Por lo general, los desafíos de la vida requieren paciencia. Se necesita paciencia para lograr metas que valgan la pena. Se requiere paciencia para enfrentar pruebas inesperadas como las enfermedades graves, los contratiempos financieros y las relaciones fallidas. Se requiere paciencia para lidiar con los problemas cotidianos de la vida, incluido el tráfico, el mal clima y las filas en los supermercados.
Uno de los obstáculos que impiden que desarrollemos la paciencia es que nuestro mundo moderno satisface la comodidad y la satisfacción inmediata.
Entonces, ¿cómo podemos cultivar la paciencia en un mundo impaciente? A continuación, compartiremos 10 consejos.
Los primeros 2 consejos fueron extraídos de un artículo de 2017 que Sarah Schnitker y sus colegas publicaron en Psychology of Religion and Spirituality en Fuller Theological Seminary.
1. Atribuir significado al sufrimiento
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Schnitker describe cómo las comunidades religiosas generalmente promueven la idea de que algunas formas de sufrimiento pueden ser liberadoras, lo que conduce al autocontrol, la empatía y una mayor satisfacción en la vida.
Esto es lo que Schnitker denomina “identidad trascendente y narrativa”. Proporciona la fuerza para mirar más allá del sufrimiento presente y el trabajo hacia un futuro en el que nuestras vidas hayan cambiado para mejor.
2. Aprender a controlar tus emociones
Schnitker y sus colegas psicólogos identifican la regulación emocional como otro aspecto importante de la paciencia.
Es fácil sentirse frustrado, molesto e incluso amargado cuando las cosas no salen bien. Sin embargo, actuar en función a las emociones negativas casi siempre empeora las situaciones.
Cuando empiezo a impacientarme, intento imaginar cómo respondería en mis circunstancias actuales si fuera paciente. De vez en cuando, este tipo de reevaluación cognitiva me ayuda a responder con más calma con una perspectiva a largo plazo.
3. Inspirarte en la naturaleza
Ralph Waldo Emerson aconseja: “Adopta el ritmo de la naturaleza: su secreto es la paciencia”.
Se necesita tiempo para desarrollar un sistema de raíces fuerte que pueda soportar ramas resistentes y dar fruto. Es más probable que desarrollemos paciencia cuando entendemos que la decepción y el dolor pueden hacernos más capaces de saborear el fruto de la felicidad en el futuro.
4. Considerar la paciencia como un punto medio
Aristóteles describe de una manera muy conveniente la mayoría de las virtudes como el punto medio entre dos extremos. Por ejemplo, el verdadero coraje se encuentra en algún lugar entre la cobardía, por un lado, y la imprudencia, por el otro.
De manera similar, tener paciencia significa que evitamos acciones necias e impetuosas. Pero, también significa que evitamos una aceptación pasiva o despreocupada del sufrimiento, la injusticia y la mediocridad.
5. Ser lo suficiente humilde para dar pequeños pasos
Para mí, personalmente, la paciencia implica la voluntad de dar pequeños pasos para mejorar mi vida y la vida de aquellos que me rodean. Empezar un negocio, formar una familia y recibir educación se componen de pequeñas cosas que se acumulan durante un largo periodo de tiempo.
Este mismo principio se aplica a la recuperación de las heridas emocionales causadas por las relaciones poco saludables. “Otelo” de Shakespeare lo explica mejor: “¡Qué pobres son las personas que carecen de paciencia! ¿Qué herida se ha curado sino poco a poco?”
6. Ser constante al dar pequeños pasos
Al trabajar en un objetivo ambicioso, me doy cuenta de que necesito reservar un tiempo no negociable todos los días, incluso si son solo unos minutos, para hacer algo concreto.
Si paso más de un día o dos sin dar algún paso para lograr mi objetivo, el futuro que imaginé se oscurece y comienzo a perder las esperanzas. Esta es una de las razones por las que los consejos de las Escrituras, a menudo, combinan la paciencia y la diligencia.
7. Terminar de hacer lo que empiezas
Debido a que por naturaleza soy una persona impaciente, tiendo a desanimarme y hacer otra cosa cuando no veo resultados tan rápido como me gustaría. De esto surge la importancia del compromiso personal.
Dedícate a causas justas y ve tus proyectos hasta el final. El saber que eres una persona que termina lo que empieza puede ayudarte a mantener el rumbo.
8. No intentar controlar a otras personas
El autocontrol es uno de los pilares de una vida feliz. Necesitamos controlar nuestras emociones, pensamientos y acciones. Sin embargo, uno de los caminos más seguros hacia la infelicidad es tratar de controlar a los demás.
Persuade a tus familiares, amigos y desconocidos mediante tu ejemplo. Luego, dales un espacio a las personas que amas para cambiar. Intenta seguir siendo amable y nunca renuncies a ellos.
9. Recordar lo fuerte que eres
La paciencia se trata más de la fortaleza que de la debilidad y la pasividad. Cuando la vida se vuelva difícil, recuerda los muchos desafíos y dificultades que superaste en el pasado. Encontrarás fortaleza y felicidad ocultas si sigues avanzando.
10. Cultivar la esperanza en un futuro más brillante
La paciencia es mucho más que la disposición de soportar el sufrimiento. Se trata de creer en un futuro más brillante que proviene de un paso pequeño e imperfecto a la vez.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Paul Miller y fue publicado en ldsliving.com con el título “10 Tips for Cultivating Patience in an Impatient World”.