SALT LAKE CITY- El antisemitismo y la islamofobia están en aumento, pero también aumentaron los crímenes contra los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, según las estadísticas de delitos de odio del FBI publicadas en diciembre.
También te puede interesar: “Una invitación del Presidente Nelson que pasamos por alto + Cómo puede cambiar tu vida”
El FBI documentó 15 crímenes de odio “anti-mormones”, o delitos dirigidos específicamente a los Santos de los Últimos Días, en el 2017. Eso es aproximadamente el doble de los siete delitos de odio “anti-mormones” registrados en el 2016 o los ocho en el 2015, cuando la oficina comenzó a rastrear los delitos motivados por prejuicios contra las minorías religiosas, incluidos los testigos de Jehová, los sijs, los budistas, los hindúes y los cristianos ortodoxos.
Sin embargo, estos delitos de odio contra los Santos de los Últimos Días representan sólo una pequeña fracción de los delitos.
En 2017, el grupo religioso más frecuentemente victimizado fue el de los judíos, con 938 incidentes antijudíos. El segundo grupo más apuntado fue musulmanes, con 273 incidentes. Si bien hubo menos incidentes antiislámicos en el 2017 que en el 2016, los delitos de odio contra ambos grupos han aumentado significativamente en los últimos años. En particular, los incidentes antijudíos aumentaron alrededor del 37 por ciento entre el 2016 y el 2017.
“En general, los delitos de odio contra las minorías religiosas están aumentando”, dijo Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad Estatal de California en San Bernardino.
Los datos muestran que hubo más delitos de odio motivados por prejuicios religiosos en el 2017 que en cualquier otro año anterior. Pero los expertos como Levin dicen que los números crecientes pueden deberse en parte al aumento de los informes de los departamentos de policía en lugar de simplemente un aumento de la violencia.
Debido al cierre parcial del gobierno, el FBI no ha podido responder a la solicitud de comentarios al respecto.
El FBI define un delito de odio como “un delito contra una persona o propiedad motivada en su totalidad o en parte por el prejuicio de un delincuente contra una raza, religión, discapacidad, orientación sexual, etnia, género o identidad de género”.
Según el fiscal de distrito del condado de Salt Lake, Sim Gill, la diferencia entre un crimen de odio y un crimen normal es el impacto en una comunidad.
“Si una comunidad escucha que un grupo de personas Santo de los Últimos Días está siendo atacada y maltratada por un grupo de personas, todos los padres que envíen a sus hijos a la Iglesia el domingo o cuyo hijo esté sirviendo una misión sentirá ese terror”, dijo Gill. “Ese terror es el resultado directo de esa actividad criminal que ocurre en la comunidad.”
Gill, quien nació en la India y se crió en la tradición Sijista, ha estado abogando durante 18 años por una ley de delitos de odio más estricta en Utah para facilitar el aumento de las sentencias para los delincuentes. Una reciente golpiza a dos hombres latinos en Salt Lake City por un hombre que anunció su intención de “matar a un mexicano” ha revivido la discusión sobre este tema una vez más.
“La falta de voluntad para responsabilizar a los criminales por el impacto total de sus acciones se da cuando no podemos hacer justicia a las comunidades afectadas”, dijo Gill, señalando que la ley de Utah es vaga y solo se aplica a los delitos menores.
El FBI ha estado investigando crímenes de odio desde la Primera Guerra Mundial, pero sólo desde el 2015, la oficina ha prestado especial atención a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, luego de una recomendación en el 2013 de incluir más grupos minoritarios firmados por más de los 100 miembros del Congreso, informó The Washington Post.
El Islam y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son dos poblaciones religiosas que están creciendo en los Estados Unidos, dijo Levin.
El número de musulmanes en los Estados Unidos aumentó de 2.35 millones en el 2007 a 3.45 millones en el 2017, principalmente debido a la inmigración, según lo reportó el Centro de Investigación Pew.
Al mismo tiempo, la membresía estadounidense de La Iglesia de Jesucristo pasó de 5.87 millones a fines del 2007 a 6.64 millones en la actualidad, según las estadísticas de la Iglesia.
“Cuando tenemos cambios demográficos, lo que nos dice eso es que estamos presenciando un cambio”, dijo. “Para algunas personas, esa reacción al cambio es el miedo y la violencia.”
El nacionalismo blanco y el discurso antisemita en línea también son cada vez más frecuentes, dijo Levin, explicando el aumento de los delitos de odio contra los judíos.
Los datos del FBI podrían ser engañosos, según Jack Levin, Codirector del Centro Brudnick sobre Violencia y Conflicto en la Universidad Northeastern (y no tiene relación alguna con Brian Levin, de la Universidad Estatal de California).
Dijo que las estadísticas del FBI son los mejores datos de delitos de odio que existen, pero que aún así no reflejan totalmente la realidad de la situación. Debido a que la notificación es voluntaria por parte de las jurisdicciones policiales de todo los Estados Unidos, cada año participa un número diferente de departamentos de policía.
Eso significa que es difícil comparar la cantidad de delitos de odio de un año a otro y de un estado a otro, dijo Jack Levin. Lo que es seguro es que el número real de delitos de odio es mayor que lo que se informa.
“Los grupos sub representados y vulnerables son los recepcionistas de amenazas de crímenes de odio. También son los grupos que tienen más probabilidades de no reportarlos”, dijo.
Este artículo fue escrito originalmente por Lds Living Staff y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “The FBI Has Been Tracking Crimes Against Latter-day Saints for 3 Years. Here’s Why”
