La revelación continua es una de mis cosas favoritas del evangelio. El hecho de que Dios quiera hablarnos ahora tanto como en los tiempos bíblicos es un testimonio de que Él verdaderamente nos ama y está interesado en nuestras vidas.
Y la Conferencia General es una de las principales formas en que recibimos esa inspiración, es una oportunidad increíble para escuchar a los profetas y apóstoles vivientes.
Pero si eres como yo, podrías salir de la conferencia sintiendo lo que la expresidenta general de la primaria, Joy D. Jones, llamó “ansiedad post-conferencia”.
Toda la instrucción e inspiración, por maravillosa que sea, a veces puede parecer difícil de asimilar e implementar en los seis meses que tenemos antes de la próxima conferencia.
Entonces, ¿qué podemos hacer para concentrarnos en la inspiración que recibimos sin desanimarnos o abrumarnos? Aquí hay algunas sugerencias:
1. Pídele al Señor que te diga lo que estás haciendo bien
Mientras vuelves a leer los discursos y revisas tus notas, ora al Padre Celestial y pídele que te diga que estás haciendo bien. Puede ser fácil ver al Padre Celestial como un juez, pero recuerda Su título favorito: ¡Padre!
Él es nuestro Padre, y si bien los padres corrigen y disciplinan a sus hijos, ellos también enseñan, alientan y celebran sus logros. Sentirte seguro de que vas por buen camino puede ayudarte a tener esperanzas de cambiar otras cosas en tu vida.
La hermana Bonnie D. Parkin, expresidenta general de la Sociedad de Socorro, testificó:
“Necesitamos saber que Él ve lo bueno en nosotros. El sentir Su amor nos alienta a seguir adelante, nos asegura que somos Sus hijas y nos confirma que nos valora aun cuando tropezamos y atravesamos contratiempos pasajeros”.
Permite que el Señor te muestre lo que ve de bueno en ti.
2. Evalúate a ti mismo con sinceridad
La autoinspección puede ser una herramienta valiosa que nos ayuda a determinar por dónde empezar cuando se trata de aplicar lo que aprendimos en la conferencia.
Aquí hay algunas preguntas que te pueden ayudar con tu autoevaluación:
• ¿Llevo un estudio significativo y regular de las Escrituras que me ayuda a comprender mejor el Evangelio?
• ¿Mis oraciones me ayudan a sentirme más cerca del Padre Celestial?
• ¿Siento el Espíritu con regularidad?
• ¿Experimento alguna lucha mental, emocional, física o social que me hace sentir distante del amor de mi Padre Celestial y el Salvador?
• ¿Presto atención a aquellos a mi alrededor que pueden estar pasando desafíos y necesitan mi ayuda?
• ¿Hay comportamientos en mi vida que necesito empezar o detener con ayuda?
• ¿Qué atributos cristianos necesito desarrollar más?
Reflexionar sobre estas preguntas puede ayudarte a identificar áreas de crecimiento personal y a seleccionar los mensajes de la conferencia necesarios para lograrlo.
Si necesitas más ideas, puedes estudiar el capítulo 6 de Predicad Mi Evangelio.
3. Ora para saber en qué enfocarte
Es importante reflexionar y evaluar nuestras propias fortalezas y debilidades y eso es algo que el Padre Celestial conoce mejor que nosotros mismos.
Además, Él puede ayudarnos a darle prioridad lo que necesitamos mejorar. Incluirlo a Él en este proceso te ayudará a saber en qué área de tu vida debes enfocar tus esfuerzos en base a los mensajes de la conferencia.
Cada Conferencia General tiene discursos valiosos, pero algunos pueden ajustarse más a nuestras necesidades. Como explicó el presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia:
“El número de las cosas buenas que podemos hacer es mucho mayor que el tiempo disponible para lograrlas. Algunas cosas son mejores que buenas, y merecen que les demos prioridad”.
4. Comienza poco a poco
Tus posibilidades de implementar cambios con éxito son mucho mayores si te enfocas en solo una o dos cosas a la vez
Incluso cuando es necesario un gran cambio, puede resultar más fácil comenzar de a poco. El Señor te ayudará a realizar grandes cambios a través de tus pequeños y constantes esfuerzos.
El élder Michael A. Dunn, de los Setenta, enseñó:
“Cada esfuerzo que hagamos por cambiar, por muy pequeño que nos parezca, podría marcar la mayor diferencia en nuestra vida”.
El Señor mira y valora nuestros esfuerzos y nos ayudará a medida que tratamos de hacer que los mensajes de la Conferencia General formen parte de nuestra vida.
Si asistes a la conferencia con una verdadera intención de aprender y mejorar, aprenderás algo nuevo. El élder Robert D. Hales (1932-2017), del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo:
“Les prometo que, si prestan atención, sentirán crecer el Espíritu en su interior. El Señor les dirá lo que Él quiere que hagan con sus vidas.
En las conferencias podemos recibir la palabra del Señor para nosotros… Lo que se dice no es tan importante como lo que se escucha y se siente”.
El Padre Celestial quiere ayudarte a sentirte motivado para cambiar y progresar. Si te sientes abrumado por la Conferencia General, recurre a Él para que juntos puedan aplicar mejor los mensajes de la conferencia en tu vida.
Fuente: LdsLiving