“Todos queremos enseñar como Jesús enseñó. Su instrucción era simple, directa y poderosa. A menudo contaba historias o parábolas que las personas podían entender fácilmente. Sin excepción, sus lecciones eran espiritualmente motivadoras. Él amaba a su audiencia. Y los que tenían oídos para oír y ojos para ver lo amaban”, dijo el élder Jeffrey R. Holland durante la reunión mundial del consejo de maestros el 5 de noviembre.
En última instancia, eso es lo que la enseñanza a la manera del Salvador significa: amar, motivar, ayudar a otros a entender, tal como lo hizo Cristo. Pero, para aquellos de nosotros que no somos perfectos como Jesucristo, ¿cómo podemos hacer realidad ese alto estándar?
El élder Holland nos aconseja que no nos preocupemos.
“Tienen líderes amorosos comprometidos a orientarlos, capacitarlos y alentarlos. Han organizado recientemente reuniones de consejo de maestros en las que otros maestros compartirán ideas con ustedes. Tienen a su disposición manuales y consejos de enseñanza y una gran cantidad de recursos complementarios. ¡Pueden hacerlo!”
En un momento poderoso del discurso, el élder Holland también dio algunas advertencias sobre cosas que son potencialmente peligrosas para los maestros.
“Permítanme comenzar con un par de cosas que no debemos hacer, un par de cosas que creo que impedirán la enseñanza por el Espíritu”.
1. No “sobre-programar, sobre-planificar, sobre-preparar”.
Cuando hacemos esto, “perdemos esta gran lección, el gran recordatorio fundamental de que estamos enseñando a las personas, estamos enseñando a los seres humanos, nos estamos enseñando unos a otros, y usamos materiales– usamos lecciones y doctrinas- para hacerlo”, comparte el élder Holland.
2. No “sientan que tenemos tanto material y que tenemos que revisarlo todo”.
El élder Holland nos recuerda que debemos mantener la relación con las personas a las que enseñamos como nuestro enfoque principal, “y no dejar que el material aturda la lección y nos aturda a nosotros”. Cuando esto sucede, es probable que estemos ansiosos y frenéticos, algo que nos dificulta sentir el Espíritu.
3. No seamos alguien que “pasea por la clase y dice: ‘No la he preparado. Estoy confiando en el Espíritu del Señor para guiarnos”
Esta puede ser una de las tendencias más peligrosas como maestros. Como el élder Holland enfáticamente dice: “Eso es pedir demasiado al Espíritu. Eso es pedirle al Espíritu que también haga su trabajo y nuestro trabajo”.
4. “Si no recibís el Espíritu, no enseñaréis”.
Después de citar esta escritura de Doctrina y Convenios 42:14, el élder Holland dice: “[La escritura] no solo significa que no enseñarán y no solo significa que no pueden enseñar, significa que no deben enseñar “si no tienen el Espíritu”.
Pero el élder Holland, una vez más, ofrece palabras de consuelo a los que están asustados por esta perspectiva, reforzando su mensaje inicial: “¡Pueden hacerlo!”
Este artículo fue escrito originalmente por Danielle B. Wagner y fue publicado en ldsliving.com, con el título Elder Holland Shares 4 Things Teachers in the Church Should Never Do Español © 2017 LDS Living, A Division of Deseret Book Company | English © 2017 LDS Living, A Division of Deseret Book Company