Qué bendición es que el presidente Russell M. Nelson y los apóstoles tengan redes sociales. De esa manera, podemos estar al tanto de sus mensajes edificantes.
En una oportunidad, el élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, escribió en Instagram:
“El presidente Russell M. Nelson ha enseñado que ‘en los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo’.
Pensar en esta poderosa enseñanza me hizo recordar una experiencia muy peligrosa que tuvo mi amigo, Clive Winn (que ahora sirve como patriarca en su estaca natal), cuando trabajaba como agente del FBI hace muchos años…
Los peligros espirituales que nos rodean muchas veces están camuflados con todo el encanto de nuestro mundo moderno.
Vivamos dignos de recibir los susurros del Espíritu Santo, para que podamos mantenernos espiritualmente seguros”.
En su discurso “Cuídate de lo malo tras los ojos sonrientes”, el élder Andersen nos contó más sobre esta increíble historia:
“Como agente especial del FBI, mi amigo investigaba grupos de crimen organizado que transportaban drogas ilegales a los Estados Unidos.
En una ocasión, él y otro agente se acercaron a un apartamento donde pensaban que un conocido narcotraficante distribuía cocaína. Mi amigo describe lo sucedido:
‘Tocamos a la puerta del narcotraficante. El sospechoso abrió la puerta y, al vernos, trató de interponerse para que no pudiésemos ver, pero fue demasiado tarde porque pudimos ver la cocaína sobre la mesa.
El hombre y la mujer que se encontraban frente a la mesa empezaron a quitar la cocaína de inmediato.
Debíamos evitar que destruyeran la evidencia, de modo que rápidamente empujé a un lado al sospechoso que nos bloqueaba la entrada.
Al hacerlo, los dos nos miramos a los ojos y, curiosamente, no parecía estar enojado ni tener miedo, y me sonreía.
Su mirada y su sonrisa cautivadora me dieron la impresión de que él no le haría daño a nadie, por lo que me alejé de él y me dirigí hacia la mesa.
El sospechoso quedó a mis espaldas. En ese instante, vino a mi mente una impresión clara y poderosa: ‘Cuídate de lo malo tras los ojos sonrientes’.
De inmediato me volví hacia el sospechoso; tenía la mano metida en el bolsillo grande de adelante.
Instintivamente, le agarré la mano y se la saqué del bolsillo.
Fue entonces que me di cuenta de que tenía firmemente agarrada una pistola semiautomática, lista para disparar.
Tras un momento de conmoción, pude quitarle el arma.
Más tarde, en otro caso, el narcotraficante fue declarado culpable de asesinato y se jactó de que también habría matado a mi amigo si éste no se hubiera dado vuelta en ese preciso momento”.
Este es un artículo que fue escrito y publicado originalmente en LDS Living con el título “How a Prompting Saved an FBI Agent from Being Killed by a Drug Dealer“.