Seguramente, en algún momento de nuestra vida, hemos escuchado la siguiente frase: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.
Si observamos con atención, veremos que esta frase tiene un gran significado. Nos invita a no dejar algo importante para el día “mágico” llamado mañana, y en consecuencia, nos aleja de la procrastinación.
¿Qué significa procrastinar?
Procrastinar significa “posponer para otro día, o para más tarde. Aplazar, retrasar, postergar”. Se trata de aquella meta que te propusiste a principios de año pero que con el tiempo dejaste de alcanzar. Puede que hayas caído en la procrastinación.
La procrastinación también puede ocurrir en el ámbito espiritual y para evitar caer en este hoyo sin fin, podemos hacer una simple reflexión:
•¿Cómo va mi lectura de las Escrituras?
•¿Estoy orando diariamente, con verdadera intención y de corazón?
•¿Estoy asistiendo a la reunión sacramental cada domingo para renovar mis convenios?
•¿Cómo va mi asistencia al templo?
•¿Cómo puedo mejorar?
¿Cómo caemos en la procrastinación?
El Padre Celestial y nuestro Salvador Jesucristo nos tienen un amor inmenso y profundo. El gran objetivo del Padre y del Hijo es “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39), es decir, que podamos regresar a morar con Ellos nuevamente.
En contraste, Satanás busca apartarnos del Señor y hacernos tan miserables como él (2 Nefi 2:27). En 2 Nefi 28: 21 hay una advertencia de cómo el enemigo podría tratar de actuar sobre nosotros:
“Y a otros los pacificará y los adormecerá con seguridad carnal, de modo que dirán: Todo va bien en Sion; sí, Sion prospera, todo va bien. Y así el diablo engaña sus almas, y los conduce astutamente al infierno”.
Poniendo en contexto esta escritura, tenemos las siguientes frases: “Leí las escrituras ayer, así que como estoy muy cansado ahora, está bien si no las leo hoy”, “Iré a la capilla el próximo domingo, hoy necesito descansar”.
Con el tiempo, el deseo de ir a la capilla o de leer las Escrituras, como se menciona en los ejemplos, disminuye.
Poco a poco, sin darnos cuenta, empezamos a distanciarnos de nuestro Padre y de nuestro Salvador. Nos perdemos en el camino.
¿Cómo luchar contra la procrastinación?
El presidente Russell M. Nelson nos dio la siguiente advertencia:
“Si la mayor parte de la información que obtienen proviene de las redes sociales o de otros medios de comunicación, su capacidad para escuchar los susurros del Espíritu se verá disminuida.
Si no están buscando al Señor a través de la oración y el estudio del Evangelio diarios, quedan vulnerables a filosofías que pueden ser intrigantes, pero que no son ciertas. Incluso los santos que de otro modo serían fieles pueden ceder al ritmo constante de la banda de Babilonia.
Mis hermanos y hermanas, ¡les ruego que dediquen tiempo al Señor! Hagan que su propio fundamento espiritual sea firme y capaz de resistir la prueba del tiempo haciendo aquello que permita que el Espíritu Santo esté con ustedes siempre”.
En Alma 37:6 leemos:
“…por medio de cosas pequeñas y sencillas se realizan grandes cosas…”
Si no estamos leyendo las escrituras como debemos, o alguna otra actividad que nos acerque a Dios, debemos hacer algo hoy, ahora.
Nuestras pequeñas acciones nos hacen conocer a Cristo y ver que Sus manos misericordiosas están extendidas hacia nosotros.
El profeta Nelson compartió en su discurso:
“Nada invita más al Espíritu que centrar la mira en Jesucristo. Hablen de Cristo, regocíjense en Cristo, deléitense en las palabras de Cristo y sigan adelante con firmeza en Cristo. Hagan del día de reposo una delicia al adorarlo, al participar de la Santa Cena y al santificar Su día”.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Es mi deseo que tengamos en nuestros corazones una oración:
“¡Señor, te necesito, sí ti te necesito! ¡Bendíceme oh Cristo, vendré a ti!”
Fuente: maisfe.org