Quien nunca se haya conmovido con el testimonio de una misionera o un misionero recién retornado en la reunión sacramental no tiene corazón.
Uno siente cómo el Espíritu que está dentro de esa persona sale a resplandecer mientras comparte las experiencias que tuvo en el campo misional.
Sin embargo, todo eso tiende a desaparecer rápidamente cuando este hijo o hija de Dios se envuelve en los asuntos de la vida cotidiana: Trabajo, estudios, citas.
Poco a poco, su experiencia misional se convierte en un recuerdo que incluso, a veces, parece que la vivió alguien más.
Estas son 5 sugerencias para mantener el Espíritu después de la misión:
1. Orar
Tómate un minuto y recuerda cuántas oraciones hacías en tu misión antes de las 10:30 cada mañana.
Orar al despertar, al iniciar y terminar tu estudio personal de las Escrituras, al empezar y terminar el estudio con tu compañero o compañera.
Orar durante tu estudio del idioma y orar antes de comenzar la mañana de proselitismo.
¿Cuántas de estas oraciones las hiciste de rodillas?
En la misión oraste por asuntos personales, pero también por tu familia y las preocupaciones de otras personas.
La intensidad y la frecuencia de estas oraciones te ayudaron a reconocer mejor el espíritu y seguir sus impresiones.
“Y de día me he hecho osado en ferviente oración ante él; sí, he elevado mi voz a las alturas; y descendieron ángeles y me ministraron” (2 Nefi 4:24)
2. Leer las Escrituras
Otra clave para el éxito es leer las Escrituras.
“Predicad Mi Evangelio” enseña que el estudio eficaz de las Escrituras comienza con una oración. Entonces, ora antes de leer. Después, busca diariamente lecciones en las escrituras que te ayuden a enfrentar los desafíos de tu vida personal.
Para desarrollar esta habilidad tendrás que ser capaz de aprender por el espíritu.
Estudia con la meta de recibir revelación y de ser digno o digna de recibir más. Asimismo, pon en práctica lo aprendido.
El objetivo de todo esto es fortalecer tu relación con el Padre Celestial a través de la oración y el estudio de las Escrituras. De ese modo, podrás involucrar a Dios en tu día a día.
3. Ir al templo regularmente
Haz un calendario y programa visitas periódicas al templo.
No importa si vives lejos o cerca de la Casa del Señor. Cada visita a este lugar santo debe ser un acontecimiento importante en tu vida.
Como un modo de prepararte para ir al templo, escribe las preguntas que te gustaría hacerle al Señor cuando estés ahí.
Al crear un calendario personal de visitas al templo, harás que tu subconsciente te alerte sobre tu valor personal: “Necesito ser digno de ir al templo porque lo visitaré mañana”.
Tener la imagen del templo como algo presente en tu vida te ayudará a mantener el espíritu después de tu misión.
4. Servir a los demás
“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).
Puedes servir a otros así tengas un llamamiento o no. Ayudar en casa, en la calle o en la Iglesia a quien lo necesite te permitirá mantener el Espíritu.
El élder Stephen W. Owen nos enseña que los mejores líderes son los seguidores más fieles:
“Nos demos cuenta o no, hay personas que se fijan en nosotros: familiares, amigos e incluso desconocidos. No basta que nosotros como poseedores del sacerdocio vengamos a Cristo”.
No podemos estar satisfechos con recibir bendiciones para nosotros mismos. Debemos guiar a quienes amamos a esas mismas bendiciones y, como discípulos de Jesucristo, debemos amar a todos.
La tarea que el Salvador le dio a Pedro también es para todos nosotros: “una vez vuelto, fortalece a tus hermanos” (Lucas 22: 32).
5. Vivir una ley superior para mantener el Espíritu después de tu misión
Conságrate como discípulo de Jesucristo y ponlo como prioridad en cada decisión de tu vida. Esta ley superior también se puede definir como la ley de consagración.
Todo lo que tienes y mucho de lo que eres debe ser consagrado al Salvador, Jesucristo.
Dejaste de llevar una placa en la que decía que eras un representante de Jesucristo, pero no dejaste de ser su discípulo de tiempo completo.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Leilyanna da Penha y fue publicado en Mais Fe con el título “5 ideias de como manter o espírito depois de sua missão”.