El Presidente Wilford Woodruff testificó sobre la importancia de mantener un registro de nuestro día a día – diario personal: “Vivimos en una de las generaciones más importantes en la que el hombre alguna vez haya vivido sobre la tierra y debemos escribir un registro de estas transacciones importantes que toman lugar ante nuestros ojos en el cumplimiento de las profecías y las revelaciones de Dios.”
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Se ha enseñado a mantener un registro durante muchos milenios. Esto permite a las generaciones futuras acceder a la vida como se conocía en el pasado.
Imagina cómo hubiera sido la vida si Nefi nunca hubiera registrado la salida de su familia de Jerusalén. ¿El Rey Mosíah habría escrito las travesías espirituales de su hijo? ¿Alma hijo todavía habría registrado su misión con Amulek? ¿Moroni hubiera testificado del poder del Espíritu?
¿El hijo de Helamán, Nefi, hubiera sabido qué hacer cuando el Salvador le dio el mandamiento de registrar Su ministerio a los pueblos de las Américas?
Y, ¿Qué sucedería con la ruta pionera hacia el oeste? ¿Hubiéramos tenido historias dolorosas aunque milagrosas de las empresas de Martin y Willie, si no se hubieran registrado de primera mano?
Nos sentimos tan bendecidos de vivir en el tiempo de todas estas revelaciones. Si no hubieran mantenido esos registros, no hubiéramos tenido las escrituras hoy.
La piedra que fue cortada de las montañas sin manos todavía está rodando y ganando velocidad. Los profetas de la antigüedad entendieron su importancia y registraron sus revelaciones sobre ella. Ahora, los profetas modernos repiten y nos recuerdan que lo mejor aún está por venir.
El Presidente Wilford Woodruff es una de esas voces fieles. Recientemente, la iglesia publicó un video corto en twitter sobre su diario personal. Dijo, “He sentido al Espíritu llamándome desde que entré por primera vez a esta iglesia.” Desde que asistió a su primera reunión en la iglesia mantuvo un diario personal por el resto de su vida. Entendió verdaderamente el poder de mantener un registro. Por eso, hoy, sus registros están disponibles para la vista de todos.
El Presidente Hinckley también mantuvo un diario personal y se dio el tiempo de leerlo desde el púlpito en su mensaje de la Conferencia General “Buscad el Reino de Dios.” En el mensaje, admitió que quizá su discurso se diferenciaba de algún otro de la iglesia en el púlpito. Su diario tenía pequeños fragmentos de sus experiencias en su presidencia de estaca con el Quórum de los Doce. Lo leyó para retratar la cercana relación que tuvo con ellos. Luego, testificó que la iglesia se está expandiendo a lo largo y ancho ahora, que nadie en esa posición sería capaz de tener el mismo lujo. Su mensaje fue una ilustración literal del recogimiento de Israel en los últimos días.
El Presidente Eyring dio un poco de guía divina respecto a la motivación de mantener un diario personal en su mensaje “¡Oh recordad, recordad!” Prometió que seriamos capaces de ver a Dios más claramente en nuestras vidas si nos tomáramos el tiempo de reflexionar y registrar nuestras bendiciones al final del día.
Por años escribí diariamente varias líneas. Nunca dejé pasar un día por más cansado que estuviera o por cuan temprano tuviera que levantarme al otro día. Antes de escribir, meditaba en esta pregunta: “¿Hoy he visto la mano de Dios bendecirnos a nosotros, a nuestros hijos o a nuestra familia?”. Al seguirlo haciendo, algo comenzó a suceder. Al repasar mentalmente el día, me percataba de lo que Dios había hecho por alguno de nosotros y no lo había reconocido en los momentos del día en los que estaba ocupado. Cuando eso ocurría, y pasaba a menudo, comprendí que el tratar de recordar había permitido que Dios me mostrara lo que Él había hecho.
Mantener un diario personal no es solo algo que tu terapeuta te dice que hagas. De hecho, si lo necesitas, mantén dos diarios personales. Uno para desahogarte y otro para registrar. Vivimos en un tiempo del que se ha profetizado desde el principio. Si no escribimos al respecto, ¿quién lo hará?
Artículo originalmente escrito por Camille Thomas y publicado en mormonhub.com con el título “How the Journal of President Wilford Woodruff Can Benefit You.”