Tengo algunas sugerencias que espero sean valiosas para aquellos de ustedes que se preocupan por equilibrar las exigencias de la vida.
Primero, piensa en tu vida y establece tus prioridades
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Con regularidad, encuentra un momento de tranquilidad para pensar profundamente a dónde te estás dirigiendo y qué necesitarás hacer para llegar ahí. Jesús, nuestro ejemplo, a menudo “se apartaba a lugares desiertos y oraba” (Lucas 5: 16). Debemos hacer lo mismo de vez en cuando para rejuvenecernos espiritualmente como lo hizo el Salvador.
Escribe las tareas que te gustaría llevar a cabo cada día. Principalmente, ten en mente los convenios sagrados que hiciste con el Señor mientras escribes tus horarios diarios.
Segundo, establece metas a corto plazo que puedas alcanzar
Establece metas que estén bien equilibradas, no demasiadas ni pocas, tampoco demasiado altas ni demasiado bajas. Anota tus metas asequibles y trabaja en ellas según su importancia. Ora para obtener guía divina en tu proceso de establecimiento de metas.
Tercero, a través de la sabia elaboración de un presupuesto, controla tus necesidades reales y compáralas cuidadosamente con tus muchos deseos en la vida
Demasiadas personas y familias han incurrido en demasiadas deudas. Cuídate de las muchas ofertas atractivas para pedir dinero prestado. Es más fácil prestarse dinero que devolverlo. No existen los atajos para los títulos financieros. Nunca tendremos equilibrio en nuestras vidas a menos que nuestras finanzas estén bajo control.
Recuerda siempre pagar un diezmo íntegro.
Cuarto, manténte cerca de tu cónyuge, hijos, familiares y amigos
Ellos te ayudarán a mantener tu vida en equilibrio. Construye relaciones con tu familia y amigos a través de una comunicación abierta y sincera.
Un buen matrimonio y las buenas relaciones familiares se pueden mantener a través de una comunicación agradable, amorosa y considerada. Recuerda que con frecuencia una mirada, un guiño, una inclinación de cabeza o un toque dirán más que las palabras. El sentido del humor y la buena escucha también son partes vitales de la buena comunicación.
Quinto, estudia las Escrituras
A menudo, las Escrituras ofrecen las mejores fuentes que tenemos para mantenernos en contacto con el Espíritu del Señor. Una de las maneras en que he adquirido un conocimiento seguro de que Jesús es el Cristo es a través de mi estudio de las Escrituras. El Presidente Russell M. Nelson les ha pedido a los miembros de la Iglesia estudiar en oración el Libro de Mormón todos los días.
Sexto, debemos programar el tiempo en nuestros calendarios para descansar, ejercitarnos y relajarnos lo suficiente
… Si queremos disfrutar de una vida sana y equilibrada. Una buena apariencia física realza nuestra dignidad y amor propio.
Séptimo, realiza la noche de hogar semanalmente
No debemos perder esta oportunidad especial de “enseñarnos el uno al otro la doctrina del reino” (Doctrina y Convenios 88:77), que llevará a las familias a la vida eterna.
Satanás siempre está trabajando para destruir nuestros testimonios, pero nunca tendrá el poder para tentarnos más allá de nuestra fortaleza para resistir cuando estudiemos el Evangelio y vivamos sus mandamientos.
Última sugerencia, ora a menudo
Podrás saber qué decisiones correctas tomar cada día a través de la oración sincera y constante. Cuando me encuentro en armonía espiritualmente, descubro que puedo equilibrar todo en mi vida de una manera mucho más fácil.
Me doy cuenta de que se podrían añadir otras sugerencias a éstas. Sin embargo, creo que cuando nos centramos en pocos objetivos básicos, es más probable que podamos manejar las diversas exigencias que nos da la vida.
Recuerda, demasiado de algo en la vida puede desequilibrarnos. Al mismo tiempo, muy poco de las cosas importantes puede causar lo mismo. El Rey Benjamín aconsejó “que se hagan todas estas cosas con prudencia y orden” (Mosíah 4:27).
Con frecuencia, la falta de dirección y metas claras pueden desperdiciar nuestro tiempo y energía, además de contribuir al desequilibrio en nuestras vidas. Nuestro objetivo principal debe ser buscar “la inmortalidad y la vida eterna” (Moisés 1: 39). Con esto como nuestro objetivo, ¿por qué no eliminar de nuestras vidas las cosas que claman y consumen nuestros pensamientos, sentimientos y energías sin contribuir a que alcancemos ese objetivo?
Solo haz lo mejor que puedas cada día. Haz las cosas básicas y, antes de que te des cuenta, tu vida estará llena del entendimiento espiritual que te confirmará que tu Padre Celestial te ama. Cuando una persona tiene conocimiento de esto, entonces, su vida se llenará de propósito y significado, logrando que el equilibrio sea más fácil de mantener.
Artículo originalmente escrito por lds.org y publicado en ldsliving.com con el título “President Ballard Gives 8 Suggestions for Balancing Life’s Demands.”