Pregunta
Constantemente vemos escenas desastrosas en las noticias: tiroteos, guerras, abusos tanto a los humanos como a los animales, asesinatos, entre otros.
Con esto en mente no puedo evitar preguntarme, ¿Cómo puede Dios ver tanta desgracia y no hacer nada? ¿Acaso es esto lo que debemos soportar si deseamos ser exaltados? ¿Ver situaciones espantosas en el mundo?
Roberto
Respuesta
Estimado Roberto,
Es comprensible que algunos, especialmente los sobrevivientes del abuso infantil, se pregunten si a Dios le importa el mal que sucede aquí en la Tierra. Sin embargo, deseo asegurarte que a Él le importa y se preocupa mucho.
Ejemplo 1: Jesús en el templo
La primera “evidencia” de esto, que me gustaría mostrarte, es cuando Cristo limpió el templo.
Si consideras por un momento la vida del Salvador, recordarás que Él no se enojaba fácilmente. Cuando estaba siendo crucificado, dijo:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Sin embargo, se enojó cuando limpió el templo. ¿Por qué estaba tan enojado entonces?
Algunos eruditos creen, y estoy de acuerdo, que Él estaba enojado porque había algunas personas que se estaban aprovechando de otras.
Algunas personas tuvieron que viajar largas distancias para visitar el templo. A veces, traer un animal no era factible, por lo que compraban uno cuando llegaban.
Primero, tenían que cambiar las monedas con la imagen de César, por monedas del templo. Sin embargo, los cambistas no les dieron un cambio justo. Se estaban aprovechando de la gente.
Entonces, estos viajeros tomaron sus monedas y compraron un animal para el sacrificio.
Los que vendían animales lo hacían a precios muy altos, aprovechándose también de los pobres. Entonces, las personas que venían al templo a adorar estaban siendo engañadas y esto, ciertamente, profanaba el significado del templo.
Sin embargo, el problema principal era que la gente estaba siendo maltratada.
Asimismo, podemos ver esta historia de manera simbólica.
El Salvador estaba enojado porque el templo estaba siendo profanado. Nuestros cuerpos son templos (1 Corintios 3:16-17). Por lo tanto, Él seguramente también se enoja como para blandir un látigo, gritar y volcar mesas, cuando nuestros cuerpos/templos físicos son profanados por el abuso.
Ejemplo 2: El Señor llora al ver a Su pueblo en la iniquidad
Otro ejemplo en las Escrituras que muestra que Dios se preocupa, se encuentra en la Perla de Gran Precio.
En este pasaje, el Señor conversa con Enoc y mientras ven el mundo, Enoc nota que el Señor llora. Enoc se sorprende por esto y le pregunta por qué llora:
“32 El Señor dijo a Enoc: He allí a estos, tus hermanos; son la obra de mis propias manos, y les di su conocimiento el día en que los creé; y en el Jardín de Edén le di al hombre su albedrío;
33 y a tus hermanos he dicho, y también he dado mandamiento, que se amen el uno al otro, y que me prefieran a mí, su Padre, mas he aquí, no tienen afecto y aborrecen su propia sangre;
34 y el fuego de mi indignación está encendido en su contra; y en mi intenso desagrado enviaré los diluvios sobre ellos, porque mi furiosa ira está encendida en contra de ellos”.
Probablemente, el Señor estaba pensando en muchas cosas aquí, pero cuando dice:
“…no tienen afecto y aborrecen su propia sangre”.
Eso ciertamente podría aplicarse al abuso (así como a otras situaciones).
Ejemplo 3: Persecución a los Santos
Otro ejemplo se encuentra en la sección 98 de Doctrina y Convenios.
En el momento en que se dio esta revelación, la Iglesia estaba sufriendo una severa persecución.
En esta sección, el Señor aconseja a los Santos sobre cómo actuar al respecto. En la última parte de la sección, el Señor les instruye que, si el enemigo viene sobre ellos y luego les pide perdón, deben perdonarlo hasta setenta veces siete.
