Provo, Utah – Durante un vuelo reciente de Salt Lake City a la ciudad de Nueva York, el Élder Gerrit W. Gong del Quórum de los Doce Apóstoles tuvo una asignación de cambio de asiento de último minuto.
“En este caso, quizá no sin un propósito,” recordó durante una devocional en el campus de la Universidad de Brigham Young el 16 de octubre.
Cuando le preguntó a su nueva compañera de asiento si estaba viajando a Nueva York o al destino final del avión en Milán, Italia, su conversación comenzó a fluir.
La mujer pasó su vida como traductora bilingüe y bicultural de italiano e inglés, y ambos comenzaron a hablar sobre la cultura y el arte italiano.
“Mientras me preguntaba sobre Miguel Ángel, recordé una clase de humanidades en BYU con el profesor Todd Britsch,” dijo el Élder Gong. “Pude decir que en la estatua de Miguel Ángel, “Piedad,” la misma pieza de mármol de Carrara se siente viva y sin vida al mismo tiempo.”
También te puede interesar: Los 10 mejores mensajes de las conferencias sobre el aprendizaje y la educación
La mujer que se sentó al lado del Élder Gong estuvo de acuerdo y comenzaron a hablar sobre la Capilla Sixtina. Luego, de Dante y Shakespeare.
“Después, sucedió algo inesperado,” dijo. “Aparentemente, de la nada, esta buena mujer preguntó en voz baja, ‘Quiere saber cómo mi hijo murió, ¿verdad?’”
Aunque ambos estuvieron conversando sobre el arte y la literatura de Italia, la mujer sintió que el Élder Gong la escuchó con su corazón.
“Sintió que podía decir, ‘Mi hijo se suicidó. Estoy yendo a Italia para hacer algunos arreglos.’ Agregó, ‘siento que es un hombre de Dios. Dios lo puso aquí hoy porque no tengo a nadie con quien hablar sobre estas cosas.’”
A continuación, mencionaré lo que La Iglesia ha dicho últimamente sobre la prevención del suicidio
Durante el resto del vuelo, el Élder Gong y la mujer hablaron tiernamente sobre el plan de felicidad establecido por Dios y el Evangelio restaurado de Jesucristo que permite a las familias estar juntas por la eternidad.
“Le testifiqué sobre las ordenanza y los convenios realizados en la Santa Casa del Señor y la invité a visitar el Templo de Manhattan, Nueva York, o, algún día, el templo de Roma, Italia.”
Fue por medio del conocimiento que el Élder Gong adquirió como estudiante de BYU lo que le abrió las puertas para una conversación sobre el lenguaje del corazón con una desconocida en un avión.
“Diariamente, me siento agradecido por las cosas que aprendí y experimenté en BYU, hace años,” dijo el Élder Gong. “No pude imaginar en ese entonces, hasta que las necesité ahora, cuán valiosas y significativas pueden ser las lecciones y las experiencias formativas de BYU.”
El apóstol les pidió a los estudiantes que participaran en un experimento mental, en el que imaginarían el año 2040, 22 años en el futuro. Luego, compartió cuatro lecciones que los estudiantes comenzaron a aprender en 2018, en su tiempo en la universidad.
“Para mí, mirar hacia atrás desde el futuro es un recuerdo de lo que vendrá,” dijo. “Es una invitación para prepararse ahora para un futuro que estará aquí mañana,” dijo.
Lección 1: Aprender cómo aprender por el Espíritu
“Como estudiantes de BYU en 2018, ya nos encontramos en la era de aceleración,” dijo.
El líder de La Iglesia enseñó que la velocidad informática además de la potencia y la capacidad de almacenamiento aumentan a medida que los dispositivos móviles, la conectividad de banda ancha y la computación en la nube conectan todo. Los cambios tecnológicos han transformado la producción económica básica y han dado forma a la información y la innovación.
“Como cualquiera que esté buscando trabajo sabe, el mundo de hoy destaca por su capacidad y agilidad para aprender y aplicar cosas nuevas de maneras originales,” dijo.
Sin embargo, en medio de los cambios globales y tecnológicos acelerados, aprender cómo aprender por el Espíritu se consigue haciendo cosas pequeñas y sencillas.
