Cómo reaccionar cuando Dios te da los desafíos más difíciles

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El Evangelio de Jesucristo es optimista y esperanzador. Nos aferramos a las buenas nuevas del Evangelio y con razón. Después de todo, “los hombres existen para que tengan gozo” (2 Nefi 2:25). Sin embargo, también podemos menospreciar las duras verdades de progreso en nuestra determinación por encontrar este gozo.

Casi nunca es intencional. ¡Nuestro único objetivo es inspirar y motivar! Sin embargo, a menudo, creemos, nos demos cuenta o no, que si nos esforzamos lo suficiente, nuestras pruebas terminarán de la manera que queremos. ¿Alguna vez has escuchado una frase similar a la siguiente?

“Si solo oras más / con más fe/ de una mejor manera (inserta la acción aquí), entonces Dios te responderá (inserta la bendición aquí)”.

Cuando nuestra situación empeora o el cielo permanece en silencio, sentimos que hemos fallado. Si solo pudiéramos ser mejores; entonces, nuestras vidas serían mejores.

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Si bien definitivamente existe el poder y las bendiciones que provienen de vivir una vida justa, todos los hijos de Dios deben prepararse  para someterse a las pruebas de Dios. Buscar entender y aceptar el sufrimiento y el sacrificio es un latido esencial del corazón de un discípulo. Considera esta cita de José Smith:

“Tendrás que pasar por toda clase de pruebas. Y es indispensable que seas probado, como Abraham y otros hombres de Dios, y (agregó) Dios te buscará y te tomará y retorcerá las fibras mismas de tu corazón; y si no puedes soportarlo, no serás apto para una herencia en el reino celestial de Dios”.

Que Dios le pidiera a Abraham que matara a su único hijo es uno de los ejemplos bíblicos más grandes de sacrificio. Después de esperar muchos años de angustia para tener un hijo, la disposición de Abraham para matar a su hijo es tan desgarradora como admirable.

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Sin embargo, a menudo, me parece interesante que a Abraham no se le exigiera completar su sacrificio. Un ángel del Señor aparece e impide que Abraham mate a Isaac.

Pero, ¿qué haces cuando el ángel no aparece en tu vida? ¿Qué pasa si Dios realmente te pide que “mates” a tu Isaac simbólico?

A continuación, mencionaremos 3 principios importantes en los que debes reflexionar durante estos sacrificios tan difíciles:

No se puede tratar del resultado

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¿Por qué hacemos las cosas que hacemos? Esta es una de las preguntas importantes del Evangelio de Jesucristo. ¿Obedecemos por miedo? Quizás, esperamos algo a cambio de nuestras buenas obras. O, simplemente, podemos estar tratando de hacer lo mejor que podemos porque es todo lo que sabemos hacer.

La respuesta a por qué hacemos las cosas que hacemos en el Evangelio, evoluciona y cambia con el tiempo. Sin embargo, creo que nuestra motivación más profunda para servir a Dios debe ser el amor.

Cuando amamos a Dios y queremos hacer su voluntad como expresión de ese amor, encontramos el coraje para enfrentar resultados decepcionantes o, incluso, trágicos.

Si nuestra fe se basa en querer que nuestras vidas vayan de cierta manera, nuestra fe probablemente se derrumbará. Si nuestro fundamento se basa en una buena relación con Jesucristo, este fundamento podrá resistir los intentos necesarios de nuestras almas.

Un progreso como el de Cristo

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El mayor ejemplo de sacrificio es el sacrificio expiatorio de Jesucristo. Su sufrimiento fue más grande de lo que podemos imaginar. Cristo preguntó si podía pasar de la amarga copa, como preguntamos a menudo. Sin embargo, se sometió a la voluntad de Dios y nos ofreció la vida eterna.

Cuando se nos pide beber de la amarga copa, podemos encontrar fortaleza en nuestra progreso para ser más como Cristo. Al sacrificarnos realmente, comprendemos mejor quién es Él y cómo podemos seguir sus pasos.

Por lo tanto, un sacrificio muy difícil no es un castigo, una consecuencia o un fracaso. Más bien, es una oportunidad para conocer a Cristo.

Algo mejor

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Esta poderosa declaración del Élder Enzio F. Busche puede ayudarnos a encontrar esperanza en nuestros tiempos más oscuros.

“Cuando te veas obligado a renunciar a algo o cuando las cosas que amas sean apartadas de ti, debes saber que esta es una lección que debes aprender en este momento. Pero, también debes saber que, a medida que aprendes esta lección, Dios quiere darte algo mejor”.

Nunca debemos tratar de disminuir la magnitud de un sacrificio. Pero, a medida que nos esforcemos por mantener una perspectiva, podemos ver más allá del dolor de este momento.

No mucho puede darnos consuelo, especialmente cuando el “algo mejor” que esperamos obtener no llega en esta vida. Sin embargo, podemos encontrar fortaleza y ​​coraje a medida que avanzamos a través del lodo, con la esperanza de alcanzar un día más brillante.

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicado en ldsdaily.com con el título  “Killing Isaac: When God Requires the Hardest Sacrifice”.

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