Cuando tenemos una pena en el corazón, a menudo evitamos sentir el dolor, ya sea si fuera que pasamos por un divorcio, una relación que llegó a su fin o incluso la pérdida de un empleo; llenamos nuestras vidas con trabajo excesivo para superar el dolor emocional, pero no hay una manera fácil de salir de esos abrumadores sentimientos de vacío.
Necesitamos tiempo para llorar y aceptar el dolor; de lo contrario, este sanará muy lentamente o no sanará en lo absoluto. Los expertos recomiendan atravesar por el dolor emocional y no ignorarlo. Al aprender a lidiar con estas emociones, nos volvemos personas más fuertes y capaces de sobrellevar nuestras pruebas.
Toma un papel y un bolígrafo y anota las metas personales que te ayudarán atravesar y superar el dolor emocional que estás enfrentando a medida que lee las siguientes estrategias:
1. Encuentra un nuevo propósito
“Aquellos que tienen un ‘por qué’ para vivir, pueden soportar casi cualquier ‘cómo’”
– Viktor E. Frankl, “El Hombre en Busca de Sentido”
El primer paso para aceptar el dolor es comprender quiénes somos y por qué reaccionamos de la manera en que lo hacemos. Debes dejar de lado todo lo que está prolongando el dolor (el miedo, la ira, la ansiedad, el desaliento, etc.) y encontrar un nuevo propósito. Por ejemplo, se ha descubierto que los veteranos de guerra, que enfrentan años de dolor prolongado, prosperan cuando encuentran un nuevo propósito en donde poner su energía, lo que podría incluir la familia, un nuevo empleo, prestación de algún tipo de servicio, entre otros.
Mira en tu relación o situación como un salón de clase. Pregúntate, ¿qué debes aprender de esa experiencia? Conozco a un hombre que odiaba su trabajo, y luego al final él fue despedido, y atravesó un año horrible antes de encontrar un nuevo empleo. Al principio, él cuestionó su valor personal, pero en lugar de albergar dolor, él trabajó en ello y se dio cuenta de que su nuevo trabajo era un mejor empleo y mejor pago y le daba más tiempo con su familia.
Cuando estamos lleno de dolor no es fácil ver los desafíos como una oportunidad para aprender, sin embargo es lo mejor que podemos hacer. Puede parecer imposible recuperarse de un divorcio o una ruptura, pero se aplica el mismo principio. Tú decides tu punto de vista, también decides cuánto dolor sufrirás, de la misma manera en como lo hizo este hombre.
Necesitas saber cuál es tu propósito o encontrar uno nuevo. Todos somos hijos de Dios y recordar nuestro valor en sus ojos puede ayudarnos a encontrar un nuevo propósito en la vida, tal vez pueda ser un llamamiento en la Iglesia o tu relación familiar.
2. Ejercicio
La depresión y la ansiedad a menudo son sentimientos que acompañan al dolor emocional, sin embargo el esfuerzo físico puede brindarte un alivio inmediato a corto plazo de estos efectos secundarios que a veces pueden ser paralizantes. La actividad aumenta el nivel de serotonina y/o norepinefrina (Noradrenalina) las cuales estimulan las sustancias químicas del cerebro que fomentan el crecimiento de las células nerviosas.
A nivel emocional, esta es una de las cosas que puedes controlar y dominar para el bienestar de tu cuerpo y mente. Comenzar es a menudo la parte más difícil de este paso hacia la recuperación, así que encuentra algo que disfrutes hacer o que siempre quisiste probar, como caminar, ir de excursión, jugar tenis, correr, nadar o tal vez kick-boxing. Averigua si hay alguien en tu vecindario o barrio que participa de una de estas actividades y te permita acompañarle. Sólo recuerda que al principio debes tomarlo con calma.
En estos esfuerzos para mantener nuestros cuerpos y mentes saludables, a menudo hacemos nuevos amigos que pueden apoyarnos cuando tenemos recaídas con el dolor emocional o episodios de depresión o ansiedad sobre la situación en la que estamos. También hay poder cuando nos ejercitamos en un grupo. Te puede proporcionar un grupo que pronto se puede convertir en tu familia. Esto también puede ayudarte a tener un nuevo propósito en la vida.
Haz que el revisar tu progreso sea divertido. Puedes poner metas sencillas como para ponerte en forma o simplemente sentirte mejor, conectarte con nuevas influencias positivas y amigos, y trazarte un objetivo en el que te puedas enfocar en lugar de tu dolor.
3. Perdonar y seguir adelante
“La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad, sólo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar el odio, solo el amor puede hacer eso.”
-Martin Luther King, hijo.
Cuando nos lastiman en nuestras relaciones, podríamos tomar simplemente la decisión de entrar a otra relación sólo para llenar el vacío y potencialmente tener otra mala relación. A menudo construimos muros para evitar que vuelvan a herirnos, sin embargo, eso también mantiene a las personas que podrían ayudarnos afuera, especialmente el Señor.
En nuestro tiempo de necesidad, debemos buscar al Señor, confiar más en Él y buscar cómo Él perdonaría a los demás en esta misma situación. Él es la manera de cambiar nuestra perspectiva para recuperarnos. Las personas necesitan personas, sólo necesitamos rodearnos de personas que sean buenas para nosotros tanto mental y emocionalmente; debemos tener límites que sean saludables.
El perdón permite que el dolor interior se deje de lado para ver las cosas desde una perspectiva diferente, y quizás comiences a ver el por qué las personas tomaron decisiones que te lastimaron. Eso no siempre significa que tenemos que brindarles la oportunidad de actuar en sus defectos, temores o desafíos de una manera que nos lastimen nuevamente; pero puede significar que pueden, con la visión y la ayuda del Señor, dejar de llevar esa carga y seguir adelante. Si ellos están abiertos, podemos conversar al respecto o podemos elegir alejarnos de ellos.
A menudo creemos que esas personas no merecen perdón, pero debemos recordar que les perdonamos por nuestro propio bienestar, no el de ellos. Cuando no perdonamos, estamos ligados a esa persona y el vínculo entre ustedes permanecerá conectado a través de sentimientos de dolor y resentimiento.
¿De verdad quieres vivir con eso toda tu vida?
El perdón romperá ese vínculo y podrás alejarte con un gran peso aligerado.
Todos luchamos con el miedo a la pérdida y al fracaso en algún nivel. Lidiar con el dolor emocional, ya sea en una relación buena o mala u otros desafíos, es inmensamente difícil. Trabaja para cambiar tu punto de vista. Aprende a ver a la persona que te lastimó como si ya no fuera el villano, sino un maestro que te ayudó a que te conocieras a ti mismo y a preguntarte: “¿Soy fuerte? ¿Soy compasivo? ¿Soy empático? ¿Conozco mi identidad divina?”
Aprende a perdonar a aquellos que nunca se disculpan. Eso te liberará.
Este artículo fue escrito originalmente por Kristena Eden, y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “3 Ways to Find Healing After Broken Relationships”