“Comenzamos yendo a clases, eligiendo amigos y ambientes que incentivan nuestro mejor aprendizaje al aprender hechos, habilidades y actitudes,” dijo.
Lección 2: Hacer las mejores elecciones
“Como estudiantes en 2018, ‘convertirse en un adulto’ ya era un desafío, pero fue solo el comienzo de los desafíos y las alegrías que vamos a combinar en 2040,” expresó el Élder Gong.
El tiempo limitado, la energía y las oportunidades requieren decisiones sabias entre las buenas, mejores y mucho mejores opciones.
“Con la planificación, la creciente capacidad y el esfuerzo consagrado, estamos descubriendo algo milagroso: este mundo no es solo de palos y piedras finitos sino que, en Sus tiempos y estaciones, este mundo también es de panes y peces ilimitados,” dijo.
“En un mundo de panes y peces, la fe, la compasión y las bendiciones son ilimitadas. Así es la gracia y la capacidad de Dios para abrazar, magnificar y sanar, tal como lo prometen nuestras bendiciones patriarcales. Cuando sacrificamos y consagramos nuestra ofrenda relativamente escasa de unos pocos panes y peces, el Señor puede tomar lo que damos y magnificarlo en gran medida para bendecir a los demás.”
Lección 3: Mantener una perspectiva global
Al reconocer que actualmente hay estudiantes de 50 estados y más de 100 países, con 62 idiomas que se enseñan en el campus y el cuerpo estudiantil que habla 126 idiomas, el Élder Gong habló de la forma en que el dicho el “mundo como nuestro campus” es verdad.
“En 2040, viajamos por todos los países y continentes debido al trabajo, la información y la aventura,” dijo. “Algunas interacciones de sumersión con el mundo son en persona, otras en realidad virtual o aumentada. De cualquier modo, nos sentimos agradecidos de que BYU nos alentara en el 2018 a ver el mundo como nuestro campus, donde podemos contribuir y servir.”
Lección 4: Encontrar las respuestas correctas
“En el 2018, en BYU, sabemos que el periodo de semidesintegración de la información se está acortando cada vez más, y que los hechos, la información, el conocimiento, la sabiduría y la revelación representan un tipo de jerarquía de valor,” dijo el Élder Gong.
Debido a eso, hay altibajos y tendencias intelectuales.
“Con la ventaja del 2040 en retrospectiva, nos sentimos agradecidos de que nuestra educación en BYU nos haya brindado la perspectiva y la comprensión para saber que podemos abordar algunas preguntas y problemas ahora, mientras que otros problemas o preguntas pueden requerir una solución a lo largo del tiempo, con comprensión, experiencia o información adicionales,” expresó. “En este contexto, colocamos el mayor valor en la inspiración divina, la revelación y la verdad.”
El impacto
Al seguir estas cuatro lecciones del futuro ahora, las personas pueden llegar a ser estudiantes de “fe, intelecto y carácter, que tengan las habilidades y el deseo de seguir aprendiendo y sirviendo a los demás a lo largo de sus vidas.”
“Que su educación en BYU verdaderamente se ‘fortalezca espiritualmente,… se amplíe intelectualmente,… construya el carácter, (y conduzca)… al aprendizaje y servicio de por vida,’ a medida que se preparan para el 2040 y más allá.”
Para muchos estudiantes, el mensaje del Élder Gong fue personal.
“Siento como si el Padre Celestial deseara que me cuidara y aprendiera, no solo para ahora, sino para el resto de mi vida,” expresó Tito Gálvez, un estudiante de último año de Guatemala.
La esposa de Gálvez, Maren Monson, de Illinois, agregó, “me siento más inspirada para ir a clases. Aprendemos para poder servir a los demás, no es solo por nosotros.
Aprender nos ayuda a conectarnos con las personas en momentos de necesidad, como la mujer con la que conversó el Élder Gong en el avión. Sí, estamos aprendiendo para nuestra propia vida y tener éxito, pero realmente aprendemos para ayudar a los demás.”
Artículo originalmente escrito por Marianne Holman Prescott y publicado en thechurchnews.com con el título “The unexpected moment that taught Elder Gong the eternal importance of learning.”