Existió un propósito para la adoración en los antiguos templos, pero ¿será necesario que existan templos en la actualidad?
Así es como se veía el tabernáculo portátil israelita.
Sirvió como un modelo de referencia para el templo permanente que Salomón construiría, y que Zorobabel y luego Herodes reconstruirían en Jerusalén.
Sería el templo donde Cristo enseñó de niño, y el lugar que purificó siendo hombre.
El templo era extremadamente importante para Cristo y sus contemporáneos.
Sin embargo en los siglos posteriores a la muerte de Cristo, la importancia de los templos parece haberse desvanecido por completo del mundo cristiano en general.
¿Por qué? ¡Hablaremos de eso!
¿Templos? ¿En la actualidad?
La explicación más común para la ausencia de templos hoy en día es que estos templos antiguos eran simplemente parte de la Ley de Moisés, el Antiguo Convenio que Cristo cumplió.
Esa es una explicación comprensible, y desde luego algunos aspectos del templo, como el sacrificio de animales, ya no eran necesarios después de que Cristo murió.
El sacrificio de animales no era el propósito del templo, fue solo el medio para alcanzar un fin.
El propósito, entre otras cosas, era comunicarse con Dios y entrar simbólicamente en Su presencia.
Y eso es tan importante en la actualidad como lo era en aquel entonces.
Solo porque algo sucedió en el Antiguo Testamento no significa que ya no sea relevante hoy en día.
Por ejemplo, 10 de las 613 leyes que comprendían la Ley de Moisés en el Antiguo Testamento son los 10 Mandamientos.
Los conocidos Diez.
Cuando Cristo vino a cumplir la Ley de Moisés, no arrojó los 10 mandamientos a la basura, Él los expandió.
Él dijo que ya no solo no deberíamos matar, sino que ni siquiera deberíamos enojarnos con los demás.
Del mismo modo, los templos no fueron olvidados. Tenían que adaptarse para abarcar la Ley de Cristo, una ley superior.
El velo
Después de que Cristo murió, el grueso velo del templo que separaba el Lugar Santísimo del resto del templo se rasgó de arriba a abajo.
Algunas religiones interpretan esto como una señal de que la adoración en el templo terminó, absuelta por Cristo. Los Santos de los Últimos Días lo interpretan de dos maneras diferentes.
Primero, es un símbolo de la muerte de Cristo debido a que era sólo a través de Cristo, al pasar por el velo, que el sumo sacerdote podía entrar en la presencia de Dios el Padre.
Si el velo representa a Cristo y Cristo muere, tiene sentido que el velo se rasgue.
Segundo, históricamente, solo al sumo sacerdote israelita se le permitía entrar al Lugar Santísimo una vez al año.
El velo rasgado también representa el fin de esa práctica y permite el ingreso de todas las personas, no solo al pueblo de Israel, al reino de Dios.
Fuera de contexto Hechos 17 podría decir lo contrario, pero en ninguna parte de las Escrituras se expresa claramente que la adoración en el templo debe ser eliminada.
De haber sido así, los apóstoles no hubieran seguido adorando en el templo.
Pero Pedro y los apóstoles y Pablo constantemente iban al templo incluso después de haber pasado mucho tiempo de la muerte de Cristo.
En Hechos 22, Pablo se encuentra orando en el templo cuando Cristo se le aparece en una visión en el templo.
Obviamente, ellos todavía consideraban al templo como una parte esencial de la vida cristiana.
Los templos después de la muerte de los Doce
La adoración en el templo continuó existiendo de cierta manera incluso después de la muerte de los apóstoles.
Los primeros textos y padres de la Iglesia registran detalles sobre la adoración en el templo y las prácticas de iniciación cristiana que, sorprendentemente, son similares a lo que los Santos de los Últimos Días hacen en sus templos hoy en día.
José Smith debió haber tenido mucha suerte acertando en esos ideas si es que se la pasaba inventando todo lo que hacía.
Dicho esto, los Santos de los Últimos Días creen que una apostasía general se desarrolló en los siglos posteriores a la muerte de Cristo.
Las enseñanzas básicas se corrompieron, y la adoración en el templo eventualmente se convirtió en algo ajeno a la corriente principal del cristianismo, aunque todavía se ven restos de ella en mucha de la arquitectura, adoración y tradición católica.
Así que esencialmente esta es la situación: en la antigua Jerusalén hay un grupo de judíos, ellos tienen un templo. Cristo viene, y también adora en el templo.
De repente, durante Su ministerio, tenemos a este nuevo grupo de personas que se separa del judaísmo convencional llamados “Cristianos”, que también adoran en el templo.
Luego Cristo muere, pero tanto los judíos como los líderes de estos nuevos cristianos continúan adorando en el templo. Cristo hace apariciones en el templo.
¿Sin embargo, 2000 años más tarde, por alguna razón creemos que los templos son irrelevantes? ¡¿Qué pasó acá?!
Bueno, los Santos de los Últimos Días creen que los templos todavía son extremadamente relevantes y tienen más de 160 de ellos en todo el mundo.
Si los templos siguen siendo tan importantes, la siguiente pregunta en tu mente debería ser: ¿Por qué? y ¿qué sucede ahí en la actualidad?
Muy buenas preguntas. Hablaremos de eso pronto en otro artículo. Por ahora, puedes visitar los enlaces adicionales para obtener más información. ¡Qué tengas un gran día!
Recursos adicionales
¿Hubo realmente una “Gran Apostasía”