¿Por qué los Santos de los Últimos Días no pueden tener relaciones sexuales antes del matrimonio así estén comprometidos?
Respuesta
Para esta pregunta, tengo cinco razones para ti:
1. “Los hijos merecen nacer dentro de los lazos del matrimonio”
Incluso en este mundo moderno en el cual existen distintos métodos de planificación familiar, aún se dan los embarazos que resultan ser una gran sorpresa para las parejas. No juegues a la ruleta rusa si no estás dispuesto a hacerte cargo de lo que vendrá después.
2. No todos los compromisos terminan en matrimonio
Es cierto que se podría utilizar el mismo argumento para el matrimonio y el divorcio. No obstante, el divorcio solo se permite debido a la dureza de nuestros corazones.
No me gusta pensar en lo que eso significaría si se permitieran las relaciones sexuales antes del matrimonio cuando hay aún menos compromiso.
3. Las relaciones sexuales son un privilegio del matrimonio
Durante el sexo, tu cuerpo libera hormonas para vincularte emocionalmente con tu pareja. Antes de hacer ese compromiso, ve a hacer convenios en el templo.
4. No “seas uno” sexualmente hasta que realmente “seas uno” en todos los aspectos
En su discurso “De almas, símbolos y sacramentos”, el élder Holland enseñó:
“Tal acto de amor entre el hombre y la mujer es —o por lo menos fue ordenado para ser— un símbolo de la unión completa: de corazones, esperanzas, vidas, amor, familia, futuro, todo.
Esa unión es tan completa que nosotros utilizamos en el templo la palabra ‘sellar’ para expresar su simbolismo.
El profeta José Smith dijo una vez que quizá podríamos interpretar ese vínculo sagrado como el eslabón ‘conexivo’ del uno con el otro, ya que quienes se unen en matrimonio y en familias eternas se encuentran ‘conectadas’ de tal manera que se convierten en seres inseparables, por así llamarlo, en su rechazo a las tentaciones del adversario y en su fortaleza ante las aflicciones de la vida terrenal (Doctrina y Convenios 128:8).
Sin embargo, esa unión total, ese compromiso inquebrantable entre un hombre y una mujer, solo se obtiene por medio de la proximidad y la permanencia que proporciona el convenio matrimonial, con promesas solemnes y la consagración de todo lo que poseen: el corazón y la mente mismos, todos sus días y todos sus sueños.
Trabajan juntos, lloran juntos, desayunan juntos, se sacrifican, ahorran y viven juntos por toda la abundancia que una vida tan íntima proporciona a una pareja como esta.
El símbolo externo de esa unión, la manifestación física de lo que es un vínculo espiritual y metafísico mucho más profundo, es la fusión física que forma parte de esa unión más grande y completa de propósito y promesa eternos”.
5. Soy una persona tradicional y tengo un buen estado físico
Eso significa que tienes 10 segundos para salir de mi casa y alejarte de mis nietas.
En su discurso “La pureza personal”, el élder Jeffrey R. Holland dijo:
“Cuando se trata de relaciones íntimas, ¡deben esperar! Deben esperar hasta que puedan brindar todo, y eso no lo pueden hacer sino hasta que estén legal y lícitamente casados.
El dar ilícitamente lo que no es de ustedes (recuerden: “no sois vuestros”) y el dar solo una parte de aquello a lo que no puede seguir el don de entregarse por entero es jugar a la ruleta rusa emocional.
Si persisten en obtener satisfacción física sin la aprobación del cielo, corren el riesgo terrible de contraer un daño espiritual y psicológico tal que podrían debilitar tanto su deseo de intimidad física como su capacidad para brindar más tarde una devoción incondicional al amor verdadero.
Podrían llegar a ese momento de amor genuino, de unión verdadera, sólo para descubrir horrorizados que lo que debieron haber preservado ya lo han perdido y que solamente la gracia de Dios puede recobrar la virtud que perdieron poco a poco y que tan despreocupadamente desecharon.
El día de su boda, el mejor regalo que pueden hacer a su pareja eterna es su persona limpia y pura, y ser dignos de recibir a cambio esa misma pureza”.
Fuente: Ask Gramps