A pesar de los desafíos y dificultades, Emma Smith continuó la obra a la que había sido llamada y completó el primer himnario de la Iglesia de Jesucristo.
Reunir, seleccionar y editar himnos no era un proyecto comúnmente realizado por mujeres durante el siglo XIX. Sin embargo, eso no detuvo a Emma, una mujer visionaria en el propio sentido de la palabra. Se le había dicho en la revelación de 1830: “Dedicarás tu tiempo a escribir, y a aprender mucho” (DyC 25: 7).
Es probable que ella haya reunido los himnos publicados en el periódico de su ciudad natal, así como de otros periódicos e himnarios. El proceso, como tantos otros esfuerzos en su vida, comprendería alas y bajos, requiriendo más de cinco años en producirse.
Dos años después de la revelación de 1830, el 30 de abril de 1832, José asistió a un consejo de la Firma Literaria, el comité responsable de las publicaciones de la Iglesia en Independence, Misuri.
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La Firma aprobó formalmente el himnario, así como la publicación del “Libro de Mandamientos” y un almanaque. William W. Phelps fue llamado a editar las publicaciones.
Si bien Emma se tomó el tiempo para “escribir y aprender mucho”, y para encontrar himnos de acuerdo con la revelación de 1830, su tiempo también se vio ocupado entre mudanzas a Pensilvania, Nueva York y Ohio, gestaciones llenas de dificultades; el duelo por las pérdida sus hijos recién nacidos y ser madre adoptiva.
En Independence, en junio de 1832, William imprimió el primer ejemplar de “The Evening and the Morning Star”, un periódico mensual dedicado a la comunicación entre los Santos en Misuri, Ohio y el este de los Estados Unidos.
El periódico imprimió revelaciones, entonces conocidas como “mandamientos”, para promulgar la fe y la doctrina de los Santos y sus misioneros. Además de las Escrituras y revelaciones, el periódico incluía himnos, muchos de los cuales pudieron haber sido parte del aporte de Emma.
El primer número incluyó la letras de seis himnos bajo el título: “Himnos, seleccionados y preparados para la Iglesia de Cristo, en estos últimos días”. The Star imprimió veintiséis himnos el primer año, veinte de los cuales se incluyeron en el himnario de 1835.
Desafortunadamente, la imprenta fue destruida en julio de 1833, poniendo fin al proyecto del himnario. Atrás quedó la colección que Emma había enviado de Kirtland a Missouri y otros documentos para el libro incompleto de Mandamientos.
En su copia encuadernada personal de las páginas recuperadas del Libro de los Mandamientos, Wilford Woodruff copió a mano ocho himnos del periódico, seis de los cuales aparecían en el primer himnario.
La pérdida de los himnos de Emma habría sido devastadora, parecida a la pérdida de la primera sección del manuscrito del Libro de Mormón. Se perdieron dos esfuerzos sinceros que representaban dos asignaciones sagradas.
Un nuevo comienzo
Emma no dejó que eso la detuviera, ella volvió a empezar su obra. Después de la destrucción de la oficina de prensa de Independence y la expulsión de los Santos del condado de Jackson, Oliver Cowdery abrió una nueva imprenta en Kirtland en octubre de 1834.
La primera publicación fue un periódico, “The Latter Day Saints’ Messenger and Advocate”. Aquello representaba otra oportunidad para imprimir la colección de himnos de Emma.
“The Messenger” imprimió siete himnos de William Phelps, Parley P. Pratt y Frederick Williams, todos los cuales fueron incluidos más adelante en el himnario de Emma.
El proyecto del himnario comenzó de nuevo en el otoño de 1835 en preparación para la dedicación del Templo de Kirtland.
El 14 de septiembre, el sumo consejo se reunió en el templo incompleto y una vez más se llamó oficialmente a Emma para publicar el himnario, nuevamente con William Phelps como editor.
Emma no estuvo presente en esta reunión del consejo ni en la reunión anterior de 1832 en Independence; estas reuniones eran generalmente dirigidas y sostenidas por hombres. Ella aprendió a trabajar en medio de una creciente burocracia institucional, particularmente con una conexión directa con José, quien poseía autoridad eclesiástica.
Al mismo tiempo que la reunión del consejo, en otra parte del edificio, el padre de José Smith estaba llevando a cabo una reunión de bendición patriarcal. La amiga de Emma, Elizabeth Ann Whitney, recibía su bendición y se le prometió el don de lenguas.
Inmediatamente después de la bendición se puso de pie y cantó un himno en, lo que se determinó que era, el idioma adámico, interpretada por Parley P. Pratt. El himno de Elizabeth Ann reveló el mismo tipo de adoración divina que el sumo consejo quería alentar en la producción de un himnario de la Iglesia, uno específico de la Restauración y de su institución.
