Mi mayor temor cuando mi hijo dijo las palabras “soy gay” fue que podía perderlo. Que se perdiera del evangelio, de tener una relación con Dios y con nuestra familia.
Más que nada, quería asegurarme de que se quedara dentro de los brazos de nuestra familia.
Como madre, no sabía cómo afrontar este tipo de situaciones y sentía temor ante la manera de expresarse que tendrían algunos miembros de la Iglesia de Jesucristo.
Gracias a esto, aprendí algunas cosas que los miembros pueden decir o hacer al interactuar con sus seres queridos que son parte de la comunidad LGBTQ.
1. “Estás a salvo conmigo”
El primer domingo que Carlos fue a la Iglesia después de salir del clóset, no se sentía emocionado, para nada, y por lo mismo, todos nos sentíamos ansiosos.
Al terminar la reunión sacramental, su maestro de la Escuela Dominical se acercó y le dio un abrazo. Ese gesto significó mucho para mi hijo.
Seguir brindando amor y bondad no significa que estamos traicionando a nuestra religión, ni que nos estamos preparando para ser parte del próximo desfile LGTBQ. Solo estamos diciendo “Me preocupo por ti y estás a salvo conmigo”.
El élder Quentin L. Cook ha enseñado:
“Como Iglesia, nadie debería ser más amoroso y caritativo. Estemos a la vanguardia en lo que respecta a expresar amor, compasión y tender una mano.
No permitamos que las familias excluyan o sean irrespetuosas con aquellos que escogen un estilo de vida diferente como resultado de sus sentimientos sobre su propio sexo”.
“Discúlpame por herir tus sentimientos”
Al pensar en la experiencia de Carlos, me doy cuenta que nuestra familia ha dicho muchas cosas hirientes e equivocadas sobre la comunidad LGBTQ a lo largo de los años, algo que ahora deseamos evitar y revertir.
Disculparnos con él fue el inicio de su proceso de sanción, algo que verdaderamente nos ayudará a mejorar nuestra relación como familia.
Puede ser difícil y requiere humildad, pero una disculpa marca una gran diferencia, y ayuda a restablecer la confianza que se puede haber perdido y desarrollar mayor comprensión a los demás.
Para nosotros, no solo fue un “lo siento” de una vez, también un proceso de conversaciones abiertas, buscando ayuda profesional para tener una mejor relación.
En el sitio de web de la Iglesia de Jesucristo se nos enseña:
“Como miembros de la Iglesia, todos tenemos la responsabilidad de crear un ambiente de apoyo y de amor para todos nuestros hermanos y hermanas.
Ese sistema de apoyo hace mucho más fácil vivir las normas del Evangelio y procurar el Espíritu a medida que afrontamos cualquier aspecto de la mortalidad”.
“Tenme un poco de paciencia”
Al miembro LGTB de mi familia le tomó mucho tiempo aceptar su orientación sexual, y probablemente también te tomará tiempo comprender completamente lo que está pasando.
Quizás, cometerás algunos errores en el camino y está bien, es algo normal. Todos debemos ser pacientes unos con otros, pero no debemos usar este periodo de aprendizaje como una excusa para herir a los demás.
Todavía hay muchas cosas que no sé o que no entiendo sobre la atracción hacia personas del mismo sexo y su relación con la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Lo que sí sé es que puedo tener fe en que el plan de Dios es perfecto y puedo confiar en Jesucristo.
A medida que agradecemos las oportunidades de aprender humildemente sobre este tema, podemos comenzar a ver a las personas reales detrás de la etiqueta LGBTQ y descubrir lo que tenemos en común.
Podemos encontrar formas de actuar con verdadera bondad e inclusión, amarnos honestamente y darnos cuenta de que lo que decimos importa, y mucho.
Fuente: LDS Living