¿Hubo un eclipse solar durante la crucifixión de Jesucristo?

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En 2017, Religion News Service entrevistó a expertos en religión, incluyendo al director del Observatorio Vaticano, para abordar la teoría ampliamente debatida acerca de si la oscuridad que se registró en Jerusalén durante la crucifixión de Jesucristo podría haber sido gracias a un eclipse solar.

Es una idea por la que incluso Isaac Newton mostró interés. 

Lo más interesante de este debate es que ellos también llegaron a la misma conclusión que élder James E. Talmage tuvo cuando escribió “Jesus el Cristo” en 1915. 

atraer la luz del evangelio

Eclipse Solar. Imagen: Canva

“Jesús fue clavado sobre la cruz antes del mediodía de ese fatídico viernes, probablemente entre las nueve y diez de la mañana. Al mediodía se opacó la luz del sol, y una densa niebla se extendió por todo el país. La tenebrosa obscuridad, continuó durante un período de tres horas. 

La ciencia no ha podido explicar satisfactoriamente este notable fenómeno. No pudo haber sido por causa de un eclipse solar, como se ha sugerido ignorantemente, porque era época de luna llena; por cierto, el primer plenilunio después del equinoccio primaveral determinaba en que día caería la Pascua.

 La obscuridad fue el resultado de una milagrosa operación de las leyes naturales bajo el dominio de un poder divino. Fue una señal adecuada de la profunda lamentación de la tierra por la muerte inminente de su Creador. Los escritores evangélicos reverentemente pasan por alto la agonía mortal que padeció el Señor mientras estuvo sobre la cruz”.

eclipse solar

Estos eventos sucedían durante La Pascua Judía. Imagen: Canva

La muerte de Jesús sucedió durante la Pascua Judía, una festividad religiosa que coincidía con la luna llena, siendo así que un eclipse solar sea imposible porque muchos de estos ocurren con una luna nueva. 

Otros consideran que la oscuridad en el sol fue a causa de un eclipse lunar, en lugar de un eclipse solar. 

John Dvorak, autor de “Mask of the Sun: The Science, History and Forgotten Lore of Eclipses”, insiste en que el eclipse lunar es una de las coincidencias más obvias con la posible fecha de la muerte de Jesús y no pudo ser vista en Jerusalén. 

eclipse en los cielos

El eclipse lunar es una de las coincidencias más obvias. Imagen: Canva

El reverendo James Kurzynski dijo a Religion News Service que esta aspiración de explicar los acontecimientos celestiales es el “efecto de vivir en una cultura modernista que trata de explicar todo con la ciencia”. Él añadió: 

“Empezamos a caer en la mentalidad de que es necesario una explicación concisa de todo lo que aparece en la Biblia”. 

Esto demuestra que los profetas y los apóstoles han enseñado todo el tiempo que las explicaciones científicas de los sucesos bíblicos no demuestran divinidad de tales eventos. En lugar de enfocarnos en estas curiosidades no tan relevantes, deberíamos recordar las grandes verdades que escribió el élder Talmage

Jesucristo

Jesús en la Cruz. Imagen: La Iglesia de Jesucristo

“A la hora de nona, o sea como a las tres de la tarde, sobrepujando la más angustiosa exclamación de sufrimiento físico, se oyó de la cruz central un fuerte grito que hirió la espantosa obscuridad. Era la voz de Cristo que decía: ‘Elí, Elí, ¿lama sabactani?’, esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ‘¿Qué mente humana podrá sondar el significado de esa terrible exclamación? 

Parece que además de los espantosos sufrimientos consiguientes a la crucifixión, se había repetido de nuevo la agonía del Getsemaní, intensificada más de lo que el poder humano podía soportar. En esa hora más crítica, el Cristo agonizante se hallaba a solas, solo en la más terrible realidad. 

A fin de que el sacrificio supremo del Hijo pudiera consumarse en toda su plenitud, parece que el Padre retiró el apoyo de su Presencia inmediata, dejando al Salvador de los hombres la gloria de una victoria completa sobre las fuerzas del pecado y la muerte. Aunque todos los que se hallaban cerca oyeron este grito de la cruz, pocos lo entendieron. 

Comprendiendo plenamente que ya no había sido abandonado, sino que el Padre había aceptado Su sacrificio expiatorio, y que Su misión en la carne había llegado a una gloriosa consumación, Jesús exclamó en alta voz de sagrado triunfo: “Consumado es”. Entonces, con reverencia, resignación y alivio, se dirigió a su Padre, diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. 

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Crucifixión de Cristo. Imagen: Clipart Library

Inclinó la cabeza, y voluntariamente entregó su vida.

Había muerto Jesús el Cristo. No le fue quitada su vida sino de acuerdo con su voluntad. A pesar de lo dulce y gustosamente aceptado que habría sido el alivio de la muerte en cualquiera de las primeras etapas de Su padecimiento, desde el Getsemaní hasta la cruz, vivió hasta que todas las cosas se cumplieron de acuerdo con lo que se había decretado. 

En estos últimos días se ha escuchado la voz del Señor Jesús, afirmando la realidad de su padecimiento y muerte, así como el propósito eterno que se cumplió por ese medio.

Escuchemos y prestemos atención a sus palabras: “Porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió las penas de todos los hombres, a fin de que todos los hombres se arrepintiesen y viniesen a Él”.

Fuente: LDS Living

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