Una de las lecciones más difíciles que los humanos aprenden en la vida es que nuestra voluntad no siempre se alinea con lo que Dios quiere que hagamos.
Esta verdad se manifiesta de muchas maneras, pero una de esas formas más prominentes es cuando las promesas hechas en las bendiciones del sacerdocio que recibimos no se cumplen.
¿Por qué pasa esto? ¿Acaso las bendiciones del sacerdocio no son de Dios? Si el hermano que brinda la bendición está en sintonía con el Espíritu, ¿por qué promete cosas que no se hacen realidad?
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La Bendición Patriarcal vs La Bendición del Sacerdocio
Primero, veamos la diferencia entre una bendición del sacerdocio y una bendición patriarcal.
La Iglesia define una bendición del sacerdocio es “una bendición dada por un poseedor del Sacerdocio de Melquisedec, por imposición de manos y por inspiración, a alguien que se encuentra enfermo o en necesidad de un consejo especial, consuelo o sanación”.
Por otro lado, una bendición patriarcal es otorgada por alguien que ha sido ordenado como Patriarca y que tiene el poder para declarar el linaje y guiar las vidas de quienes reciben dicha bendición.
Cuando un poseedor del sacerdocio da una bendición del SACERDOCIO, son guiados por el Espíritu para decir ciertas cosas. Sin embargo, el poseedor del sacerdocio NO conoce el futuro. El poseedor del sacerdocio NO sabe lo que le va a pasar a esa persona.
Tener una visión del futuro no es lo que implica una bendición del sacerdocio, esa sería una bendición patriarcal. Dicho esto, las bendiciones patriarcales se basan en la obediencia del individuo y, por lo tanto, no son predicciones exactas del futuro.
¿Por qué pasa esto?
Hay algunas explicaciones de por qué puede suceder eso.
Una de ellas puede darse por las imperfecciones del poseedor del sacerdocio al percibir el mensaje de Dios o por los temores que siente al decir lo que el Señor quiere. Cuando alguien recibe una respuesta del espíritu con la que no concuerda mucho, se vuelve algo difícil de aceptar.
Otra explicación puede ser que la persona recibirá su bendición en el Mundo de los Espíritus. Por ejemplo, si en una bendición patriarcal se expresa que una persona servirá una misión, pero luego esa persona fallece, esa bendición se puede cumplir en el Mundo de los Espíritus.
Todos somos humanos. No importa qué edad o cuánta experiencia tengamos en el Evangelio, podemos cometer errores y malinterpretar lo que nos dice el espíritu.
El poseedor del sacerdocio puede transmitir incorrectamente la información que el espíritu le ha dicho. Para los poseedores del sacerdocio, esto no es algo por lo que deban desanimarse. Le sucede a todos, incluso a las Autoridades Generales. Cualquier bendición del sacerdocio dada debe incluir las palabras: “Padre celestial, pedimos que se haga Tu voluntad”.
No importa cuán justo sea el poseedor del sacerdocio y no importa cuán fiel sea el receptor de la bendición, los caminos de Dios siempre reinarán.
Si Dios tiene un plan diferente, se hará como Él diga porque finalmente es Él quien sabe que es lo mejor para nosotros. Depende de nosotros obtener fe y confianza en Él y en Su plan.
La experiencia del presidente Oaks
Incluso los apóstoles y sus familias no están exentos de bendiciones no cumplidas. Cuando el Élder Oaks era joven, su padre se enfermó de gravedad de tuberculosis y fue llevado al hospital.
Durante los seis meses que pasó en el hospital, recibió muchas bendiciones. Una y otra vez, destacados líderes del sacerdocio, incluido un miembro de los Doce Apóstoles, le dieron bendiciones del sacerdocio donde se le prometía la sanación del hermano Oaks.
Las bendiciones pronunciadas por otros fueron lo mismo, pero, por desgracia, el hermano Oaks sólo empeoró. Finalmente, 10 días antes de morir, los médicos le informaron a la familia Oaks que habían hecho todo lo posible para salvar al hermano Oaks, pero que era seguro que moriría.
Después de su fallecimiento, la familia Oaks se recuperó no sólo de la pérdida de ese padre y esposo, sino también por las promesas “vacías” hechas por dignos poseedores del sacerdocio. El Élder Oaks, ahora adulto, dijo mientras reflexionaba sobre esa situación:
“La fe, no importa cuán fuerte sea, no puede producir un resultado contrario a la voluntad de Aquel cuyo poder es. El ejercicio de la fe en el Señor Jesucristo siempre estará sujeto al orden de los cielos, a la bondad, la voluntad, la sabiduría y el tiempo del Señor.”
Él continuó:
“Incluso los siervos del Señor, que ejercen Su poder divino en una circunstancia donde existe la suficiente fe para ser sanados, no pueden dar una bendición del sacerdocio que hará que una persona sea sanada si esa sanación no es la voluntad del Señor.”
Amor de Dios
A veces, es realmente difícil entender porqué no se cumplen ciertas bendiciones. Pero sabemos que Dios nos ama y que tiene un plan para cada uno de nosotros. Su plan es mucho más grande y mejor de lo que podemos imaginar porque Él siempre ve la perspectiva más grande.
A veces es difícil aceptar cosas como la muerte de alguien a pesar que le pedimos fielmente a Dios que evite que suceda; sin embargo Él sabe mucho más que nosotros.
Él sabe lo que nos espera.
Por lo tanto, permitirá que sucedan cosas que quizás no queramos porque es parte de Su hermoso plan para nosotros.
Este artículo fue escrito originalmente por Madi Wickman y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “When a Priesthood Blessing Doesn’t Come True”