Sí, a veces Dios te envía más mensajes que tu crush y ni cuenta te das. ¡Te lo explicaré a través de una metáfora! Atento…
Hace años, Mihály Csíkszentmihályi, un reconocido psicólogo húngaro-estadounidense, y un colega hicieron un interesante estudio. ¡Esto es lo que hicieron!
“Para saber cómo es la vida de un adolescente, dos psicólogos entregaron un bíper a setenta y cinco adolescentes.
“Los psicólogos les enviaron mensajes aleatorios y les pidieron que registraran sus pensamientos y sentimientos mientras estaban en clase, socializaban con amigos y cenaban con sus familias.
“El resultado generó una descripción detallada y única de la vida cotidiana en el mundo de un adolescente común, que ofreció nuevas y valiosas perspectivas para padres, psicólogos y educadores”.
Ahora piensa en esta investigación como una metáfora de tu relación con Dios. Él te envía mensajes con regularidad, varias veces al día.
¿Qué pasa cuando no dejas en visto los mensajes de Dios?
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Cuando Él te envía mensajes y le prestas atención, notas lo que está sucediendo en tu vida. Especialmente, te das cuenta de cómo Él te ayuda a aprender, crecer y encontrar paz.
A medida que prestas atención a Sus mensajes y haces un registro de ellos, entiendes mejor el propósito que Dios tiene para ti.
Por supuesto, existen diferencias entre la forma en que los investigadores enviaron mensajes a los adolescentes y la forma en que Dios te envía mensajes a ti.
Los mensajes de Dios no son aleatorios. Dios los envía cuando ve tus necesidades y cuando lo buscas.
¿Cómo reconocer los mensajes de Dios?
Dios te envía más de un mensaje al día – Sí, más que tu crush.
Por lo general, Él te envía sensaciones especiales: Sentimientos de paz y dulzura, destellos de inspiración, impulsos de servir o ser amable, arrebatos de gratitud, una repentina sensación de conexión con Él.
Cada vez que nuestro Padre Celestial te envía una de esas sensaciones, debes escribirlas, no solo tus pensamientos y sentimientos, sino Su mensaje.
Quizás Él te está diciendo: “¡Sí! ¡Estás en el camino correcto!” O: “Gracias por ayudar a uno de mis hijos”. O: “¡Este es un principio verdadero!” O: “Te amo. Más de lo que puedes imaginar”.
Podemos aprender a discernir sus mensajes si estamos más atentos.
¿Cuál es el error que siempre cometemos al intentar reconocer Su voz?
A veces, cometemos el error de pensar que las revelaciones importantes de Dios deberían ser como una sección de Doctrina y Convenios.
Esta no es la forma en que recibimos la mayoría de las revelaciones de Dios.
La mayoría son destellos de inspiración, una cálida confirmación o una declaración de bondad.
Si solo buscas grandes revelaciones, pierdes la innumerable cantidad de impresiones que Dios ha reservado para ti todos los días.
El presidente Eyring nos aconseja que busquemos mensajes celestiales todos los días. Especialmente, aquellos que podemos pasar por alto fácilmente.
“Esta noche y mañana por la noche, ruego que ores, medites y preguntes: ‘¿Dios me envió algún mensaje que era exclusivamente para mí? ¿Vi Su mano bendecir mi vida o la vida de mis [seres queridos]?’.
“Yo lo haré, y después encontraré la manera de preservar ese recuerdo para el día en que yo y mis seres queridos necesitemos recordar cuánto nos ama Dios y cuánto lo necesitamos.
“Testifico que Él nos ama y nos bendice, más de lo que muchos hemos reconocido. Sé que es verdad, y siento gozo al recordarle”.
(“¡Oh recordad, recordad!”, Conferencia General de octubre de 2007)
¿Cómo puedes reconocer mejor Sus mensajes?
En mi caso, me estoy esforzando para seguir el consejo del presidente Eyring.
A lo largo del día, trato de estar más atento a los mensajes que Dios me envía.
Busco activamente ver la mano de Dios en mi vida y en la vida de mi familia a diario.
