y en tu fe.
El reflexionar sobre tu bendición también demuestra respeto por las cosas sagradas, tu interés en planificar tu futuro de acuerdo con la voluntad de Dios y tu deseo de recibir más revelación personal, así como ponerte en sintonía con Dios.
Al igual que al leer una escritura, reflexionar sobre tu bendición patriarcal se convierte en un pararrayos para obtener más inspiración.
2. Comprende quién puede interpretar tu bendición
Descubrir la interpretación de tu bendición es tu responsabilidad y un medio por el cual puedes recibir revelación. “Ni siquiera tu Patriarca [debe] interpretarlo” (ver “Bendiciones Patriarcales“, Leales a la fe, 2004).
Tu bendición puede tener símbolos o niveles ocultos aún por descubrir. Cada párrafo puede tener un significado adicional a medida que nuestra vida cambia.
Llega a comprender tu bendición para que puedas establecer tus metas en función a las oportunidades y tareas que Dios quiere que cumplas.
Algunos miembros han dicho que todos los elementos de su bendición se han cumplido. Aún así, debes preguntarle al Señor “¿Qué más puedo hacer?”
Todas las bendiciones están relacionadas con obedecer los mandamientos y recibir las ordenanzas; evalúa tu progreso con los convenios que has realizado. Hacer convenios es la forma en que invitamos la participación de Dios en nuestras vidas con su poder santificador.
3. Comparte y habla de tu bendición con tu cónyuge
La separación de nuestros ojos proporcionan dos imágenes o perspectivas distintas, que el cerebro compara. Encuentra y usa áreas comunes para fusionar las dos imágenes en una imagen más grande, utilizando señales importantes que no están disponibles en las imágenes separadas.
El cerebro no pone un juicio o prioridad en las dos vistas hasta que se fusionan, y luego vuelve a enfocar ambos ojos en lo que es importante.
Dios diseñó el matrimonio de la misma manera. El plan de Dios de un matrimonio entre un hombre y una mujer proporciona dos perspectivas distintas con la superposición de tener un enfoque en Dios.
Estudiar las bendiciones patriarcales juntos fortalecerá nuestros lazos y desarrollará enfoques comunes, recordándonos el potencial que vimos en esa persona y el potencial dentro de nosotros mismos.
Algunas promesas en nuestra bendición deben considerarse como metas que Dios sabe que debemos cumplir para alcanzar nuestra exaltación.
La exaltación ha sido descrita como un asunto de familia, por lo que debemos aprender a comunicar una imagen clara de nuestras dos perspectivas sin prejuicios, fusionarnos con nuestras metas celestiales y usar nuestra visión combinada para regresar con seguridad al reino de Dios con nuestras familias.
4. Recuerda tus dones y talentos y ponte metas para usarlos a menudo
Los dones son como los músculos; deben usarse para que se fortalezcan y beneficien a los que Dios ha puesto en nuestro camino (véase DyC 46: 8-12, 26, 29). Dios comprende todos los dones, y debemos buscar los dones que necesitamos para llegar a ser como Él.
Podemos leer sobre nuestros dones y talentos y pedir otros adicionales, pero para hacerlos parte de nuestro ser, debemos usar estos dones con frecuencia. Por lo tanto, debes buscar oportunidades para usar tus dones en beneficio de los demás y poder ser más semejante a Cristo.
5. Usa tu bendición patriarcal para aprender sobre el convenio abrahamico
Una comprensión más profunda de las promesas del convenio de Dios aumentará la comprensión de tu papel como heredero del convenio que Dios hizo con Abraham y tu motivación para esforzarte por obtener Sus bendiciones prometidas.
Estudiar las vidas de los grandes Patriarcas y los desafíos de sus familias pondrá tus desafíos y pruebas en una perspectiva diferente como parte de tu desarrollo dentro del gran plan de salvación. Lo que aprendas de la vida de Abraham aumentará tu fe y valor para aceptar completamente el convenio de Dios.
El compromiso resultante y las promesas y los dones en tu bendición te fortalecerán contra los poderes de la oscuridad. Eres el descendiente de Abraham declarado por Dios en tu bendición patriarcal y puedes vivir con el mismo valor como lo hizo él.
6. Busca la misión y la genealogía de tu tribu
Conocer la tribu a la que perteneces te proporcionará una misión. Parte de esa misión es buscar a los vivos y los muertos que son parte del pueblo del convenio. Dios le prometió a Abraham que su simiente tendría la oportunidad de aceptar el convenio que Dios hizo con él.
Hay muchas generaciones pasadas que no han tenido esa oportunidad prometida y están esperando que descubras tu genealogía y hagas la obra en el templo.
Otra parte de tu misión es orar y buscar a los descendientes de tu tribu que Dios colocará en tu camino. Preparar a un pueblo santo como lo hizo Abraham es esencial para preparar a un pueblo para la segunda venida de Cristo.
Aprecia tu bendición patriarcal como un regalo de un Padre amoroso y otro testimonio de la restauración del Evangelio a través de José Smith.
Recuerda que esta carta amorosa de Dios para ti trata con dones espirituales, metas celestiales, promesas y recompensas divinas, y varias bendiciones y principios temporales destinados a apoyar tu desarrollo espiritual.
Tu bendición también debe apoyar el desarrollo espiritual de tu familia. Prepara a tus hijos para comprender el valor de una bendición patriarcal, para que tenga un fuerte deseo de conocer la voluntad de Dios y que reconozcan el sentimiento que acompaña a las experiencias espirituales.
Redescubre tu bendición patriarcal, encontrarás tesoros que no sabías que tenías.
Este artículo fue escrito originalmente por Lds Living Staff y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “6 Ways to Get More from Your Patriarchal Blessing (Advice from a Patriarch)”