La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está al tanto de las diferentes costumbres que existen alrededor del mundo en cuanto a la sepultura.
La cremación es una de las prácticas realizadas por algunos miembros de la Iglesia. En algunos países es una ley, así como también puede ser la voluntad de los miembros.
Si bien no es algo muy común, veremos qué pasajes de las Escrituras nos hablan sobre esta práctica y la posición que tiene la Iglesia sobre esta.
La cremación en la Biblia
En la Biblia encontramos los siguientes versículos con respecto a la cremación:
“Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron con fuego, después de apedrearlos”.– Josué 7:25
“Y la hija del sacerdote, si se profana prostituyéndose, a su padre profana; quemada será al fuego”. – Levítico 21:9
“Y el que tome como esposas a una mujer y a la madre de ella comete vileza; quemarán en el fuego a él y a ellas para que no haya vileza entre vosotros”.– Levítico 20:14
“Y su tío levantará a cada uno, y lo quemará, para sacar los huesos de la casa”. – Amós 6:10
Si bien se menciona la cremación de distintos cuerpos, esta mayormente se hacía en forma de castigo. En consecuencia, el pueblo de Israel mayormente practicaba el entierro para sus difuntos.
La posición de la Iglesia de Jesucristo
Algunos de los Santos de los Últimos Días en el mundo practican la cremación, ya sea por sus costumbres, las leyes de su país o la falta de recursos para un entierro.
El capítulo 38 del Manual General de la Iglesia, en la sección “Normas y pautas de la Iglesia”, se detallan las indicaciones y la posición de la Iglesia con respecto a la práctica de la cremación.
“Cuando sea posible, a los miembros fallecidos que hayan sido investidos se los debe enterrar o cremar con la ropa del templo puesta.
La familia de la persona fallecida decide si el cuerpo se va a enterrar o a cremar. La familia respeta los deseos de la persona.
En algunos países la ley exige que se incineren los cuerpos. En otros casos, el entierro no resulta práctico o la familia no tiene los medios para cubrir los gastos. Cualquiera que sea el caso, el cuerpo debe ser tratado con respeto y reverencia. A los miembros se les debe asegurar que el poder de la Resurrección siempre se aplica (véase Alma 11:42–45).
Si es posible, el cuerpo de un miembro que haya recibido la investidura debe vestirse con la ropa ceremonial del templo para su entierro o cremación.
Un servicio funerario o en memoria de la persona fallecida ofrece a la familia la oportunidad de reunirse y perpetuar las relaciones y los valores familiares”.
Entonces, la cremación es una práctica que se deja al criterio de los familiares o tutores del ser fallecido.
La Iglesia no interviene en dicha decisión, solo resalta que lo más importante es que el cuerpo de la persona que falleció sea “tratado con respeto y reverencia”.
Fuente: Moroni Channel