Emma esperaba capturar este tipo de adoración aprovechando su comprensión de la religión en su vida.
Una colección de himnos sagrados
Finalmente se realizó la composición del libro de himnos en 1835, la fecha de la impresión, sin embargo el tiraje de mil copias se imprimió a principios de 1836. Frederick G. Williams era el dueño de la imprenta, el mismo Frederick Granger Williams por quien Emma y José nombraron a a su hijo nacido más adelante ese mismo año.
Emma tituló el libro “Una colección de himnos sagrados para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”. El himnario mostraba el nuevo nombre oficial de la Iglesia, una forma en que Emma contribuyó a la producción de identidad institucional. El himnario tenía el precio de un dólar.
El libro contenía noventa textos de himnos en 127 páginas. Era un libro pequeño, de 9 por 10 centímetros, típico de los himnarios de la época, para guardarse con facilidad en un bolsillo para su uso diario.
Emma seleccionó cincuenta himnos de varios himnarios protestantes y cuarenta de autores Santos de los Últimos Días, incluidos William Phelps, Parley P. Pratt, Eliza R. Snow, Edward Partridge, Thomas Marsh y Philo Dibble. El prefacio, probablemente escrito por Emma, reflejó tanto la revelación que recibió como la Iglesia:
“Con el fin de cantar por el Espíritu y con entendimiento, es necesario que la Iglesia de los Santos de los Últimos Días tenga una colección de “Himnos Sagrados”, adaptados a su fe y creencia en el Evangelio y, en la medida de lo posible sea, sostenga las promesas hechas a los padres que murieron en la fe valiosa de una gloriosa resurrección, y un reinado de mil años en la tierra con el Hijo del Hombre en Su gloria”.
El himnario de 1835 fue un éxito inmediato. Después de la dedicación del templo, la Firma Literaria designó quinientos ejemplares para enviarlos a los Santos de Misuri, ampliando su alcance. El himnario se agotó rápidamente.
El himnario de Manchester
El Quórum de los Doce Apóstoles vio la necesidad de un segundo himnario aprobado por la Iglesia y comenzó a seleccionar himnos en julio de 1839. Pero sin su conocimiento, en 1838, David Rogers ya había impreso un himnario para el creciente número de santos en Nueva York, cambiando cuarenta canciones vendiéndola como un libro recopilado y publicado por Emma.
Esto causó gran preocupación entre el Sumo Consejo de Nauvoo, que presentó cargos contra él en la conferencia de abril de 1840. Mientras tanto, Brigham Young y otros se llevaron la lista de himnos de 1839 a sus misiones en Inglaterra, con la intención de imprimir un himnario para los Santos británicos.
Mientras estaban fuera, el Sumo Consejo de Nauvoo volvió a discutir el tema del himnario el 27 de octubre de 1839 y votó que Emma editara el segundo libro de himnos, tal vez con respecto a su asignación en la revelación de 1830, en lugar de llamar a alguien en Inglaterra.
Debido al largo tiempo que pasaba entre correspondencias en el extranjero y el alto costo de importar libros extranjeros a Inglaterra para un número creciente de miembros de la Iglesia allí, Brigham publicó el himnario de Manchester antes de que llegara la carta con la desaprobación de José.
Emma siguió adelante con su segunda edición en medio de una epidemia de malaria y mientras cuidaba de cuatro niños pequeños. Continuó tratando de encontrar tiempo para estudiar y escribir.
El segundo himnario de Emma estuvo listo para ser vendido el 15 de marzo de 1841, como se anunció en el “Times and Seasons”. El nuevo libro incluía 304 himnos, usando setenta y ocho de los noventa himnos del himnario de 1835. Emma incluyó setenta y siete nuevos textos del himnario de Manchester, entonces disponible en Nauvoo.
El himnario de Manchester, sin embargo, parecía haber ganado más popularidad y uso que el himnario de Emma de 1841, y se convirtió en el himnario llevado por las llanuras hasta Utah.
Una publicación en el “Times and Seasons” indicó un tercer esfuerzo por compilar un himnario en 1843, solicitando que se envíen himnos a “Emma Smith, de inmediato”, pero el libro nunca se publicó.
La membresía y participación de Emma en la Iglesia Reorganizada de Jesucristo, ahora conocida como la Comunidad de Cristo, le permitió utilizar sus dones y talentos musicales treinta años después de su asignación inicial.
En octubre de 1860, la Iglesia de Jesucristo le pidió a Emma para que realizara un himnario, su tercera publicación de este tipo.
La selección de himnos de los Santos de los Últimos Días se publicó en Cincinnati en 1861, con una versión ampliada del mismo libro impresa en 1864, que incluía ocho textos de David Hyrum Smith, el hijo menor de Emma. Estos dos himnarios formaron la base de la música sacra de la Comunidad de Cristo.
Fuente: ldsliving.com