“Trata a los demás como te gustaría que te traten.” La regla de oro ha sido un patrón de comportamiento en amistades, relaciones comerciales, servicio al cliente, y mucho más. Sin embargo, en el matrimonio, realmente puede conducir a problemas. ¿Podría sugerir una corrección? “Trata a tu cónyuge como le gustaría que lo traten.”
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¿Cómo amar a tu cónyuge de la manera en que necesite que lo amen?
Todos tenemos necesidades, algunas en común con nuestras parejas. Otras, con nosotros mismos. Solo porque valores el tiempo para ti mismo no significa que tu cónyuge también lo haga. Tal vez, disfrutes los masajes en los pies, pero es posible que tu cónyuge prefiera que le rasquen la espalda.
Podrías desear palabras de afecto, pero quizá tu cónyuge no use tanto las palabras y prefiera las acciones amables. Puede ser que mayormente tu cónyuge exprese su amor de manera sexual, mientras que tú tal vez necesites un contacto afectivo no sexual durante el día para sentirte amado – para ayudarte a conectarte sexualmente más tarde.
Podrías disfrutar de una sorpresa, mientras que tu cónyuge preferiría que lo lleven de compras para que elija la sorpresa por sí mismo.
En su libro The Five Love Languages, Gary Chapman describe las cinco formas en que damos y recibimos amor: palabras de afecto, actos de servicio, regalos, tiempo de calidad y contacto físico. Tendemos amar a nuestros cónyuges de la forma en que nos gustaría que nos amen.
Si valoramos las palabras de afecto, damos palabras de afecto. Si valoramos el tiempo de calidad, damos tiempo de calidad, etc. Esto sucede porque estamos practicando la regla de oro: “tratar a nuestros cónyuges como queremos que nos traten.” Sin embargo, si nuestro cónyuge tiene un “lenguaje de amor” diferente, el mensaje de amor no se transmitirá con claridad.
Habla con tu cónyuge. Hazle saber cómo te gusta que te demuestren afecto y pregúntale que es lo que necesita para sentir amor de tu parte.
Tal vez, seas el tipo de persona que prefiere el “contacto físico”, pero si tu cónyuge necesita palabras de afecto, o si existe alguna otra diferencia entre ambos, recuerda amar a tu cónyuge de la manera en que le gustaría que lo amen, no como quieres amarlo. Esto podría ayudarte a salir de tu zona de confort, pero la recompensa vale la pena.
Este artículo fue escrito originalmente por Jonathan Decker y fue publicado en ldsliving.com con el título “Latter-day Saint Therapist: Don’t Treat Your Spouse “Like You Want to Be Treated.” Do This Instead.”