*Nota de autor: La solución a este mal comienza con aceptar que tienes un problema y el solo hecho de que hayas entrado a leer este artículo es un gran paso.
En la actualidad, la adicción a la pornografía es uno de los males silenciosos que más afectan a los hijos e hijas de Dios. Puede ser que tú hayas quedado atrapado en las garras de la pornografía o que una persona que quieres lo esté. A través de este artículo intentaré ayudarte a dejar esta adicción.
1. Admite el problema y el daño que te está causando
Para solucionar un problema, primero necesitamos reconocer el error.
Muchas personas con adicción a la pornografía justifican este hábito y creen que no tiene un impacto negativo en sus vidas. Ese es un gran obstáculo para la recuperación.
Sin embargo, cuando te das cuenta del impacto de este problema en tu vida, cuando tienes un deseo genuino de detenerte, surge la fuerza para superarlo. En este punto, comienzas la ruta para ganar la batalla.
2. Díselo a alguien en quien confíes
Nadie puede superar la adicción por sí solo, necesitas un sistema de apoyo “seguro”.
Cuéntale lo que te pasa a alguien de confianza, puede ser tu cónyuge, tu pareja, un amigo o amiga, un familiar, o el obispo.
Contar con las personas que amas en este proceso, marcará la diferencia, ya que ellos te apoyarán cuando te sientas débil y que no puedes continuar.
3. Reemplaza este hábito con una actividad más sana
Dejar cualquier hábito negativo deja un vacío en tu vida y la mejor manera de resistir la tentación es llenar ese tiempo con algo mejor.
Desarrolla formas más sanas de afrontar las dificultades de la vida: el dolor, la soledad, el estrés, el desánimo o el aburrimiento. Practica un deporte. Ve a correr. Llama a un amigo. Adopta un nuevo pasatiempo. Lee tus escrituras. Encuentra algo sano con lo que puedas distraerte y esto facilitará la recuperación.
4. Comprométete a dejar de consumir pornografía en absoluto, no solo de vez en cuando
Mantener la pornografía en tu vida hace que la recuperación sea casi imposible y no resuelve ninguno de los problemas subyacentes.
Si te convences de que está bien consumirla “a veces”, volverás a caer en viejos hábitos cuando estés débil.
Apaga la computadora. Sal. Respira. Utiliza algún sistema para bloquear anuncios. Evita quedarte despierto a solas por la noche. Mantente alejado de ella a toda costa.
Decide ahora que realmente quieres parar y que la pornografía no es una opción.
5. Ora, la fuerza de voluntad no es suficiente
Tu “voluntad” por sí sola no es infalible. Afortunadamente, puedes contar con un poder mayor que el tuyo. Tienes un Padre Celestial que te ama y se preocupa por tu proceso de sanación más de lo que puedas imaginar.
El Salvador murió por ti, por todas tus imperfecciones y luchas, para que puedas regresar a Él y ser completamente sanado y perdonado. Él no nos ha abandonado y no nos abandonará.
A través del poder de la oración, nunca estarás solo y tendrás toda la ayuda del cielo en los momentos de debilidad.
6. Únete a un programa de recuperación de adicciones
Además de tu propio sistema de apoyo, puede marcar la diferencia tener un grupo de apoyo de personas que sepan exactamente lo difícil que es cambiar y te ayuden en las distintas etapas de la recuperación.
Hay muchos grupos de apoyo buenos por ahí. Te recomiendo addictionrecovery.churchofjesuschrist.org, que ha ayudado a muchas personas a superar diferentes tipos de adicciones. El programa está dirigido por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y es gratuito.
7. Nunca desistas
El camino hacia la recuperación es una maratón, no una carrera de velocidad. Tomará tiempo cambiar tus hábitos y, en definitiva, todas tus fuerzas físicas y mentales.
Si recaes, no es el final de tu recuperación. Inténtalo siempre de nuevo, acepta tu error y sigue adelante con la ayuda de tu familia y amigos, tu sistema de apoyo y el Señor.
8. Tu esfuerzo vale la pena
Ya no necesitas sucumbir a los dictados de la necesidad de la adicción, depresión, culpa, secretismo o autodesprecio. Puedes liberarte de la influencia degradante y corrosiva de la pornografía que debilita tu determinación, tu autoestima y tus relaciones. Sí, podrás volver a sentirte limpio, libre y feliz.
La solución a este mal comienza con aceptar que tienes un problema y el solo hecho de que hayas entrado a leer este artículo es un gran paso. Significa que estás buscando un método para dejar la pornografía.
ú puedes lograrlo, pero recuerda, esta lucha no tienes por qué hacerla por tu cuenta. Mientras más pronto pidas ayuda, más pronto podrás acabar con este hábito que solo te marchita mental, física y espiritualmente. No permitas que siga haciéndote daño.
“Queridos amigos, todos vamos a la deriva de vez en cuando, pero podemos retomar el rumbo”. – Dieter F. Uchtdorf
Fuente: Third Hour