La oración es la herramienta más perfecta que tenemos para comunicarnos con Dios, no nos cuesta nada.
Simplemente debemos cerrar nuestros ojos, concentrarnos en nuestra conversación con el Padre Celestial y abrir nuestro corazón.
En la oración, podemos expresar nuestro agradecimiento y deseos. No obstante, no siempre obtenemos lo que deseamos a través de la oración.
O, quizás, no nos damos cuenta de que la respuesta a nuestras oraciones está ahí, pero no la podemos percibir.
¡Aquí compartimos contigo 3 cosas que puedes hacer cuando parece que no has recibido una respuesta a tu oración!
Lee las escrituras con más ahínco
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Las escrituras tienen tesoros escondidos, se han preservado para este tiempo. Dios, en Su sabiduría, mandó a Sus hijos a llevar un registro que sirviera de guía a las futuras generaciones.
En las escrituras, puedes encontrar respuesta a tus oraciones y guía espiritual para saber qué decisión tomar.
El ejemplo de los antiguos profetas, puede aclararte la visión e influir en tus acciones.
Presta atención a las pequeñas demostraciones del amor de Dios
Yo siempre agradezco a Dios en mis oraciones por tener un día más de vida porque un día nuevo es una oportunidad más para intentarlo. Quizás ayer te equivocaste y hoy tienes la posibilidad de reivindicarte.
Así como Dios te demuestra Su amor con un día más de vida, también lo hace con un día más de salud, de comida, de compañía familiar, de trabajo. Dios nos bendice de formas pequeñas y grandes, solo debes abrir los ojos.
“Cuando te abrumen penas y dolor, cuando tentaciones rujan con furor, ve tus bendiciones; cuenta y verás cuántas bendiciones de Jesús tendrás”. (Himno 157)
Recuerda que Dios se revela de distintas formas, amplía tu visión
Dios no va a descender del cielo para darte la respuesta, Él se manifiesta con impresiones a tu corazón, a través de las escrituras, de las personas que hablan contigo.
Así que, para poder reconocer la respuesta del Padre Celestial, debes invitar la compañía del Espíritu a tu vida.
El presidente Spencer W. Kimball enseñó:
“Me doy cuenta de que cuando tomo a la ligera mi relación con la divinidad y cuando me parece que no hay oído divino que me escuche ni voz divina que me hable, es porque yo estoy lejos, muy lejos.
Si me sumerjo en las Escrituras, la distancia se acorta y vuelve la espiritualidad; amo más intensamente a aquellos a quienes debo amar con todo mi corazón, alma, mente y fuerza, y al amarlos más, me es más fácil seguir Sus consejos”. (“Cómo descubrir nosotros mismos las Escrituras”)
Si deseamos acercarnos a Dios y sentir Su poder, hagamos todo aquellos que invite Su espíritu, tal como el presidente Kimball aconsejó.
¿De qué formas descubres las respuestas de Dios a tus oraciones? ¡Cuéntanos en los comentarios!
Fuente: Más Fe