El profeta Heber J. Grant, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibió una bendición patriarcal que prometía que sería llamado a “ministrar” a las personas en su juventud.
Él sabía que el presidente Joseph F. Smith y el élder Erastus Snow, de los Doce, habían sido llamados a servir en una misión cuando eran jóvenes, por lo que anticipó que sería llamado como misionero de tiempo completo en su juventud.
En aquel tiempo, los jóvenes no enviaban sus papeles para la misión sino que recibían una notificación cuando eran llamados.
Heber esperó y esperó y se inquietó cuando, a la edad de veintitrés años, todavía no había recibido su llamamiento.
No recibir su llamamiento misional le causó dudas y tristeza. Se preocupó por su membresía en la Iglesia, dudó de la inspiración del patriarca e incluso de la veracidad de la Iglesia misma.
Al reconocer que nada podía negar la realidad de la existencia de Dios y la veracidad de Sus revelaciones al profeta José Smith, pensó que tal vez el patriarca se había equivocado.
Aquella conclusión no le trajo la paz que esperaba.
Un día, estos pensamientos inundaron su mente mientras caminaba solo por Main Street en Salt Lake City. De repente, se detuvo, se dio la vuelta y dijo en voz alta:
“Sr. Diablo, cállese. No me importa si todos los patriarcas de la Iglesia han cometido un error en una bendición y han dicho una mentira, creo con todo mi corazón y alma que el Evangelio es verdadero y no permitiré que mi fe se vea afectada”.
Los pensamientos negativos nunca más regresaron.
Unas semanas más tarde, el joven de veintitrés años fue llamado a ser el presidente de la Estaca Tooele, convirtiéndose en el presidente de estaca más joven de la Iglesia. Dos años después fue llamado a servir en el Cuorúm de los Doce Apóstoles.
Con el tiempo, Heber Grant obtuvo una comprensión más profunda, que su bendición prometía un llamado a ministrar, no a servir en una misión.
Expectativas no cumplidas
Quizá te sientas tentado a pensar que el tiempo para que se cumplan las promesas de tu bendición ya pasó.
Tal vez hiciste suposiciones incorrectas sobre lo que dice tu bendición o te basaste en las normas culturales de tu entorno.
Espera en el Señor con paciencia, te sorprenderás al ver cómo se cumplen sus promesas en tu vida.
Por otro lado, también hay bendiciones que no se cumplen en esta vida y se cumplen después del periodo terrenal.
El presidente Harold B. Lee enseñó:
“Cuando un patriarca pronuncia una bendición inspirada, esa bendición abarca toda la vida, no solo la fase que llamamos mortalidad”.
Debido a nuestra existencia eterna, el élder Robert D. Hales, de los Doce, nos animó a esperar en el Señor:
“Tal vez no sepamos cuándo o cómo nos dará el Señor las respuestas, pero testifico que en Su tiempo y a Su manera las recibiremos.
Algunas respuestas quizás tengamos que esperar hasta el más allá; eso puede suceder con promesas de nuestra bendición patriarcal y con bendiciones que hayan recibido los miembros de la familia. No nos demos por vencidos con el Señor; Sus bendiciones son eternas, no temporales”.
El presidente Boyd K. Packer agregó:
“Las cosas de naturaleza eterna no tienen límites, se extiende desde la preexistencia hasta nuestra existencia más allá del velo de la muerte, nuestra vida es una vida eterna”.
A la luz de esto, el presidente Dallin H. Oaks enseñó:
“El principio más importante, en lo que se refiere al tiempo, es mantener una perspectiva eterna. La vida terrenal no es más que una pequeña porción de la eternidad”.
Nuestra existencia no termina con la muerte ni tampoco limita nuestras promesas divinas.
Leer tu bendición patriarcal con una comprensión del tiempo de Dios significa que miras más allá de los conceptos mortales y culturales del tiempo, confías en que tu comprensión cambiará con los años y que Dios puede cambiar el tiempo para cumplir Sus fines.
Autores inspirados del Antiguo Testamento señalaron que “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” y que debemos “confiar en él en todo tiempo” (Eclesiastés 3:1; Salmo 62:8). Dios revelará Su tiempo en Su propio tiempo y a Su propia manera.
Fuente: LdsLiving