No obstante, observa lo que el Señor dice acerca del ofensor que NO se arrepiente (como suele ser el caso en el abuso). El Señor dice que, por la primera, segunda y tercera ofensa se les perdone. Sin embargo, en la cuarta ofensa:
“44 Mas si os agravia la cuarta vez, no lo habéis de perdonar, sino que traeréis estos testimonios ante el Señor; y no serán borrados hasta que se arrepienta y os reponga con cuatro tantos en todas las cosas en que él os haya agraviado.
45 Y si hace esto, lo perdonaréis de todo corazón; y si no lo hace, yo, el Señor, os vengaré de vuestro enemigo cien veces”.
Dios se indigna por las desgracias en el mundo
Ahora que sabemos que el Señor se indigna por las desgracias que ocurren en este mundo, ¿cómo las soporta? ¿Cómo podemos soportarlas nosotros si esto es lo que experimentaremos si somos exaltados?
Parte de nuestra respuesta está en DyC 121, recuerda que aquí José estaba rogándole a Dios alivio por el sufrimiento de los Santos. El Señor dijo:
“7 Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento;
8 y entonces, si lo sobrellevas bien, Dios te exaltará; triunfarás sobre todos tus enemigos”.
Creo que, aunque le duele vernos sufrir por los pecados de los demás, lo permite porque sabe que es un breve momento y viene una recompensa mucho mayor.
Creo que debe ser como cuando nosotros, los padres humanos, llevamos a nuestros hijos al médico para que les pongan puntos, por ejemplo.
Sentimos pena por nuestros hijos que lloran y no entienden. Sin embargo, sabemos que este es solo un pequeño momento en sus vidas y que se beneficiarán de estos puntos.
Podrías preguntarte si esa es una analogía justa, los niños se benefician de los puntos, pero ¿puede salir algo bueno del abuso?
Para responder a esa pregunta, me gustaría compartir las palabras de uno de mis héroes favoritos, el almirante James Stockdale.
James fue piloto durante la Guerra de Vietnam, fue capturado en Vietnam del Norte y tomado como prisionero de guerra. Sufrió terribles abusos y torturas.
Más tarde, cuando James C. Collins lo entrevistó para el libro de negocios “Good to Great”, Collins le preguntó cómo había sobrevivido. El almirante Stockdale dijo:
“Nunca perdí la fe en el final de la historia. Nunca dudé no solo de que saldría, sino también de que al final prevalecería y convertiría la experiencia en el evento definitorio de mi vida, que, en retrospectiva, no cambiaría”.
Sin embargo, ¿es este tipo de sanación y superación posible para todos?
El Dr. Richard Mollica dice que así es, absolutamente. Su opinión es importante porque trabaja en el Programa de Harvard para tratar traumas de los refugiados.
Él y sus colegas han tratado a más de diez mil pacientes emocional y mentalmente marcados por la guerra, la violación, la violencia y la tortura.
Mollica ha conocido a personas que sobrevivieron a los campos de exterminio de Camboya, las masacres de Bosnia, el genocidio de Ruanda y la destrucción del World Trade Center. Dijo:
“Todo ser humano nace con la fuerza para sanar. Ninguna cantidad de violencia o tortura puede destruir esa capacidad. Ninguna barbarie o salvajismo puede aplastar la capacidad de recuperación y reconstrucción. Incluso en el ser humano más desesperanzado hay esperanza”.
Muchas veces se ha dicho que Satanás trata de pervertir todas las cosas buenas que Dios nos da; por ejemplo, la música e Internet.
Creo que la lección del almirante Stockdale y el Dr. Mollica es esta: cualquier mal que Satanás pueda crear en el mundo, el Señor puede convertirlo en algo para nuestro beneficio y crecimiento. Nuestro Dios es un ser poderoso.
Entonces, Roberto, en lugar de pensar en un Dios como testigo de cosas horribles, me gusta pensar en un Dios que convierte el dolor en crecimiento, paz y eventualmente gozo.
Fuente: Ask Gramps