Es difícil que alguien con traumas del pasado y problemas de salud mental en el presente no pueda sentir lo mismo que yo.
Con frecuencia, en momentos de dificultad, pienso en las enseñanzas de Ezequiel acerca de recibir un corazón nuevo:
“Y os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne”. (Ezequiel 36:26)
Muchas veces, he deseado que el Señor me entregue un corazón nuevo. En ocasiones, he temido que mi corazón se haya endurecido al enfrentar las amargas batallas de la vida.
Con la ayuda de los convenios y convicción he tratado de entregarle mi corazón a Dios. Anhelaba sensibilidad y el espíritu nuevo del que Ezequiel hablaba.
He tratado de entregarle mi corazón a Dios. Imagen: Getty Images
Durante este proceso he entendido como el Espíritu trabaja y lo que significa tener un corazón nuevo.
Todos recibimos plenitud de esta experiencia mediante la Expiación de Jesucristo. Descubrí que tener un corazón nuevo tiene más que ver con el arrepentimiento y aceptar la gracia de Cristo que con cualquier cambio.
Si has experimentado lo mismo que yo, tal vez te hayas cuestionado, “¿por qué tardo tanto en sentir un nuevo corazón?”
Él siempre nos ha respondido: “Me has dado tu corazón, confía, sé lo que haré con él”.
He aprendido que el Señor atesora las cosas rotas. Imagen: Adventista.es
Un gran cambio de corazón proviene de las decisiones diarias que tomamos, cuando llevamos un corazón quebrantado a Cristo y nos esforzamos por seguirlo.
He aprendido que el Señor atesora las cosas rotas, mucho más que nosotros, siempre he pensado “¿Por qué quiere un corazón como el mío? ¡Mejor dame un nuevo corazón que pueda adaptarse a tu propósito!”
Él responde y nos recuerda que algunas cosas de las que queremos deshacernos son las que nos convierten en seres más refinados y celestiales, capaces de servirle en formas que nunca antes imaginamos.
¿Cómo puedo tener un nuevo corazón?
Un corazón nuevo es aquel que confía en el Señor. Imagen: Unsplash
Tener un nuevo corazón es aquel que reconoce las tentaciones del hombre natural y los susurros del Espíritu.
Un corazón nuevo es aquel que confía en el Señor cuando siente que todo puede ir mal.
También, un nuevo corazón es aquel que es tierno y abierto ante Dios, sin importar las emociones que estemos sintiendo.
Un corazón nuevo entiende el poder de las emociones y sentimientos, y trata de no ser controlado por ellos.
Recibimos un nuevo corazón a través de la gracia y el poder de Jesucristo.
Este es un proceso de toda la vida, sé paciente contigo mismo y con el Señor a medida que este nuevo corazón se pueda desarrollar dentro de ti.
Fuente: LDS Daily
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