Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, nuestra fe es una parte fundamental de lo que somos.
A veces, a pesar de nuestros mayores esfuerzos, podemos encontrarnos con dudas o preguntas sobre nuestras creencias. Cuando esto sucede, puede ser muy difícil saber cómo encontrar alivio y paz.
Algo que me gustaría que recordaras es que tus seres queridos están ahí para ti. Puedes compartir estas dificultades con ellos, no tengas miedo, ellos podrán brindarte la ayuda que necesitas para encontrar claridad.
Pensando en esto, te comparto 7 consejos sencillos para que puedas lograrlo.
1. Sé honesto contigo mismo
Antes de contarle a cualquier persona tus problemas, tómate primero un tiempo para sincerarte contigo mismo con respecto a lo que estás sintiendo y el por qué.
¿Qué dudas o preguntas específicas tienes?
¿Qué ha causado que estos sentimientos surjan?
Tener en claro tus propias experiencias te ayudará a comunicarte efectivamente con los demás.
Escribir algunos de esos sentimientos también te puede ayudar a reflexionar sobre lo que estás pasando y brindarte una perspectiva que quizá no habías considerado en ese instante.
2. Escoge cuidadosamente el momento
Cuando se trata de compartir tus problemas con tus seres queridos, el momento preciso para hacerlo es sumamente importante.
Intenta escoger un momento en el cual tus seres queridos se encuentren tranquilos y tengan tiempo para conversar.
Evita hablar sobre el tema cuando haya discusiones o sientas tensión a tu alrededor. Deja en claro que necesitas hablar sobre algo muy importante y que deseas hacerlo en un ambiente tranquilo donde todos puedan prestarte atención.
3. Comienza con alguien de confianza
Si tienes dudas o problemas con tu fe, será de gran ayuda empezar primero con alguien de confianza antes de compartirlo con tus seres queridos.
Puede ser un amigo cercano, un primo o incluso un líder religioso.
Tener a alguien empático con quien conversar puede darte el apoyo que necesitas a medida que te enfrentas a tus dudas.
4. Sé honesto con tus seres queridos
Cuando estés listo para conversar con tus seres queridos sobre tus problemas, sé honesto al contarles lo que sientes.
Es importante expresar de forma clara y calmada tus preocupaciones sin atacar las creencias de los demás.
Recuerda que está bien tener preguntas y dudas, tus seres queridos probablemente han tenido experiencias similares.
5. Establece límites
Cuando estés conversando sobre tus problemas con tus seres queridos, es importante que establezcas los límites sobre lo que deseas y no deseas hablar.
Si no deseas hablar, debatir o refutar sobre doctrinas específicas, déjalo en claro.
Respeta las creencias de los demás, pero también deja en claro lo que necesitas para sentir seguridad y apoyo.
6. Escucha con empatía
Así como es importante que la honestidad esté presente cuando compartas tus problemas con tus seres queridos, así también es importante que escuches con empatía.
Ellos podrán tener reacciones fuertes con respecto a tus problemas, pero es importante que los entiendas.
Recuerda que las experiencias de cada uno de tus seres queridos son diferentes y probablemente no puedan entender en su totalidad todo por lo que estás pasando.
7. Busca ayuda profesional
Si estás afrontando dudas o preguntas sobre tu fe, el buscar ayuda profesional de un terapeuta o un coach puede ser de gran ayuda.
Ellos podrán darte una perspectiva neutral y te ayudarán a manejar y afrontar las emociones que sientas sin juzgarte.
Recuerda que es normal tener dudas y problemas con tu fe. No te avergüences al buscar ayuda o apoyo mientras lidias con ello.
Al sincerarte contigo mismo y con tus seres amados, escuchando con empatía y dejando en claro tus límites, podrás sobrellevar este desafío.
Fuente: LDS Daily