Una campaña mediática coordinada dirigida por Ben Schneiders, procedente de Australia, nuevamente hace acusaciones en contra de la Iglesia de Jesucristo sin contar con evidencias ni fundamentos.
En lugar de simplemente transmitir estos impactantes “hallazgos”, lo lógico sería verificar la fuente y base de la información.
Para brindar el contexto de la situación, a fin del mes de octubre del presente año, Schneiders, publicó un artículo en el periódico The Sydney Morning Herald, además de una transmisión en vivo en su canal de YouTube sobre la administración de las finanzas de la Iglesia de una manera sesgada y sin fundamento.
Esto provocó que otros medios, sin hacer la investigación correspondiente, tomaran como referente dicho artículo para generar su propio contenido sobre el tema, como es el caso de Jana Riess del Salt Lake Tribune y el RNS Religious News Service.
En pocas palabras, el artículo de Schneiders y los artículos relacionados hacen una serie de afirmaciones sin fundamento sobre y en contra de la Iglesia por la administración de sus finanzas en Australia y en otros países, como el supuesto abuso de las leyes fiscales australianas y la supuesta falta de desembolso de fondos para el cuidado de los pobres y afligidos.
Este tipo de declaraciones no solo buscan dañar la imagen de la Iglesia, sino que hieren a los miembros fieles de manera injustificada.
Un sesgo injustificado
En octubre de 2018, el presidente Russell M. Nelson invitó tanto a los miembros como a los medios de comunicación a referirse a la Iglesia por su nombre correcto “La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
Como consecuencia, hubo un incremento en el uso del término “iglesia mormona” y “mormones” por parte de los medios para referirse a la Iglesia de Jesucristo de una manera despectiva, sesgada e incluso como una manera de atacar a los miembros y a la Iglesia en cuestión.
Como es de esperarse, el contenido publicado por Schneiders cae en el uso de términos incorrectos para referirse a la Iglesia al compartir su inconformidad.
Incluso la música y la letra de fondo en la publicación de YouTube expone claramente la intención de compartir mensajes negativos sobre la Iglesia.
A lo largo de la publicación, hay múltiples citas de ex miembros descontentos, que parecen ser sus fuentes principales.
De hecho, Ben Schneiders, quien nuevamente parece ser la fuerza principal detrás de estos relatos, tiene un historial de informes financieros religiosos engañosos e imprecisos.
En base a la información compartida al respecto, aclararemos las 5 afirmaciones que se hacen sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
1. Las donaciones de la Iglesia
“La iglesia mormona internacional ha exagerado la cantidad que dona en caridad en más de mil millones de dólares ($1.56 mil millones), aparentemente para parecer más generosa de lo que realmente es…
En declaraciones públicas, la Iglesia ha afirmado a través de su rama caritativa, Latter-day Saint Charities, con sede en Utah, que su donación global aumentó en $1.350 millones de dólares entre 2008 y 2020”.
El Sydney Morning Herald brindó en su publicación contenido sin fuentes y con información incompleta de lo que ha reportado la Iglesia de Jesucristo.
Asimismo, lo que parece faltar en este informe es que Latter-day Saint Charities es una de las múltiples organizaciones mediante las cuales la Iglesia brinda donaciones caritativas, por lo que debemos esperar que el total de las donaciones sean mucho mayores que las que figuran en los estados financieros auditados provistos.
Si su deseo era considerar y presentar una imagen completa y honesta de las donaciones caritativas de la Iglesia, el artículo del Herald pudo haber hecho referencia a otra información pública proporcionada por la Iglesia, como “Cuidar de los necesitados: Informe anual de 2021 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
En referencia a este informe, el presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia de la Iglesia, proporcionó esta información resumida en la Conferencia General de octubre de 2022:
“Nuestros gastos en el 2021, para los necesitados en 188 países de todo el mundo ascendieron a $906 millones, casi mil millones de dólares. Además, nuestros miembros ofrecieron más de 6 millones de horas de trabajo voluntario para la misma causa”.
Cualquier intento por plasmar el panorama completo de las finanzas de la Iglesia debe prestar atención a los muchos otros gastos operativos y de capital asociados con su labor en el mundo.
Eso incluye los templos, las capillas, la obra misional, la educación superior, la educación eclesiástica y la historia familiar, entre otras, todas las cuales son enormes inversiones y ninguna de las cuales tiene un fin lucrativo.
2. Impuestos y acciones
“La Iglesia administra un fondo de inversión libre de impuestos de 100 mil millones de dólares, Ensign Peak Advisors, que silenciosamente ha acumulado importantes acciones en firmas de primer nivel y ahora tiene inversiones multimillonarias en Apple, Microsoft, Amazon y Alphabet, propietario de Google.
También invierte en los principales fabricantes de armas, incluidos Lockheed Martin, Boeing y Northrop Grumman. Se supone que Ensign Peak se usa para financiar actos de caridad y otros gastos, pero los ex [miembros] alegaron que se empleó, en su mayoría, para acumular dinero y acciones”.
El artículo del Herald afirma que se ha basado en informes públicos ante la SEC, sin embargo, dado que Ensign Peak Advisors no es una entidad de propiedad pública, no estaría obligada a presentar dichos estados financieros u otros informes ante la Comisión de Bolsa y Valores.
La realidad es que no se ha descubierto ni denunciado ningún tipo de fraude, por lo tanto, es irresponsable que el artículo de 60 Minutes Australia y del Herald incluyan afirmaciones sin fundamento de miembros descontentos en cuanto a la cantidad, los propósitos o la legalidad de estas inversiones acumuladas de la Iglesia.
