En una oportunidad, el viaje de mi familia y yo se canceló debido a un terrible tifón. Tuvimos que buscar un lugar donde quedarnos. Tras consultar a varios hoteles y ser rechazados en medio del frío, cansancio y hambre, confiamos en que Dios nos llevaría a un lugar seguro.
Finalmente, llegamos a un refugio y estuvimos a salvo. Sin embargo, la gente comenzó a decir que no debíamos estar ahí, que nuestro lugar debía ser ocupado por locales. Querían que nos fuéramos.
Las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro mientras me escondía entre la multitud. De pronto, sentí un fuerte calor en el pecho que me hizo recordar la experiencia de José y María. Ellos también tocaron múltiples puertas mientras María estaba a punto de dar a luz a nuestro Salvador.
El Señor entiende cada dolor por el que atravesamos porque Él los ha experimentado
También te puede interesar: 5 mitos populares sobre el nacimiento de Jesús
Desde su nacimiento hasta su muerte, Jesús no tuvo una vida prodigiosa.
Nació en un humilde pesebre y su familia fue muy sencilla. Además, fue intimidado por los no creyentes, fue insultado, castigado y no siempre fue bienvenido en los lugares a los que iba.
El élder David A. Bednar compartió:
“Ustedes y yo, en un momento de debilidad, podemos decir que nadie entiende o que nadie sabe. Ningún ser humano quizás lo sepa. Sin embargo, el hijo de Dios sabe y entiende perfectamente porque Él sintió y llevó las cargas antes que nosotros”.
Tu dolor por no ser valorado, haber sido herido físicamente, traicionado y más, Él lo ha sentido.
Cuando pienses que nadie te entiende, o que a nadie le importa, recuerda que Él si comprende tu dolor.
Él entiende y, definitivamente, le importa. Cuando pienses que nadie está de tu lado, recuerda que el Salvador mismo lo está.
Mientras recordaba estas cosas y me escondía llorando, me consoló saber que alguien sabía exactamente cómo me sentía.
Fue una mezcla de emocionas saber que mi Salvador soportó estos dolores mucho antes que yo. Mi hambre, agotamiento, soledad y dolor por el rechazo, Él los sintió y los pasó incluso más veces que yo en toda mi vida.
El Señor siempre estará con nosotros y puede librarnos de nuestras pruebas enviándonos sus ángeles y milagros
El élder Ulisses Soares dijo:
“No importa los obstáculos que afrontemos en la vida, podemos confiar en que Jesucristo preparará la senda a medida que caminemos con fe para hacer Su voluntad”.
Mientras pensaba en la reconfortante verdad de que el Señor entendía mi dolor y me estaba secando las lágrimas, mi esposo me encontró y escuchó mientras le contaba cómo me sentía. Él me aseguró que me entendía y que todo estaría bien.
Regresé a la habitación donde estaba mi familia y vi sus sonrisas. Me contaron que un extraño vino y se ofreció a ayudarnos, de la nada.
Habló con las personas que querían que nos fuéramos y nos dieron un espacio para quedarnos, e incluso suministros para ayudarnos a estar más cómodos durante nuestra estadía.
Fue una hermosa experiencia acerca de que el Señor siempre nos proveerá un camino, aunque no sea en la forma en que pensamos o deseamos, y muchas veces Él nos envía milagros a lo largo del camino.
Él puede convertir los eventos dolorosos de nuestra vida en milagros.
Experimentar esa dificultad me recordó que Dios usa los eventos dolorosos para fortalecernos y también para ayudarnos a entender mejor a otras personas como Él nos entiende a cada uno de nosotros.
A veces, el Señor también te enviará a alguien, tal vez un vecino, un colega, un amigo o incluso un extraño, solo para ayudarte y mostrarte que Él no te ha abandonado.
Él enviará a Sus ángeles para levantarte, guiarte y ayudarte a sentir Su amor.
Jesucristo es la luz del mundo y puede iluminar incluso los momentos más oscuros de nuestras vidas
Puede que haya experimentado dolor y me haya sentido sola en ese momento. Sin embargo, fue solo por un momento. Lo que quedó fue el sentimiento de amor y luz.
Todo este dolor viene con un propósito y que puede ser diferente para todos nosotros. No obstante, en última instancia, es para fortalecernos y fomentar un mayor sentido de gratitud.
Si sientes que estás en un camino oscuro y angosto en este momento, recuerda que la luz de Cristo siempre estará contigo, iluminando cada paso del camino, lo suficiente como para que regreses a Él.
Esta es una traducción del artículo que fue publicado originalmente en Faith.ph con el título “How Can The Lord Understand Or Heal My Pain?”