El 16 de febrero de 1832, José Smith y Sidney Rigdon recibieron lo que los miembros de la época llamarían “la visión”.
Los dos hombres tuvieron una visión celestial de la vida después de la muerte y describieron los “grados de gloria” en los que algún día residiremos, incluido el reino celestial.
¿Qué es el reino celestial? ¿Quién reside ahí? Aquí hay siete cosas que sabemos sobre el reino celestial gracias a esta importante visión y revelación continua.
El grado de gloria más alto
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Hay tres grados de gloria que el hombre puede obtener: el telestial, el terrenal y el celestial. El reino celestial es el grado más alto de gloria y se asemeja al sol.
Pablo hace referencia a estos grados de gloria en 1 Corintios 15: 40-41 cuando escribe:
“Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrestres; mas ciertamente una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrestres.
Una es la gloria del sol, y otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria”.
El lugar donde Dios y Cristo moran permanentemente
El reino celestial es donde nuestros Padres Celestiales y Jesucristo habitarán permanentemente después del Juicio Final.
Las enseñanzas que se publicaron en The Evening and the Morning Star en junio de 1832 declararon que el reino celestial estará “donde se encuentre Dios y Cristo, y donde ellos estarán por la eternidad”.
Doctrina y Convenios 76:62 declara que los habitantes del reino celestial “morarán en la presencia de Dios y de su Cristo para siempre jamás”.
¿Quién heredará el reino celestial?
El reino celestial será el hogar de quienes hayan aceptado el evangelio de Jesucristo, hayan hecho convenios sagrados y hayan honrado esos convenios a lo largo de su vida.
Doctrina y Convenios 76: 51 – 53 describe a los herederos del reino celestial de la siguiente manera:
“Estos son los que recibieron el testimonio de Jesús, y creyeron en su nombre, y fueron bautizados según la manera de su sepultura, siendo sepultados en el agua en su nombre; y esto de acuerdo con el mandamiento que él ha dado,
para que, guardando los mandamientos, fuesen lavados y limpiados de todos sus pecados, y recibiesen el Santo Espíritu por la imposición de las manos del que es ordenado y sellado para ejercer este poder;
y son quienes vencen por la fe, y son sellados por el Santo Espíritu de la promesa, que el Padre derrama sobre todos los que son justos y fieles”.
Asimismo, aprendemos que los niños que mueran antes de la edad de rendición de cuentas se salvarán en el reino celestial.
Aquellos que no tuvieron la oportunidad de escuchar el evangelio de Jesucristo y aceptarlo durante su vida terrenal, tendrán la oportunidad en el mundo de los espíritus.
Tres grados dentro del reino celestial
Dentro del mismo reino celestial, hay tres grados de gloria. No se ha revelado mucho acerca de las diferencias entre estos grados.
Sin embargo, sabemos que, para obtener el grado de gloria más alto en el reino celestial, una persona debe entrar en el “nuevo y sempiterno convenio del matrimonio; y si no lo hace, no puede alcanzarlo”.
La oportunidad de ser sellados por esta vida y toda la eternidad en el matrimonio está disponible ahora y estará disponible para aquellos que no tuvieron la oportunidad en esta vida.
Esto se aplica a todas las demás ordenanzas salvadoras, como el bautismo y la investidura del templo.
La Tierra se convertirá en el Reino Celestial
Doctrina y Convenios 88 revela que la Tierra se convertirá en el reino celestial después de un período de limpieza y purificación.
La Tierra será “santificada de toda injusticia, a fin de estar preparada para la gloria celestial” y “será coronada de gloria, sí, con la presencia de Dios el Padre; para que los cuerpos que son del reino celestial la posean para siempre jamás”.
Todos recibirán un Urim y Tumim.
Un Urim y Tumim es un instrumento provisto por Dios para ayudar a una persona a recibir revelación.
No solo la Tierra misma se convertirá en Urim y Tumim después de ser purificada, sino que aquellos en el reino celestial recibirán su propio Urim y Tumim personales. Doctrina y Convenios 130: 11 dice:
“Y a cada uno de los que entran en el reino celestial se da una piedrecita blanca, en la cual está escrito un nombre nuevo que ningún hombre conoce, sino el que lo recibe. El nombre nuevo es la palabra clave”.
La doctrina no fue bien aceptada inicialmente
Cuando José Smith comenzó a compartir lo que se había revelado, muchos lucharon por aceptarlo. En ese momento, la doctrina del universalismo fue muy controversial.
El universalismo es la creencia de que Dios salvará a toda la humanidad en Su reino.
Esto contrastaba con las estrictas filosofías del cielo y el infierno de la época, que exigían que los pecadores fueran sujetos a la condenación y el castigo eternos.
Aunque “la visión” tenía muchos más matices que el universalismo, algunos miembros de la Iglesia primitiva combinaron los dos.
Brigham Young recordó que la enseñanza:
“Fue una dura prueba para muchos. Algunos apostataron debido a que Dios… tenía un lugar de salvación, a su debido tiempo, para todos”.
Agregó:
“Mis tradiciones eran tales que cuando escuché de la visión por primera vez, era tan directamente opuesta y tan en contra de mis estudios anteriores, que dije: ‘un momento’; no la rechacé, pero tampoco la entendía”.
¿Qué más sabes sobre el reino celestial? ¡Cuéntanos en los comentarios!
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y publicado en ldsdaily.com con el título “7 Things We Know About the Celestial Kingdom”.