He tenido que regresar antes de tiempo de la misión debido a un trastorno mental. Quería saber cómo puedo desarrollar fuerza en los momentos en los que siento que ya no puedo seguir más y tengo ganas de rendirme.
¿Por qué estas cosas tienen que pasar a pesar de que tengo fe? ¿Todavía soy amada por Dios o es que acaso me ha olvidado?”
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Respuesta
Confiar en Dios puede ser un poco difícil para alguien que está atravesando un desafío mental, emocional o físico.
“¿Por qué?”. Esta parece una de las preguntas más frecuentes en la vida, ¿verdad?
Es una pregunta directa y sencilla, sin embargo, la mayoría de las veces, no obtenemos una respuesta directa a esta pregunta aparentemente simple, y no obtener todas las respuestas definitivamente puede poner a prueba nuestra fe.
Cuando pasan cosas malas en nuestra vida, a veces nos preguntamos dónde está Dios. Si Él realmente está ahí, si Él hubiera podido evitarlo, si Él hubiera podido hacer un milagro.
Sabemos que es Todopoderoso. Sabemos que Él tiene el poder. Sabemos que Él quiere lo mejor para nosotros. Pero nuestras pruebas y desafíos no desaparecen, seguimos enfrentándonos a la tentación y el dolor dentro de nuestras propias vidas.
A veces solo queremos saber el por qué, ¿cuál es el propósito de todo este sufrimiento? ¿Por qué permite que sucedan cosas malas?
Desafortunadamente, es posible que no siempre sepamos la razón, sin embargo siempre podemos desarrollar fe y fortaleza al recordar las cosas que sabemos.
“Dios rara vez infringe el albedrío de alguno de Sus hijos interviniendo contra unos para aliviar a otros. Lo que sí hace es aligerar las cargas de nuestras aflicciones y fortalecernos para que podamos soportarlas… No impide todas las catástrofes, pero sí contesta nuestras oraciones,
Dios nos ha asegurado que “consagrará [nuestras] aflicciones para [nuestro] provecho” (2 Nefi 2:2)”.- “Oposición en todas las cosas“
Cuando te sientas triste, y abatida, recuerda que el Señor nunca te ha abandonado, Él desea brindarte Su compañía, amor y esperanza. No importa la situación que estés atravesando, el Señor nunca te dejará.
El élder Jeffrey R. Holland compartió un discurso en la Conferencia General de octubre de 2010 para aquellos que sienten que el peso de sus desafíos mentales son una carga demasiada pesada de llevar.
Su mensaje, “Como una vasija quebrada”, brinda consuelo y esperanza para quienes luchan con problemas de salud mental y emocional.
El élder Holland dijo:
“Tengan esperanza. Nunca pierdan la fe en su Padre Celestial, quien los ama más de lo que pueden comprender. Nunca, nunca duden de Su amor por cada uno de ustedes. Aférrense a la Expiación. Crean en los milagros. Cuando hayan hecho todo lo que esté a su alcance, perseveren hasta el final. Y recuerden, la esperanza nunca se pierde”.
Al concluir su discurso, el élder Holland expresó su amor con este mensaje:
“Mis hermanos y hermanas, sea cual fuere su lucha, mental, emocional, física o de otro tipo, ¡no nieguen el preciado valor de la vida acabando con ella! Confíen en Dios. Aférrense a Su amor. Sepan que un día el alba brillará intensamente y todas las sombras de la mortalidad huirán.
Aunque sintamos que somos “como una vasija quebrada”, como dijo el salmista, debemos recordar que esa vasija está en las manos del Alfarero Divino.
Las mentes quebradas se pueden curar de la misma manera que se curan los huesos y los corazones rotos. Mientras Dios trabaja haciendo esas reparaciones, el resto de nosotros puede ayudar siendo misericordiosos, imparciales y amables”.
Fuente: faith.ph