Durante los últimos 5 años, he disfrutado de servir como obrera de ordenanzas en el Templo de Provo y Provo City Center.
He tenido muchos llamamientos y, actualmente, sirvo como coordinadora auxiliar de turno. Con el transcurso de los años, mis ojos se han abierto a muchas cosas, ha sido una bendición en mi vida sentirme tan cómoda y segura cuando estoy en la casa del Señor.
Cada semana, veo que muchas personas vienen al templo en busca del poder y el amor de Jesucristo. Después de todos estos años de servir a los demás y tener mis propias experiencias, he descubierto algunos principios que pueden ayudarte a mejorar y magnificar tu experiencia en el templo.
Aboga por tus necesidades y evita el estrés
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Muchas de las personas que van al templo están estresadas, preocupadas o ansiosas debido a sus defectos, percibidos o no.
Es admirable querer realizar las ordenanzas en el templo de la manera más correcta y devota posible. Sin embargo, el Señor quiere que Su templo sea un lugar de aprendizaje y paz.
No tengas temor de pedir ayuda, incluso si parece una tontería. Los obreros del templo están dispuestos a ayudarte. ¿Necesitas ayuda con tu ropa ceremonial? ¿Te sientes perdido? Tal vez te gustaría sentarte en cierto lugar del salón de investiduras o no has memorizado todas las palabras sagradas que son necesarias para realizar ciertas ordenanzas. Es posible que solo quieras ir al baño o que tengas mucha sed.
Sea lo que sea, habla y pídele ayuda a algún obrero del templo. Libérate del estrés y la preocupación. Nuestra matrona del templo nos enseñó que no hay, casi nada, que tú o un obrero del templo pueda hacer para invalidar una ordenanza, siempre y cuando estén haciendo su mejor esfuerzo.
Tú no eres quien ofrece las bendiciones del templo a los antepasados fallecidos, sino Jesucristo. Tú llevas a esa persona fallecida al altar en el que podrá decidir si hacer convenios con Cristo.
Deja de lado todo tu temor y preocupación por las ordenanzas y confía tus habilidades a Cristo.
Cuando visites el templo piensa en los demás
Está bien visitar el templo en momentos de gran necesidad. Sin embargo, por experiencia propia, puedo decir que uno recibe bendiciones al visitar el templo en ocasiones determinadas, cuando uno está decidido a pensar en los demás.
Considera esta cita del Élder David A. Bednar sobre la oración, que creo que también se puede aplicar para cuando visitemos el templo:
“Permítanme recomendar que de vez en cuando ofrezcamos una oración en la que sólo demos gracias y expresemos gratitud. No pidamos nada; simplemente dejemos que nuestra alma se regocije y se esfuerce por comunicar agradecimiento con toda la energía de nuestro corazón”.
Los ejemplos que compartiré a continuación son una sutil advertencia para evitar ensimismarnos en nuestra adoración en el templo.
He visto cómo algunas personas se han enojado porque su experiencia en la casa del Señor no fue como esperaban.
He consolado a los fieles que fueron al templo para recibir respuestas a sus oraciones y se fueron tristes porque no lo hicieron.
Siempre debemos ir al templo para pedirle al Señor lo que necesitamos y deseamos. Sin embargo, si sientes que tu adoración en el templo se ha estancado un poco, intenta ir al templo solo para orar y pensar en las personas fallecidas a las que les estás sirviendo. Esto es especialmente fácil de hacer si llevas una tarjeta familiar.
Deja tu teléfono en casa
Para ser sincera, los teléfonos representan un gran problema en el templo.
Puedes pensar que es absurdo, pero las personas que asisten al templo usan sus teléfonos móviles toda la noche. Los teléfonos suenan en los casilleros, suena música en los vestidores. Las personas que visitan el templo chatean, envían mensajes de texto y hacen llamadas.
Los visitantes del templo usan sus teléfonos mientras se visten, los guardan en sus bolsillos y éstos suenan en la sesión de investidura, también toman fotos mientras caminan. Incluso, he visto a algunas ancianas tomarse selfies dentro del templo.
Las personas se han vuelto tan susceptibles con respecto a que no se les permita utilizar sus teléfonos móviles, que recibimos capacitaciones en el templo para no reprender a los visitantes que usen sus teléfonos, a menos que estén en una llamada o les tomen fotos a cosas sagradas.
Sin embargo, en los templos de todo el mundo todavía se les pide a todos los fieles que dejen sus teléfonos. Puedes pensar que es algo sin importancia. Pero, a continuación, mencionaré algunas razones por las que usar tu teléfono puede ser una distracción y dañar tu adoración en el templo.
Primero, el templo es sagrado. Muchas personas han utilizado sus teléfonos para grabar cosas sagradas y compartirlas públicamente. Aunque no tengas esa intención, que muchas personas usen sus teléfonos dentro de la casa del Señor dificulta garantizar la protección de las ordenanzas del templo.
Segundo, utilizar tu teléfono evita que te concentres en tu experiencia sagrada en el templo. Tus pensamientos dejan de enfocarse en las cosas sagradas cuando ves tus notificaciones, te desplazas por las redes sociales y respondes mensajes de texto.
Las escrituras dicen que podemos salir del templo dotados de poder. ¿No quieres esa sensación al salir del templo? Es una experiencia muy especial que podemos perder si estamos demasiado pendientes de nuestros celulares.
Finalmente, incluso si te sientes cómodo usando tu teléfono, es probable que distraigas a las personas a tu alrededor que se están esforzando por conectarse con Dios.
Si tienes una buena razón para usar tu teléfono, como ponerte en contacto con una niñera, hay hermosos vestíbulos a los que puede ir y, luego, volver al templo para reunirte con tus familiares y amigos si lo necesitas. Si deseas leer las escrituras, hay muchos ejemplares a tu disposición.
Amo el templo. Me encanta servir en el templo y los fieles que visitan la casa del Señor forman una parte importante de esa experiencia.
Espero que estas ideas te hayan ayudado a inspirarte en cómo puedes conectarte, de una manera más plena, con Jesucristo cuando visites el templo.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Aleah Ingram y fue publicada en ldsdaily.com con el título “3 Temple Tips from an Experienced Temple Worker”.
