En Salmo 127:3 leemos:
“Herencia de Jehová son los hijos”.
Si te vas a casar, te hayas casado recientemente o hayas estado casado por un tiempo, es posible que te hayas enfrentado a la pregunta de cuándo tendrás hijos.
Estas preguntas, aunque bien intencionadas pero potencialmente invasivas, pueden generar otras dudas:
• ¿Cuándo se debe tener hijos?
• ¿Hay una línea de tiempo que se haya establecido en alguna parte?
• ¿Es mejor esperar cierto tiempo?
• ¿Cuál es la instrucción que se nos ha dado?
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La importancia de tener hijos
En la Conferencia General de octubre de 2011, el élder Neil L. Anderson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“Es el privilegio culminante de un esposo y una esposa que puedan tener hijos [y] proporcionar cuerpos mortales para esos hijos espirituales de Dios. Creemos en las familias y creemos en los niños”.
No hay duda de que tener hijos y criarlos en rectitud es una de las obras más importantes que hacemos en la vida terrenal. Además, en La familia: Una proclamación para el mundo se afirma:
“El primer mandamiento que Dios les dio a Adán y a Eva se relacionaba con el potencial que, como esposo y esposa, tenían de ser padres.
Declaramos que el mandamiento de Dios para Sus hijos de multiplicarse y henchir la tierra permanece en vigor…
Declaramos que los medios por los cuales se crea la vida mortal son divinamente establecidos. Afirmamos la santidad de la vida y su importancia en el plan eterno de Dios”.
El mandamiento de tener hijos es importante, pero eso no significa que debas apresurarte a tenerlos. La preparación y la planificación son importantes para nuestro rol de padres así como lo son para otros aspectos del evangelio.
Prepararse para tener hijos
Se nos ha aconsejado que no debemos dejar de lado la decisión de tener hijos por cosas como nuestra educación u oportunidades laborales específicas. Hay una diferencia entre posponer ser padre o madre y estar preparados para serlo.
En el mismo discurso de octubre de 2011, el élder Anderson compartió una cita de un blog que leyó. La escritora, una madre de cinco hijos, expresó:
“La maternidad no es un pasatiempo; es un llamamiento. Uno no colecciona hijos porque nos parezcan más bonitos que las estampillas; no es algo que haces si es que te las arreglas para encontrar el tiempo. Es algo para lo que Dios nos dio tiempo”.
Lo mismo puede decirse de la paternidad. No es algo que deba hacerse por diversión o porque todos los demás lo estén haciendo.
Mi esposa tenía un profesor de religión en BYU que advirtió que no debíamos confundir el tiempo de Dios con los procesos naturales porque podría llevarnos a ser padres sin estar preparados.
El manual de la Iglesia enseña que “un esposo y una esposa amorosos y unidos constituyen el mejor contexto para criar y nutrir a los hijos”.
Un esposo y una esposa tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos buenos principios para guiarlos por el camino del Evangelio, eso también implica un entorno que sea el adecuado.
Entonces, ¿cuándo deberías tener hijos?
En última instancia, la elección de cuándo tener hijos es tuya. El élder Anderson continuó:
“Cuándo tener un hijo o cuántos hijos tener son decisiones privadas entre el esposo, la esposa y el Señor. Éstas son decisiones sagradas, decisiones que se deben tomar en sincera oración y realizarse con gran fe”.
Si tienes alguna duda sobre estas preguntas, tómate un tiempo para meditar en ellas. ¿Te sientes preparado para criar a los niños en el Evangelio? Si la respuesta es no, preguntate por qué. ¿Cómo puedes prepararte para ello? Quizá te sientas listo, pero solo tienes algunas inquietudes o dudas.
También es importante recordar que ser padres no es algo para lo que podamos estar perfectamente preparados.
Al meditar en estas cosas, lleva tus preocupaciones y tus preguntas a Dios. Él te ayudará y te guiará. Él te ayudará a saber en qué momento estarás preparado para cumplir con ese sagrado mandamiento.
Él te ayudará a recordar que tener hijos es un llamamiento y como cualquier otro llamamiento, puedes prepararte para ello. Estarás listo cuando llegue el momento de ayudar a Sus hijos a recibir las bendiciones de la vida eterna.
Fuente: LdsDaily