“Aquí hay 5 suposiciones que hacen algunos nuevos (y no tan nuevos) conversos, pero que no deberían hacer.”
Por el momento puedo pensar en unos 11.
Probablemente esa sería mi respuesta a la pregunta: “¿Cuántos de tus amigos se han unido a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para luego alejarse después de unos años?”
Aquellos que eligen dejar nuestra fe tienen sus razones. Algunas tienen más sentido para mí que otras, no obstante Dios nos ha dado la libertad de elegir nuestro propio destino. Él respeta esa libertad. Nosotros también deberíamos hacerlo.
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Ellos merecen todo el amor y aceptación que podamos dar. Algunos están pasando por pruebas que quizá nunca podremos esperar entender, así como también hay algunos que se alejan porque lo que esperaban encontrar en la Iglesia resultó ser muy diferente a lo que encontraron.
En un esfuerzo por ayudar a los recién conversos ante los peligros de las expectativas no satisfechas, aquí hay 5 suposiciones que hacen algunos nuevos (y no tan nuevos) conversos, pero que no deberían hacer.
1. José Smith era perfecto
Creo que muchos Santos de los Últimos Días saben teóricamente que los profetas cometen errores, pero cuando nos encontramos con errores reales que los pasados profetas hicieron, algunos de nosotros todavía tendemos a asustarnos un poco.
Ningún otro profeta, tal vez en la historia del mundo, ha sido objeto de un escrutinio tan extendido como lo ha sido José Smith.
Por supuesto, nuestros misioneros no necesitan hacer una lista de los errores de José Smith con los investigadores antes de que les enseñen acerca de la Restauración, pero lo que los nuevos conversos sí deben entender es que los profetas son tan humanos como tú y yo.
José recibió más atención a sus acciones que otros, pero el mismo principio se aplica desde Brigham Young hasta Russell M. Nelson.
Los profetas no son necesariamente llamados porque son las personas más rectas, inteligentes o sabias que el mundo posee. Dios no proyecta esas expectativas sobre ellos, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Él llama a la persona adecuada para el momento adecuado.
2. La historia de la Iglesia es perfecta
Cuando todo lo que sabes sobre la historia de los Santos de los Últimos Días es que un joven tuvo una visión de Dios y luego tradujo milagrosamente un registro antiguo, es fácil esperar que toda la historia de la Iglesia sea igual de espectacular.
No es así.
Es cierto que nuestra historia tiene milagros, revelación y restauración; sin embargo también tiene historias de desafíos, dolor e instrucción. A menudo es una historia donde se ‘avanza dos pasos, pero se retrocede uno’ y eso está bien, es totalmente compatible con las afirmaciones de verdad que hacemos.
3. Siempre hay revelación y esta es siempre clara
Una de las razones por las que algunas personas esperan que la Iglesia esté compuesta exclusivamente de mariposas y arcoiris es el hecho de que afirmamos que nuestros profetas reciben revelación de Dios para guiarnos. Si Dios les dice a los profetas qué hacer, todo debe salir perfectamente bien… ¿cierto?
La verdad, no.
Ese tipo de suposición se basa en la noción errónea de que la revelación siempre es clara y fluye constantemente. Ese no es el caso. Es más complicado que eso. Francamente, es más hermoso que eso. Aquí hay algunos principios de revelación que podemos tener en cuenta:
- Dios no sólo quiere decirnos cosas, quiere enseñarnos cosas, incluidos los profetas. Dios a menudo usa la revelación como una herramienta para ayudarnos a aprender cómo comunicarnos mejor con el Espíritu y cómo “estar anhelosamente consagrados a una causa buena, y hacer muchas cosas de su propia voluntad y efectuar mucha justicia.”
- Dios no desea trabajar para ti, Él desea trabajar contigo.
- La revelación no siempre es algo a lo que le puedas poner un tiempo específico.
- La revelación es a menudo fragmentaria y luego se basa en ella.
- La revelación a veces puede ser difícil de detectar.
- A veces, el profeta puede recibir revelación en forma de una verdad doctrinal amplia, y luego el profeta determina la mejor manera de aplicar esa revelación en forma de normas y procedimientos efectivos (o, a veces, no tan efectivos).
4. Tenemos un monopolio de la verdad
Eso no es cierto.
Toda verdad es parte del Evangelio de Jesucristo y muchas otras religiones también enseñan gran parte de esa verdad. Los que no son Santos de los Últimos Días también pueden sentir el Espíritu, pueden recibir revelación, Dios los escucha y también puede responder sus oraciones.
Sí, afirmamos tener (y tenemos) acceso a la plenitud del evangelio, mientras que a otras religiones les faltan algunas partes del evangelio (sacerdocio, ordenanzas esenciales, etc.). Podemos reconocer y celebrar las verdades que tenemos en común con otras religiones y las perspectivas únicas sobre las verdades que ofrecen.
5. Tenemos todas las respuestas
Tenemos el evangelio restaurado de Jesucristo. Pero eso no significa que tengamos respuestas para cada pregunta.
No las tenemos.
Hay muchas preguntas sobre Dios, el evangelio y el plan de salvación para las que no tenemos respuestas, incluso hay muchas preguntas sobre nuestra propia historia para las que tampoco tenemos respuestas.
Dicho esto, debo decir que tenemos respuestas para todas las preguntas que realmente importan. Sabemos de dónde venimos. Conocemos el propósito de la vida. Y sabemos (de manera general) lo que nos va a pasar después de que muramos.
Ser una guía y apoyo
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es verdaderamente un milagro. Es la Iglesia de Cristo restaurada sobre la tierra. Tenemos grandes razones para alegrarnos. Hacemos muchas (en verdad muchas) cosas bien.
La doctrina que enseñamos trae paz y luz a millones de personas en todo el mundo. Nuestro programa misional es excelente. Nuestro programa de ayuda social es uno de los programas de asistencia más efectivos del mundo.
Me apena ver a mis amigos abandonar la fe a la que alguna vez le tuvieron tanto cariño. Y con demasiada frecuencia, creo que estas cinco suposiciones son los culpables, pero lo bueno es que podemos hacer algo al respecto, podemos ser el apoyo que necesitan.
Este artículo fue escrito originalmente por David Snell y fue publicado originalmente por thirdhour.org bajo el título “5 Assumptions New (And Old) Converts Make About the Church, But Shouldn’t”