En lugar de permitir que estos mensajes sean impresiones fugaces que pronto desaparecen de mi memoria, encuentro formas de preservarlos para poder reconocer los patrones de lo que Él me está enseñando y reconocer que Él me bendice todos los días.
Durante la semana pasada, mientras registraba las veces en las que reconocí la ayuda de Dios en mi vida, conté que recibí un total de 37 mensajes de Él. Sí, ¡37!
Al menos esa es la cantidad de mensajes que registré cuando me senté al final de cada día.
Estoy seguro de que Él me envió varios mensajes que quizás no reconocí o registré. Sin embargo, esta semana noté muchas señales de esa hermosa verdad.
Mientras contemplaba Sus mensajes de la semana pasada, enumeré nuevas ideas e inspiraciones que recibí. Sentí mi corazón arder al darme cuenta que fui testigo de Él varias veces.
Me conmovió ver una serie basada en la vida de Cristo y sentir el poder de Su vida, amor y ministerio.
Sentí amor y conexión cuando escaneé y publiqué fotografías de mis antepasados.
Sentí gratitud al intentar ayudar a una nueva familia china que se mudó a mi ciudad.
Me sentí muy feliz de ver a algunos viejos amigos que vinieron a visitarme.
Cada una de estas anotaciones en mi diario puede haber tenido unas pocas palabras. Sin embargo, cada una estaba llena de gratitud y conocimiento de la presencia permanente de Dios en mi vida.
Mi testimonio
Para adaptar la descripción de Samuel, me gustaría ser el tipo de persona que no permite que ninguna palabra de Dios caiga a tierra (1 Samuel 3:19).
Estoy seguro de que a medida que leamos Sus mensajes con fe, entenderemos cada vez más Sus mensajes.
“Lo que es de Dios es luz; y el que recibe luz y persevera en Dios, recibe más luz, y esa luz se hace más y más resplandeciente hasta el día perfecto”. (DyC 50:24)
Cuando reconozcas Sus mensajes, en todas sus formas, sentirás Su amor y compañía.
Nuestra fe en que Dios está cerca de nosotros se fortalece y Su influencia en nuestra vida se expande.
Cuando registramos Sus mensajes, usamos Su luz para guiar nuestras vidas. Comenzamos a ver patrones en Sus mensajes como consejos personalizados para nosotros.
A medida que registramos las formas en que Él participa en nuestra vida, recopilamos evidencia celestial de que Dios está activo en el mundo mientras bendice a Sus hijos.
Cuando prestamos atención a Sus mensajes y los estudiamos, estamos más dispuestos a convertirnos en Sus mensajeros.
Cuando sentimos Su gran amor, nos sentimos inspirados a compartirlo con los demás.
Los registros en nuestros diarios son notas de agradecimiento al cielo.
Estoy agradecido por los 37 mensajes que Dios me envió y que registré la semana pasada. Espero reconocer más de Sus mensajes durante la próxima semana.
Espero sentir Su presencia. Mi investigación en esta vida terrenal es ver a Dios bendecirme a mí y a todos Sus hijos.
Una invitación importante
El élder Neil L. Andersen nos extendió un desafío en la última Conferencia General:
“Atesora tus recuerdos sagrados. Créalos. Escríbelos. Compártelos con tus familiares. Confía en que los has recibido de tu Padre Celestial y Su Hijo Amado.
“Permite que te den paciencia en tus dudas y entendimiento en tus dificultades.
“Te prometo que, a medida que reconozcas de buena gana y atesores cuidadosamente los acontecimientos espiritualmente decisivos de tu vida, recibirás más y más. ¡El Padre Celestial te conoce y te ama!”
(“Recuerdos espiritualmente decisivos”, Conferencia General de abril de 2020).
Así que a partir de ahora, revisa tu bandeja de entrada de mensajes celestiales más seguido y con más cuidado. Dios siempre te envía mensajes, no lo dejes en visto.
Este artículo fue escrito originalmente por Wallace Goddard y fue publicado en Meridian Magazine con el título “Are you Overlooking God’s Daily Messages to You?“