Pregunta
¿Si Adán fue el primero en tener el sacerdocio, quién lo bautizó y cómo se realizó esa ordenanza?
Respuesta
Es una pregunta válida y fascinante. Sabemos que el bautismo es esencial para todos los hijos de Dios. Si eso es así, y Adán fue el primer hombre, ¿cómo recibió esta ordenanza? ¿Quién tenía la autoridad para bautizarlo?
En Moisés 6:64, leemos que Adán fue «arrebatado por el Espíritu del Señor», llevado al agua, sumergido y luego sacado. El texto no menciona a ningún oficiante mortal, lo que podría entenderse que Dios mismo realizó el bautismo mediante Su poder.
Dado que vivía al comienzo de una dispensación, Adán no contaba con una organización del sacerdocio como la que conocemos hoy. En esa etapa inicial, el Señor actuó directamente para establecer las ordenanzas fundamentales del evangelio.
Un ejemplo comparable se encuentra en el Libro de Mormón. En Mosíah 18, Alma oró con sinceridad, declaró haber recibido autoridad de Dios, bautizó a Helam y luego se sumergió con él. Aunque hoy seguimos un procedimiento más definido, este caso muestra que Dios puede conceder autoridad directamente a Sus siervos.
Ambos relatos revelan que el Señor tiene poder para intervenir cuando lo considera necesario. Él no depende de estructuras formales para cumplir Su obra, especialmente en momentos clave de revelación.
El bautismo en dispensaciones especiales
Algunos podrían pensar que esto contradice la necesidad del sacerdocio. Sin embargo, lo que muestran estos casos es que toda autoridad verdadera proviene de Dios, y que Él tiene la potestad de darla según Su voluntad.
Estudiosos como Hugh Nibley han enseñado que ángeles instruyeron a Adán y Eva en las ordenanzas del evangelio. Eso indica que no estuvieron solos, sino que recibieron ayuda celestial para entender y obedecer la voluntad del Señor.
Aunque no sepamos con certeza quién colocó físicamente a Adán bajo el agua, el relato demuestra que su bautismo fue una experiencia sagrada, guiada por Dios desde el principio hasta el fin.
En la actualidad, el bautismo sigue siendo una ordenanza esencial. Se realiza bajo la debida autoridad del sacerdocio y representa el comienzo del discipulado y un convenio con el Señor.
Lo que aprendemos de la experiencia de Adán es que Dios siempre ha preparado el camino para que Sus hijos hagan convenios con Él. Su plan es eterno y no cambia.
Fuente: Ask Gramps
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