“Para hablar de las ordenanzas de la exaltación debemos primero recordar los conceptos sobre el Sacerdocio y cómo se relacionan con la humanidad.”
El concepto de sacerdocio dentro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es único y quizás confuso para aquellos que no están familiarizados con él. Así mismo, muchos de los miembros de la Iglesia que aceptan, aman y aprecian el sacerdocio pueden encontrarse un poco “confusos” con la doctrina y los principios que lo envuelve.
Quizás eso se deba a que el término de sacerdocio se usa al menos de dos maneras:
- Primero, el sacerdocio es el término usado para describir el poder y la autoridad total de Dios.
- Segundo, el sacerdocio es también el término usado para describir el poder y la autoridad que Dios da a los poseedores del sacerdocio ordenados en la tierra para actuar en todas las cosas necesarias para la salvación de los hijos de Dios.
Este último, es la definición ampliamente aceptada del sacerdocio. Por ejemplo, Predicad Mi Evangelio define el sacerdocio como: La autoridad y el poder que Dios le da al hombre para actuar en el nombre de Jesucristo en todas las cosas para la salvación de la humanidad. Por lo tanto, la misma palabra sacerdocio, se refiere tanto al poder y la autoridad total de Dios como a la parte de Su poder y autoridad que Él otorga al hombre en la tierra.
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De manera similar, el contexto generalmente aclara el significado de la palabra sacerdocio. Sin embargo, pueden surgir malentendidos cuando las personas dentro y fuera de la Iglesia asemejan la ordenación del sacerdocio con el poder total del sacerdocio y la autoridad de Dios.
Ordenanzas que No Podemos Recibir en la Tierra
Dios posee poder interminable y autoridad ilimitada. Él ha delegado algo de su autoridad y poder a los poseedores del sacerdocio ordenados en la tierra; lo esencial y necesario para lograr la salvación de la humanidad.
Los oficios del Sacerdocio Aarónico y de Melquisedec no constituyen todo el sacerdocio de Dios, ni su poder ni autoridad total. Brigham Young enseñó que hay muchos aspectos del poder y la autoridad total del sacerdocio de Dios que no se delegaron a los hombres en la tierra.
“Se supone… que tenemos todas las ordenanzas en nuestra posesión para la vida, la salvación, y la exaltación, y que estamos administrando sobre estas ordenanzas. Este no es el caso. Estamos en posesión de todas las ordenanzas que se pueden administrar en la carne; pero hay otras ordenanzas que deben administrarse más allá de este mundo. Sé que les gustaría preguntar cuáles son. Voy a mencionar una. No tenemos, ni podemos recibir aquí, la ordenanza y las llaves de la resurrección… Esta es una de las ordenanzas que no podemos recibir aquí [en la tierra], y hay muchas más.” (“Registro de Discursos”. Journal of Discourses. 1854-86)
Desearíamos que el hermano Brigham haya mencionado otras cosas además de las llaves de la resurrección, sin embargo, lo que sabemos es que él sí alude a otra autoridad y poder retenidos por Dios: La autoridad y el poder para producir cuerpos y espíritus, crear reinos y organizar la materia.
“Y cuando nuestros espíritus reciban nuestros cuerpos, y por nuestra fidelidad somos dignos de ser coronados, entonces recibiremos autoridad para producir tanto espíritu como cuerpo, pero estas llaves no las podemos recibir en la carne.” (“Registro de Discursos”. Journal of Discourses. 1854-86)
Refiriéndose a las declaraciones de Brigham Young, el Presidente Spencer W. Kimball dijo:
“Hablamos del evangelio en su plenitud, aun cuando comprendemos que gran parte de él no nos ha sido revelada todavía, sino que nos espera mientras nos preparamos, nos perfeccionamos y llegamos a ser más parecidos a nuestro Padre.” (Nuestro Gran Potencial Eterno)
Debemos, por lo tanto, reconocer que Dios ha conferido solamente una porción de Su poder y autoridad total del sacerdocio.
Extracto del Libro “El Sacerdocio de Melquisedec” (“The Melchizedek Priesthood”)
El siguiente libro, “El Sacerdocio de Melquisedec”, escrito por el Elder Dale G. y la hermana Ruth Lybbert Renlund, ayuda a los hombres a comprender mejor los principios y la doctrina del Sacerdocio de Melquisedec y a aprender cómo ejercerlo de manera más adecuada en sus vidas cotidianas. La búsqueda conjunta del Elder y la hermana Renlund para estudiar el sacerdocio y su aplicación, ofrece un modelo de cómo los hombres y las mujeres pueden trabajar juntos en su comprensión y enseñanza del sacerdocio.
”Este artículo fue escrito originalmente por el Elder y la Hermana Renlund, extracto de su libro “The Melchizedek Priesthood” fue publicado por ldsliving.com el título: “Elder and Sister Renlund Tackle the Myth That We Have All the Ordinances for Exaltation”