Ya estaba bien entrada la noche cuando mis dos hijas, Rebecca y Kate, me pidieron permiso para ir a ver si todo estaba bien con las mascotas del vecino.
La familia se había ido de viaje y las habían contratado para que cuidaran del perro, los gatos, las cabras y las gallinas mientras no estaban.
Apenas recibieron el permiso, las chicas salieron corriendo hacia la granja.
Unos minutos después, Kate estaba entrando al gallinero cuando se encontró cara a cara con un zorrillo.
Nada bueno puede salir de permanecer con miedo. Imagen: Canva
Se congeló de miedo por un momento, pero, afortunadamente, entendió que nada bueno puede salir de permanecer frente al animal, así que se alejó cuidadosamente del visitante nocturno.
Desde esa noche, he meditado mucho en que tener miedo es como encontrarse a un zorrillo en el gallinero.
Nada bueno puede salir de permanecer con miedo.
Un mundo de continua agitación
Es importante reemplazar los pensamientos de temor con pensamientos de fe. Imagen: Canva
Hace algunas décadas, cuando el internet aún era algo nuevo, la difusión de la pornografía a través de la red condujo a muchos a volverse adictos.
Los líderes religiosos advertían a las personas a tener mucho cuidado con lo que veían y los exhortaban a tener pensamientos virtuosos.
Yo estaba preocupada, incluso temerosa, sobre los efectos que esta plaga moderna tendría en mi familia, hasta que un día tuve una fuerte impresión del Espíritu:
“Es importante reemplazar los pensamientos de temor con pensamientos de fe tanto como reemplazar los impuros con los virtuosos”.
Esta idea me sorprendió, ya que nunca había considerado el peligro espiritual de permanecer con miedo.
Imagen: Canva
Vivimos en una época de mucha agitación.
El simple hecho de ver las noticias actuales puede ser suficiente para hacer que nuestro corazón se inquiete.
En Doctrina y Convenios, el Señor habla de una época incierta:
“Todas las cosas estarán en conmoción; y de cierto, desfallecerá el corazón de los hombres, porque el temor vendrá sobre todo pueblo”. -Doctrina y Convenios 88:91
Con frecuencia, estamos rodeados de conmoción general: estrés en nuestro trabajo, noticias de desastres naturales y agitación política.
Vivimos en una época de mucha agitación. Imagen: Anna Szilagyi, Associated Press
En otras ocasiones, la conmoción está más cerca de nuestro hogar: un diagnóstico médico serio, relaciones heridas, una crisis de fe, desastres financieros, o el profundo dolor de la muerte de un ser querido.
Esta conmoción es agitación, tumulto, desorden, convulsión y confusión.
En un mundo de continua conmoción, ¿A dónde podemos acudir en busca de paz y resguardo? ¿Cómo podemos superar el miedo y la angustia que vienen con los desafíos de la prueba terrenal?
El Salvador es el fundamento seguro
Nuestro fundamento seguro. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Nos ayudaría recordar la promesa del Señor:
“Si estáis preparados, no temeréis”. -DyC 38:30
Está afirmación tiene profundas implicaciones hoy en día.
El Señor ha declarado que a pesar de los desafíos sin precedentes de la actualidad, aquellos que hacen de Jesucristo el fundamento de su vida y han aprendido a recurrir a Su poder, no tienen porque sucumbir a las tribulaciones únicas de esta época.
Muchos años atrás, el élder Neil L. Anderson enseñó este principio:
“Hace unos años, un amigo mío tuvo una hija que falleció en un trágico accidente. Con los sueños y las esperanzas destrozados, mi amigo sintió un pesar insoportable y comenzó a dudar de lo que se le había enseñado y lo que él había enseñado como misionero.
La madre de mi amigo me escribió una carta y me pidió que le diera a él una bendición. Al poner las manos sobre su cabeza, sentí que debía decirle algo que antes no había pensado exactamente de esa forma; la impresión que tuve fue: “La fe no es sólo un sentimiento, es una decisión”. Él tendría que elegir la fe. Mi amigo escogió el camino de la fe y la obediencia”.
La fe es una decisión
“La fe y el miedo no pueden existir en la mente al mismo tiempo, porque uno disipará al otro”. Imagen: Shutterstock
¿Alguna vez has recibido el tipo de noticia que pone tu mundo de cabeza y te deja inseguro sobre el futuro?
Hace muchos años, me encontraba así, tambaleándome a causa de la conmoción. Podía sentir la influencia del adversario trabajando sobre mí y llenándome de angustia y temor.
En ese momento de total desesperación, llegó a mi mente una frase que había leído:
“La fe y el miedo no pueden existir en la mente al mismo tiempo, porque uno disipará al otro”.
Cuándo me aferré a esa idea, fue como si una semilla empezara a brotar por entre la grieta de mi corazón roto, como si el capullo de una flor naciera, brindándome un rayo de esperanza.
Las Escrituras emanan gran solaz, guía y fuerza. Imagen: Canva
Determinada a actuar, acudí a mi esposo para que me diera una bendición y pidiera específicamente que se fueran el miedo y la desesperación que había estado sintiendo.
Desde ese momento, la tristeza comenzó a disiparse hasta que sentí verdadera fe y esperanza a pesar de la situación en la que me encontraba.
El élder Richard G. Scott aconsejó:
“Te sugiero que memorices pasajes de las Escrituras que te conmuevan y te llenen el alma de comprensión. Cuando las Escrituras se emplean de la forma en que el Señor ha mandado que se registren, tienen un poder intrínseco que no se comunica si se parafrasean.
A veces, si siento gran necesidad, repaso mentalmente pasajes de las Escrituras que me han fortalecido antes. Las Escrituras emanan gran solaz, guía y fuerza, especialmente cuando son las palabras del Señor”.
“Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis”. -DyC 6:36 Imagen: Shutterstock
Aquí hay algunas escrituras que me han ayudado a escoger la fe antes que el miedo:
“No temas, cree solamente”. -Marcos 5:36
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía”. -2 Timoteo 1:7
“Mirad hacia mí en todo pensamiento; no dudéis; no temáis”. -DyC 6:36
“Busqué a Jehová, y él me respondió y me libró de todos mis temores”. -Salmos 34:4
“No tengas miedo, porque son más los que están con nosotros que los que están con ellos”. -2 Reyes 6:16
Apartémonos del temor tan rápidamente como lo haríamos de un zorrillo en un gallinero.
Cuando nuestros corazones entren en conmoción, escojamos conscientemente la fe sobre el miedo, suplicando como lo hicieron los primeros apóstoles: “Señor, auméntanos la fe”. (Lucas 17:5).
Fuente: Meridian Magazine
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