En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días hay verdades eternas que nunca cambiarán, como la divinidad de Jesucristo, Su expiación y la autoridad del sacerdocio. Pero hay otras prácticas, normas y tradiciones que sí pueden adaptarse con el tiempo.
Y eso está bien.

La historia de la Iglesia es una historia de revelación continua. El Señor guía a Sus profetas “línea por línea”, y lo que hoy hacemos puede perfeccionarse mañana. Por eso, más que temer al cambio, aprendemos a confiar en que el Evangelio es constante, incluso cuando las prácticas se ajustan.

1. La Palabra de Sabiduría

La forma en que entendemos esta revelación ha cambiado mucho desde 1833. Al principio se veía como un consejo de salud, no como un mandamiento estricto. Hoy es una norma esencial de dignidad.

En el futuro, podría haber un enfoque más en los principios que en las listas. Al final, el cuerpo sigue siendo un templo, y el Espíritu nos ayuda a cuidarlo con sabiduría.

2. El vello facial

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Las apariencias cambian, pero el espíritu de servicio y reverencia permanece igual. Imagen: Canva

Sí, incluso la apariencia podría evolucionar. En los primeros años, profetas como Brigham Young o John Taylor llevaban barba. Hoy, los líderes lucen afeitados.

No sería raro que, en algún momento, el estándar cultural cambiara otra vez, sin que eso afecte lo realmente importante: el espíritu de servicio y reverencia.

3. Las ordenanzas del templo

Pila bautismal del Templo de Bahía Blanca, Argentina. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Desde los días de José Smith, las ordenanzas han sido ajustadas bajo inspiración para que más personas puedan recibir sus bendiciones. Lo que nunca cambia es el propósito: acercarnos al Salvador.

4. Mujeres dando bendiciones

mujer recibiendo bendición
El Señor concede dones espirituales a todos Sus hijos según Su voluntad y propósito. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En el pasado, las mujeres fieles bendecían a los enfermos en el nombre de Jesucristo, como un don espiritual. Hoy no es una práctica común, pero la historia nos enseña que el Señor reparte Sus dones según Su voluntad, y Él puede inspirar nuevas formas de ministrar.

5. Presidencias de la Escuela Dominical

Emily Belle Freeman, presidenta general de las Mujeres Jóvenes. Créditos: Cristy Powell, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Actualmente, las dirigen hombres con el Sacerdocio de Melquisedec. Pero doctrinalmente, nada impediría que eso cambie en el futuro. El principio central sigue siendo el mismo: enseñar el Evangelio con fe y amor.

6. Presidencias de la Primaria

Presidencia General de la Primaria
Presidencia General de la Primaria. Créditos: Scott G Winterton, Deseret News

Hoy las lideran mujeres, pero también es una asignación organizativa, no doctrinal. En el futuro, quizá veamos nuevas combinaciones de liderazgo según las necesidades locales de la Iglesia.

7. La vestimenta del templo

Todos los miembros de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles vestidos con ropa blanca en el Centro de Visitantes del Templo. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News

El uso del blanco, símbolo de pureza, es una práctica hermosa que nació con los primeros templos del siglo XIX. Si algún día cambian algunos detalles, el significado seguirá igual: representar la limpieza que viene de Cristo.

8. El diezmo

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Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Aunque la ley del diezmo es antigua, su aplicación y énfasis podrían variar. En algún momento, los Santos vivieron la ley de consagración, dando todo lo que tenían. Quizá el futuro nos acerque de nuevo a ese ideal celestial de compartir más.

9. Las misiones

Cada cambio en la obra misional refleja nuevas maneras de llevar luz al mundo. Imagen: Más Fe

Las misiones siempre están cambiando, hemos visto cambios en la edad, la duración, la forma de predicar. Lo esencial no es cómo se hace, sino el deseo de servir y testificar de Cristo. Quizá en el futuro veamos más misiones de servicio, misiones digitales o de corta duración. El campo sigue siendo el mismo: el mundo.

10. La Santa Cena

mujer recibiendo la santa cena
Santa Cena. El pan y el agua nos recuerdan que lo esencial es siempre recordar al Salvador. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Esta ordenanza sagrada ha tenido distintas formas en la historia. Hubo un tiempo en que no solo los poseedores del sacerdocio la preparaban o pasaban. Más allá de los ajustes, el principio eterno sigue intacto: recordar siempre al Salvador y Su sacrificio.

Lo que realmente no cambia

Estos posibles cambios no deben asustarnos. Al contrario, nos recuerdan que la Iglesia sigue viva y guiada por revelación. La forma puede variar, pero el Evangelio de Jesucristo permanece igual, perfecto y eterno.

Y eso es lo hermoso, que creemos en un Dios que sigue hablando hoy, que ajusta, inspira y nos prepara para lo que viene.

Fuente: Más Fe  

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