Como un joven Santo de los Últimos Días siempre pensé que salir con alguien se trataba de química. Pero luego comprendí que Dios requiere más de nosotros en el proceso de encontrar a una compañera idónea con quien sellarnos por la eternidad.
Todo comienza con salir en citas. Es por eso que quiero compartir cómo estos 4 consejos potenciaron mis citas y transformaron mi corazón.
1. Tener claro el “porqué”

El mayor daño en una relación es iniciarla sin un propósito. Salir con alguien simplemente por atracción física no es un motivo lo suficientemente sólido como para formar una relación significativa y con el tiempo simplemente se siente un vacío.
Una relación con verdadero propósito es aquella en la que ambos crecen espiritualmente. Por lo tanto, busca a alguien que te ayude a acercarte más al Salvador. Como enseñó el presidente Russell M. Nelson:
“El gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene todo que ver con el enfoque de nuestra vida”. –Conferencia General de octubre de 2016
2. Actuar con propósito lo cambia todo

Las conversaciones sinceras demuestran tu interés en la relación.
Antes, mis conversaciones al salir en citas eran algo superficiales, pero cuando empecé a hacer preguntas más profundas, sentí un gran cambio. Empecé a conocer más a la otra persona y le di la oportunidad de que haga lo mismo conmigo.
Planear salidas edificantes también fortalece las relaciones, sobre todo si deseas algo que te lleve a un matrimonio eterno.
Desde realizar actividades de servicio juntos, estudiar las Escrituras hasta ir al cine o al parque, toda actividad es una buena oportunidad para conocerse bien y compartir.
3. Elegir la fe sobre el miedo

La idea de iniciar una relación puede ser hermosa, pero puede que pronto vengan a tu mente pensamientos aterradores como: «¿Y si no funciona?» «¿Y si me lastiman?»
Yo también pasé por eso, sin embargo, algo que me ayudó mucho fue recordar que tener una relación amorosa es cuestión de acción así como de fe.
Cuando dejas que el temor te invada, comienzas a perder oportunidades valiosas que podrían cambiar tu vida para mejor. En contraste, cuando confías en el Señor y dejas el miedo atrás, puedes disfrutar de un futuro inesperado.
“Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis”. –Doctrina y Convenios 6:36
La fe no hará que todo sea perfecto, pero contarás con fortaleza espiritual para que cada decisión que tomes te lleve más cerca de lo que procuras, incluso tener una relación con la persona que te gusta.
4. No necesitas una relación para tener gozo

Este último consejo fue el más difícil de aceptar. Hubo un tiempo en el que me sentía frustrado porque las citas que tenía no me llevaban a una relación seria y no tenía ni un “match”.
Me sentí mal, pero luego decidí tomar ese tiempo para fortalecer más mi relación con Dios. Asimismo, me enfoque en desarrollar habilidades, dones y talentos que sabía serían buenos para mi futura familia y compañera eterna.
Fue entonces que también aprendí que la felicidad no depende de tu estado amoroso o civil. Podemos hacer mucho El gozo duradero proviene de Cristo, tal como lo declaró el élder Ricardo P. Giménez:
“Su trayecto en la senda de los convenios no se ha detenido por el hecho de que aún no estén casados… Él los socorrerá. Él los ayudará… gracias a Jesucristo pueden tener gozo en toda circunstancia”.
Al aplicar estos consejos, hoy puedo decir que he salido en citas sin sentirme abrumado, siempre recordando que lo que busco no es algo pasajero, sino que apunta a lo eterno.
Aunque todavía no llegue esa persona especial, recuerda que aún así, puedes tener gozo ahora mismo.