Dados todos los gastos que enfrenta la Iglesia en sus operaciones con una entidad de fe mundial, es obvio que necesita recursos muy sustanciales, sobre todo para los “días de escasez”.
¿No debería prepararse cada institución para vivir dentro de sus posibilidades y ahorrar para los “días de escasez”? Cada vez que hay una recesión en la economía, aprecio mucho la sabiduría y la previsión de nuestros inspirados líderes.
3. El diezmo
“Los mormones están obligados a pagar el 10% de sus ingresos brutos como diezmos, un impuesto financiero significativo para los miembros. Nielsen dijo que esto era difícil para los mormones más pobres, particularmente en los países en desarrollo, y lo describió como “un impuesto extremadamente regresivo”.
Esta afirmación es rotundamente falsa. Sí, los miembros de la Iglesia creen que este es un mandamiento de Dios, tal como lo fue en los tiempos de la Biblia (Malaquías 3:8-12).
No obstante, como todos los mandamientos, se alienta a los Santos de los Últimos Días a seguirlo. Los miembros dan el diezmo como una ofrenda voluntaria, porque tienen fe en que Dios los compensará por su sacrificio.
Es totalmente desatinado considerar que el diezmo es una carga para cualquier miembro de la Iglesia, sin importar que tan altos o bajos sean sus ingresos, porque las promesas de Dios son recompensas y bendiciones verdaderas.
Es importante tener en cuenta que las contribuciones de los miembros de la Iglesia se dividen en diversas categorías, de las cuales solo se hace mención del diezmo.
4. Evasión de impuestos
“La investigación conjunta también ha descubierto evidencia significativa de supuesta minimización y evasión de impuestos por parte de la Iglesia, incluso en Australia y Canadá, donde cientos de millones de dólares se canalizan a través de empresas ficticias u otras entidades para mantener el estado libre de impuestos de sus ingresos”.
Esta es otra acusación falsa en contra de la Iglesia, realizada por periodistas que simplemente no tienen una base seria para afirmar que hubo evasión de impuestos.
Si existen formas legales de utilizar las leyes y normas fiscales para minimizar los impuestos, entonces eso es exactamente lo que debe hacer cualquier institución o persona.
Existe una diferencia entre la elusión fiscal (utilizar legítimamente las leyes y normas fiscales para minimizar el pago de impuestos) y la evasión fiscal (evitar el pago de impuestos de forma fraudulenta).
Si existiera una forma legítima para que los miembros de la Iglesia en Australia reciban una deducción de impuestos por sus diezmos y ofrendas, entonces, por supuesto, la Iglesia y los Santos de los Últimos Días de Australia pueden valerse de esa ley o norma.
En este caso, especialmente, los fondos se están derivando a causas humanitarias precisamente de la manera en que la ley fiscal australiana permite e incentiva.
Es más, la obra de Latter-day Saint Charity en Australia se lleva a cabo con eficiencia. En 2021, los datos más reciente están disponibles en el LDS Charitable Trust Fund específico de Australia, recaudó $100,211,557, distribuyó $131,604,476 y gastó $7,810 en gastos generales.
La ley fiscal australiana incentiva las donaciones a causas humanitarias, y la Iglesia ha organizado sus finanzas en el país para hacer exactamente eso.
5. El alcance de la obra de caridad
“Es inconcebible que la Iglesia haya tomado decisiones caritativas relevantes a nivel internacional desde Australia”.
De acuerdo con la ley australiana, las organizaciones benéficas que califican para fines de deducción de impuestos deben estar fuera de este país.
Las recientes publicaciones sobre este asunto dan por sentado que este no es el caso de la Iglesia, lo que sugiere que debido a que Latter-day Saint Charities Australia no cuenta con un personal remunerado, no se considera como una organización dirigida dentro del país.
Esta especulación no es cierta. La alta eficiencia del fondo es posible gracias a la cultura de voluntariado de la Iglesia.
Por ejemplo, Paul Gray, de Sydney, asistió a la Universidad de Australia del Sur y trabaja como contador. Además de su trabajo filantrópico con la Iglesia, participa en organizaciones benéficas que se enfocan en la seguridad de los niños.
¿Permite la ley australiana que las personas coordinen y trabajen con organizaciones benéficas globales de los Santos de los Últimos Días? Claramente, sí.
El experto en organizaciones de caridad australiano Krystian Seibert del Centro para el Impacto Social de la Universidad de Swinburne dice que las organizaciones benéficas que califican pueden “comprometerse y consultar con organizaciones asociadas fuera de Australia”.
Este es precisamente el tipo de relación que la Iglesia describe que existe cuando un portavoz de la Iglesia afirmó que “identificó y remitió” proyectos caritativos a sus contrapartes australianas.
Conclusión
Entendemos que los medios de comunicación siempre están en busca de material nuevo, especialmente contenido sensacionalista que llame la atención.
No obstante, debemos procurar una investigación veraz, los periodistas tienen la obligación moral de ser justos e imparciales en sus reportajes.
Confío en la Iglesia y los líderes como hombres y mujeres humildes y de confianza que provienen de diferentes entornos profesionales y circunstancias socioeconómicas. ¿Son ellos perfectos?
No claro que no, pero estoy seguro de que están haciendo lo mejor que pueden para saber y seguir la mente y la voluntad de Dios, y que se esfuerzan mucho por edificar el reino de Dios, ayudar a los pobres y afligidos.
Las organizaciones y medios de comunicación deben operar de buena fe y ser imparciales, no hay nada de malo en reconocer todas las cosas maravillosas y generosas que la Iglesia de Jesucristo está haciendo para elevar y bendecir al mundo.
Fuente: Public Square Magazine