No he tenido la oportunidad de sellarme en el templo. La persona con la que quería sellarme se casó con alguien más. Me preocupa mi situación y lo que será de mí en la próxima vida. ¿Qué puedo hacer?
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Respuesta
A medida que leemos nuestras Escrituras y escuchamos la guía de los profetas y apóstoles de nuestro Señor, finalmente nos familiarizamos más con la perfecta misericordia y el perfecto amor de nuestro Padre Celestial para con todos nosotros.
Para responder tu pregunta podemos dirigirnos a dos secciones de Doctrina y Convenios.
En la primera, DyC 82: 10 leemos:
“Y Yo, el Señor, estoy obligado cuando hacéis lo que os digo; mas cuando no hacéis lo que os digo, ninguna promesa tenéis”.
El segundo, DyC 131: 1-7, explica que si los hijos y la hija del Padre Celestial no entran en el “nuevo y sempiterno convenio del matrimonio… no [pueden] tener aumento”, es decir, alcanzar el grado más alto de gloria.
Sin embargo, la promesa es que si nos mantenemos fieles a los convenios que hemos hecho con el Señor, Él a cambio nos dará las bendiciones que nos ha prometido.
El profeta Joseph Fielding Smith declaró:
“Si en su corazón sienten que el Evangelio es verdadero y, bajo las condiciones adecuadas, hubieran podido recibir estas ordenanzas y bendiciones de sellamiento en el templo del Señor, y esa es su fe, su esperanza y su deseo, mas no han tenido la oportunidad; el Señor les compensará y serán bendecidos, porque ninguna bendición será retenida.
El Señor los juzgará de acuerdo con los deseos de sus corazones, cuando las bendiciones les son retenidas en esta vida. No los condenará por lo que no pueden evitar”. – “Doctrina de salvación”, 1955, 2:77
El Señor sabe cuándo será nuestro momento. Hasta entonces, somos responsables de tratar de alinear nuestra voluntad con la del Señor, de aprender y crecer a partir de nuestras pruebas.
De repente tus padres, líderes, familiares y amigos quieren que te cases y tienes el deseo de hacerlo, pero no has tenido la oportunidad, como dijo el Señor, toda bendición le será dada a quien guarde Sus mandamientos.
Él te bendecirá por tu esfuerzo y todo vendrá en Su tiempo.
El presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, expresó:
“El Señor tiene Su propio tiempo… Al igual que con otros acontecimientos terrenales importantes que dependen del albedrío de otros o de la voluntad y el tiempo del Señor, el matrimonio no se puede anticipar ni planificar con certeza”.
A veces las cosas no suceden como las queremos, pero eso no significa que no haya un plan para todos los hijos de Dios, solteros o casados, viudos o divorciados. El Padre Celestial ama a todos por igual.
“Sed de buen ánimo, pues, y no temáis, porque yo, el Señor, estoy con vosotros y os ampararé”.- Doctrina y Convenios 68:5–6
Fuente: askgramps.org