Para muchos jóvenes adultos, dejar sus estudios universitarios para servir en una misión de tiempo completo puede no tener mucho sentido.
Por otro lado, hay muchos otros que probablemente están considerando el consejo que el presidente Russell M. Nelson dio en la Conferencia General de abril de 2022:
“Queridos jóvenes amigos, cada uno de ustedes es crucial para el Señor. Él los ha reservado hasta ahora para ayudar a recoger a Israel.
La decisión que tomen de servir en una misión, ya sea de proselitismo o de servicio, los bendecirá a ustedes y a muchos más”.
Estas bendiciones pueden tomar muchas formas.
De hecho, muchos misioneros retornados piensan que las habilidades y la confianza que desarrollaron en la misión pueden convertirse en herramientas importantes para la vida y el futuro aprendizaje.
Por esa razón, un equipo de investigación de la Universidad Brigham Young decidió ir más allá y realizó un estudio sobre los efectos reales y tangibles que tiene el servir en una misión de tiempo completo en las mujeres.
Maggie Marchant, bibliotecaria auxiliar en temas de economía, finanzas, base de datos en ciencias sociales y ciencias políticas de BYU; y la Dra. Jocelyn S. Wikle, profesora auxiliar de la Escuela de Vida Familiar de BYU; se dirigieron a las mujeres recopilando información de más de 17,000 estudiantes desde 2007 al 2012.
De las 17,000 participantes, el 29.1% puso en pausa sus estudios para servir en una misión de tiempo completo para la Iglesia de Jesucristo.
De este porcentaje, el estudio encontró que muchas de estas mujeres cambiaron sus carreras al regresar a casa, y el 33% de ellas lo hizo escogiendo una que tiene un salario potencial mayor en comparación con las mujeres que no fueron a una misión.
En una declaración para The Daily Universe, Maggie Marchant expresó:
“No conocemos exactamente todos los factores subyacentes, pero [el estudio] sí sugiere que estas mujeres tienen más confianza y se sienten más cómodas en ámbitos distintos después de dejar el campo misional”.
El estudio también mostró que de entre las mujeres con los puntajes de ACT más bajos (el examen estandarizado que se utiliza como prueba de admisión a una universidad en los Estados Unidos), las que sirvieron en una misión tenían 19% más posibilidades de ser aceptadas en un programa de estudios más competitivo o limitado.
Por su parte, la Dra. Jocelyn S. Wikle compartió para The Daily Universe:
“Entre las estudiantes con calificaciones bajas, existe el temor de no ser una competencia [frente a las demás] porque no creen tener lo necesario… servir en una misión es una buena oportunidad para que las mujeres puedan destacar en situaciones competitivas, postulaciones y mejorar su hoja de vida”.
El estudio no solo brinda una mirada a estos beneficios y efectos positivos, también concluye con recomendaciones de acción y normas, como alentar a las mujeres a considerar el costo y beneficio de la brecha que existe debido a sus experiencias e invitar a las mujeres a comprometerse a terminar sus estudios y seguir creciendo académicamente después de la misión.
*Imagen de portada: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Fuente: LdsLiving